Capítulo 18. Sueño

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SARAWAT

Hace frío, jamás recuerdo que este lugar es frío de verdad. El aire fresco que viaja desde las montañas del norte se siente bien en mi piel. Tine y Charlotte exploran alegremente los alrededores del enorme jardín de esta casa que, aunque tiene un estilo rustico y acogedor, no deja de ser una de las propiedades llenas de lujo y elegancia de la familia Gunthitanon a pesar de que ha estado a mi nombre por más de cinco años.

Sin embargo, hay algo en la sonrisa de Tine que podría convertir hasta al más frío y oscuro de los infiernos en un hogar de verdad. Y a pesar de que en esta casa que mi abuelo me regaló el día de mi cumpleaños número veinte, no hay nada que la haga sentir como parte de mí, Tine está aquí y todos los recuerdos tristes relacionados a este sitio dejan de ser importantes. Recuerdo por ejemplo, que fue en esta casa que celebramos mi entrada a la vida adulta con bombo y platillo. Las insinuaciones de debía de pensar ya en un matrimonio por parte de mi madre comenzaron con fuerza desde aquel día. Aquel también fue el año en el que decidí entrar en la industria del entretenimiento y aquel año, claro, también conocí a Tine.

Mi sonrisa se llena de luz cuando miro que Tine comienza a correr detrás de Charlotte por todo el pasto verde que está salpicado de flores rosas y lilas. Es una imagen muy bonita de ver y siento que mi corazón se hace más grande y lleno de fuerza. Creo que todos estos años había evitado venir a este lugar porque siempre era una carga estar rodeado de la soledad de esta casa donde hay también tantos recuerdos terribles.

Pero la sonrisa de Tine podría sanar al mundo entero, de eso no tengo duda alguna. Verlo correr en medio de un jardín donde la primavera parece haberse adelantado es hermoso. Escuchar su risa mientras llama a Charlotte y ella ronda feliz a su lado me tranquiliza. No, esta casa ya no es solo un sitio en el cual pensar cuando las cuentas del mantenimiento llegan. Esta casa es un hogar ahora que Tine está aquí.

Suspiro y decido sentarme en el último peldaño de la escalinata de mármol que lleva al porche de la casa. Me gusta ver a Tine así. Me gusta verlo sonreír como si pudiera olvidarse del mundo entero y sé que es egoísta pero me siento feliz de verlo así, de ver una parte de su vida que nadie más en el mundo verá.

Sonrío y me digo que debo darle un aumento a Pam. Mi agente se encargó en menos de unas horas de tener todo listo para que alguien limpiara la casa, la ordenara y dejara todo listo para que mi novio y yo pudiéramos estar aquí durante nuestra semana de vacaciones. Además, quizá exageré un poco cal apurar todo pero de verdad quería pasar la noche de San Valentín aquí, sólo con Tine. Aunque el mundo haya vuelto a la normalidad después de que los dos aclaráramos nuestros sentimientos, es un alivio estar en un lugar así donde nadie sepa quiénes somos, donde nadie espere nada de los dos.

Además, antes de desaparecer de Bangkok dejamos nuestros asuntos en orden. Tengo el permiso de mi agente y de Aof para olvidarme de todo. Incluso la doctora Pear apoyó mi decisión de descansar un poco. Así que no me permitiré pensar en nada más. Voy a concentrarme en seguir viviendo mi propio cuento de hadas al lado del príncipe con el que no soñé y que sin embargo, es mejor que nadie en el universo para mí.

El príncipe en cuestión se acerca a mí con Charlotte trotando alegremente a su lado. Está vestido de forma casual, una camisa blanca de algodón y un par de jeans desgastados. Tine no es para nada la imagen del chico siempre elegante y a la moda que a las revistas de alta costura les encanta contratar cuando quieren promocionar alguna nueva colección pero aun así, mi novio sigue pareciéndome el hombre más hermoso del planeta. Y cuando sus ojos me miran descubro en ellos toda la poesía del planeta lo cual es hermoso, tan hermoso como el poema que me regaló hace un rato y que ha sido tendencia durante todo el día después de su publicación.

Fake ItWhere stories live. Discover now