Capítulo 7. Caramelo

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SARAWAT

La risa de Tine llena todo el departamento y yo siento que me derrito por enésima vez en el día. Mis manos están llenas de harina de arroz y toda la casa huele a esencia de jazmín y caramelo. Se supone que los dos hemos estado intentando preparar un postre para Type quien llegará dentro de dos horas más o menos, cosa que no me alegra tanto, la verdad.

Cuando Tine me lo presentó lo que parece ser una vida atrás, el hombre no era un psicótico posesivo siempre preocupado por su hermano menor, claro. Creo que Type experimentó esta transformación después de que Tine le contara que tendríamos que besarnos más de una vez en la serie de la que los dos fuimos protagonistas.

Desde esa vez, Type ha sido horrible conmigo. Creo que de verdad jamás me perdonará haberme atrevido a besar a Tine sin pedirle permiso. Y por eso tengo tanto miedo ahora ¿sabes? porque sé que Type será peor ahora que sabe que su hermanito y yo somos una pareja de verdad, o al menos que pretendemos serlo.

Aunque justo en este punto de la historia creo que está siendo demasiado difícil para mí saber qué de lo que siento por Tine es real y que no.

Mi corazón vuelve a latir con rapidez cuando miro que Tine revisa una vez más la cacerola en la que está cocinándose lo que sin duda será un postre delicioso más por obra suya que por mis talentos inexistentes en la cocina, si somos sinceros. Y al verlo así, me doy cuenta de que mirarlo a él es suficiente para calmar mi miedo. Si enfrentar a su hermano es todo lo que necesito para seguir a su lado, creo que podría enfrentarme a Type Teepakorn mil veces.

Sonrío sin poder evitarlo y mientras Tine empieza a hablar de sus momentos favoritos de nuestra cita de hoy, yo dejo que mi corazón baile al sonido de su voz y descubro que podría escucharlo hablarme de miles de cosas sin cansarme. Noto que mis ojos no se apartarían de él. Me doy cuenta de que durante esta semana he sido más feliz de lo que jamás he sido. Ahora mismo me pregunto si gritarle a mi madre que Tine es mi novio de verdad fue un acto casual. Ahora mismo mi corazón me está gritando que tal vez no.

Pero es extraño, de verdad extraño. Pasas miles de días al lado de una persona y un día cualquiera parece ser que estás mirándola de verdad por primera vez. Y es como si te dieras cuenta de que esa persona que fue siempre tan familiar para ti, esconde también tantos misterios detrás de su sonrisa o de esa mirada dulce e inocente y descubre dentro de ti unas ganas inmensas por saber todo de él. Tine ha sido mi mejor amigo por muchos años pero además de eso, creo que siempre fue algo más para mí, algo que no había notado sino hasta que comencé con toda esta locura.

Y mi descubrimiento debería aterrarme pero en realidad me emociona. Sé que él me sigue viendo como a su Wat, su tonto y amargado amigo Wat. Sé que él no debe estar sintiendo este festival de emociones contradictorias en su corazón porque vamos, él sólo está ayudándome a estar a salvo de mi madre y su locura. Y si le contara a él de lo que el día de hoy me ha hecho descubrir, seguramente se asustará y se alejará de mí. Y no podría con eso. No podría arriesgarme a perderlo así.

Además, necesito hablar de esto con alguien, quizá con Phukong pero cuando le llamé ayer en la tarde su secretaria me dijo que había salido del país a petición de mi madre, al parecer mi hermano está buscando a un modelo internacional para las empresas de la familia, así que nuestra muy necesaria plática tardará en suceder. Dentro de mi corazón no hay confusión porque tengo la certeza de que mis sentimientos por Tine cambiaron aunque... no, no cambiaron. Creo que siempre han sido los mismos pero jamás me atreví a darles un nombre. Creo que jamás me di cuenta de nada porque bueno, ya sabemos que la inteligencia emocional no es lo mío.

Fake ItWhere stories live. Discover now