Capítulo XXIV

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Capítulo XXIV


Samanta se despertó con el ruido de su celular, estiró la mano hasta el pequeño mueble que estaba al lado de su cama y agarró el teléfono. Leyó el mensaje en la pantalla, era de su manager Jim, era un mensaje breve pero que cuando lo leyó le quitó el sueño por completo.

Esto es lo que está hoy en todas las primeras planas. Y algunas fotos donde se veían fotos del día anterior, de ella y Rachel, una donde parecía que le estaba dando un beso en la boca y otra donde se estaban tomando las manos. Samanta resopló.

Lo primero que vino a su mente fue Lena, podría ver todo aquello y creería cosas que no eran. Era cierto que ella y Lena no eran nada, ni siquiera sabía muy bien cómo sentirse al respecto, solo habían tenido un par de acercamientos, un toque de manos y nada más, pero no quería que Lena creyera que ella estaba de nuevo con Rachel. Se incorporó un poco y quedó recargada en el respaldo de la cama con su celular en la mano. Lena no había llegado todavía, podía saberlo porque su mensaje aun ni siquiera le llegaba.

Suspiró, lo cierto era que la extrañaba, se había ido ya más de dos semanas y la extrañaba. Una parte de ella se sentía aterrada, se había dicho a sí misma que lo de Lena ya había terminado, pero lo cierto era que eso ya se lo había dicho muchas veces antes.

¿Qué era lo que sucedía que parecía que el destino de alguna manera terminaba uniéndolas?

Samanta no sabía que pensar al respecto, no diría que era una persona que creyera en el destino y en ese tipo de cosas o al menos nunca se lo había cuestionado, pero con Lena, lo que ocurría con Lena era muy extraño. Desde que la conoció sintió que podía quererla para siempre, no sabía cómo ni por qué, pero algo en su interior se lo dijo; era una sensación inexplicable, algo que nunca antes había sentido. Y si, tan solo acababa de cumplir 17 años y probablemente era muy joven para eso y probablemente era su primer amor y por eso la intensidad del sentimiento, pero Samanta sabía que había algo más, cada que estaba con Lena volvía a experimentar esa misma sensación tan intensa.

Recordó también cuando volvieron a verse años atrás al protagonizar aquella película, cuando la vio de nuevo y supo que iban a ser compañeras y no solo eso, sus personajes iban a ser pareja. Ella estaba realmente enojada con Lena, no solo eso, la odiaba por todo lo que había sucedido cuando ambas eran adolescentes, por la cobardía de Lena, por no haber sido capaz de aceptar sus sentimientos y haberla traicionado. Pero, aunque sentía todo eso, eso no opacaba lo otro; esa misma sensación tan intensa, el amor que sentía por ella. Recordó todo lo que sucedió y como superaron todo eso y volvieron a estar juntas, lo cierto que ese tiempo juntas había sido increíble. Samanta diría que tenían una relación bonita, no peleaban por casi nada más que por pequeñas diferencias, se cuidaban la una a la otra, aun estando en ese medio tan superficial y donde casi nada duraba ellas estaban juntas y se amaban en verdad.

Pensó en el momento que decidieron decir ante todos que eran pareja, que los rumores eran ciertos, recordó el trabajo que les costó; era cierto, muchas puertas se les habían cerrado por eso, por admitir que salían con otra mujer, pero también el apoyo había sido increíble, no podían pedir más. Aunque pasaron unos meses no tan bonitos, con toda la prensa encima, con todas esas personas queriendo saber sobre ellas, no podían salir casi a ningún lado. Pero lo superaron juntas, siempre juntas.

Y vino lo demás, el disco de Lena que resultó un éxito pero que hizo que se fueran alejando cada vez más, las giras de Lena, los pocos encuentros entre ellas, los besos que antes eran interminables cada vez eran más escasos, las caricias comenzaron a extinguirse, sus pieles no se tocaban con la frecuencia que solían hacerlo. Todo comenzó a complicarse en gran medida, cuando una tenía tiempo libre la otra no y no podían pasarlo juntas. Entonces vino la propuesta para Lena, grabar otro disco en Europa. Y entonces vinieron las discusiones, Lena no iba a aceptar porque iban a estar muy lejos, pero ella, Samanta, sabía que tenía que hacerlo, era su sueño. Ella misma tenía sus sueños que tampoco era justo abandonar, tenía una carrera de actriz en ascenso, después de "Sálvame", su nombre aparecía en todos lados, los productores la querían en todas las películas posibles, ella también quería cumplir sus propios sueños.

Y entonces llegó el momento de tomar la decisión más difícil de su vida, era cierto, había sido iniciativa de Samanta, Lena tenía que cumplir sus sueños, no podía dejar pasar esa oportunidad y la alentó, le dijo que lo hiciera. Primero pensaron en tener una relación a distancia, pero los últimos meses habían tenido algo así y no había funcionado, no se había sentido bien, ninguna estaba feliz con eso. Y lo decidieron, iban a terminar, iban a dejarse ir esta vez tal vez para siempre.

Samanta recordó las lágrimas interminables de ese día, las de ella, las de Lena, recordó su rostro sumergido en la tristeza, recordó esos abrazos, los besos, esa última noche tocando su piel y haciéndole el amor. Lena se iba a ir a Europa a grabar su disco y Samanta se iba a quedar a hacer su siguiente película. Recordó el dolor que sintió, muy parecido a ese dolor cuando a los 17 años supo que Lena estaba con aquel chico. Aunque era diferente, pero el dolor de perderla era muy parecido. La amaba, la amaba como nunca había amado a nadie y como probablemente no iba a mar nunca más. Y por ese amor la estaba dejando ir, porque el amor no es egoísta, el amor quiere que la persona que amas sea feliz, ella quería que Lena fuera feliz, en verdad lo quería. Ella también quería serlo, lo era, estando con Lena lo era muchísimo, más que nunca, pero a veces la vida te hace elegir y ella eligió, Lena lo hizo también.

Después de eso, todo fue muy difícil, Samanta recordó lo que ya sabía, las noches llorando sin parar, los días grises, la sensación de tristeza absoluta y todo empeoraba por seguir teniendo contacto, por hablarse cariñosamente estando lejos, no podía con eso. Recordó eso, no había podido seguir en la vida de Lena y salió de ella, pensó que esta vez sería para siempre. Evitó por todos los medios saber de ella, aunque no pudo del todo, Lena era ya demasiado famosa para no saber de ella, pero al menos por cuenta propia lo intentó. Y no la pasó bien tampoco, le dolió cuando decidió eliminarla de todos lados, cuando la bloqueó, le dolió cada día que no sabía de ella, que decidía hacer como si no existiera. Le dolió en verdad, pero se dijo a sí misma, se convenció que era lo mejor y eso hizo.

Y ahora estaban ahí, de nuevo en contacto, de nuevo Lena estaba en su vida. Parecía algo del destino, algo que ella no podía controlar, por más que lo intentaba no podía, Lena era como un imán que no la dejaba alejarse para siempre. Tal vez tenía que entenderlo de una vez, entender que eso que supo a los 17 años era así; iba a querer a Lena para siempre.

Samanta buscó en su celular la música de Lena, era la primera vez que iba a escuchar su último disco. Se colocó los audífonos y puso aquella canción, la única que había escuchado porque sonaba en todos lados.

No sirve de nada la fama, ni todo el dinero, no sirve de nada llegar aún más lejos, no sirve de nada haber cumplido todos mis sueños.

Si no estás conmigo, si la soledad me traspasa los huesos, nada, no sirve de nada...

Las lágrimas comenzaron a rodar en las mejillas de Samanta, podía sentir la intensidad con la que Lena cantaba. Así, escuchó una a una sus canciones, podía verse a sí misma en ellas, en lo que decían, en la forma en la que Lena cantaba, podía saber que muchas de esas canciones habían sido para ella.

Suspiró y sintió la enorme necesidad de abrazarla con fuerza, abrazarla y no dejarla ir nunca más, no iba a hacerlo de nuevo, no iba a ser así de tonta como lo había sido, no iba a dejarla ir nunca más.

El amor también es luchar por lo que quieres, se dijo. Tal vez, no tenían que dejarse ir para ser felices, tal vez la felicidad la habían tenido siempre enfrente.

Subió el volumen y siguió escuchándola, como si le estuviera cantando solo a ella.

Cosas del Destino Where stories live. Discover now