❀ | Capítulo 11

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La preparatoria albergaba lugares bastante lindos y tranquilos. Jeon Jungkook se dispuso a explorar en el receso lo más que pudiera del amplio terreno en el que estudiaba.

El sitio era gigante, estaba lleno de árboles y pasto muy bien cuidado por trabajadores de la escuela, era la zona por la que todos transitaban.

Decidió explorar la parte trasera de ésta, habían unos cuantos salones abandonados y si continuabas avanzando llegabas hasta una pequeña loma que al bajar te dejaba frente a un lago. Curiosamente en la parte trasera no había barda, puesto que estaba considerablemente alejada de las instalaciones, si cruzabas más allá del lago te adentrabas a terrenos abandonados llenos de árboles y hierba bastante crecida.

Había un gran árbol frente al lago que proyectaba sombra sobre parte de éste, estaban unas cuantas piedras en la orilla junto a troncos cercanos donde podría sentarse.

El ambiente se sentía bastante relajante, probablemente vendría a fumar en los módulos libres. No tenía nada mejor que hacer.

Al ver la hora se dio cuenta de que ya sólo le quedaban 5 minutos antes de entrar a la siguiente clase así que después de memorizar como llegó a éste sitio emprendió su camino regreso a la multitud.

El día marchó bastante bien, después de Rossel y Jimin él fue el que más participó en clase de química. Los dos primos como siempre se desvivían por responder y fue cuando se cuestionó si no les dolía el brazo por todo el tiempo estarlo levantando en busca de un turno para responder las preguntas que la maestra de vez en cuando hacía. Había notado ya la pequeña rivalidad que tenían en clases, incluso fuera de ellas parecían no ser tan unidos. Rossel pasaba su tiempo libre en la biblioteca y Jimin andaba por las instalaciones con Taehyung.

Y hablando de Taehyung, los nervios lo estaban comiendo vivo, la hora de salida había llegado y se encontraba en el estacionamiento acompañado de Yoongi quien se burlaba de su incómoda situación.

Divisó la cabellera del chico con el que pasaría toda la tarde haciendo el dichoso trabajo caminar hasta donde él se encontraba, se detuvo frente a ambos bastante alegre.

—¡Hola Jungkook!, ¿estás listo?

El mencionado se quedó por un momento en trance, pensando en qué responder y Yoongi reprimió una risita.

—Si, supongo.—rasco su nuca nervioso—. ¿En qué nos iremos?

—Oh, si gustas en mi auto.

Jungkook asintió y se dio la vuelta encarando a su mejor amigo, éste parecía divertido con la situación pero se mantenía sin decir nada.

—Yoon, ¿crees que puedas llevarte mi auto? Ya sabes, directo a casa, sin "ir a dar el rol".

El peliceniza fingió sentirse ofendido llevando una mano a su pecho y frunciendo exageradamente el ceño, Jungkook sonrió ampliamente mostrando sus grandes y lindos dientes mientras Taehyung los miraba esperando al pelinegro.

—Si, no te preocupes. Yo lo llevo Jungkookie, tú ve tranquilo.

Convencido de que sus palabras eran falsas, no le quedó de otra y le entregó las llaves del auto al más bajo. Yoongi las miró como si fueran un joya y se adentró bastante emocionado. Jungkook seguía preocupado por su auto pero decidió no darle tanta importancia y comenzó a caminar por el estacionamiento a lado del chico.

Entraron al lindo auto color gris y después de ponerse los cinturones de seguridad emprendieron su camino a casa de Taehyung.

En todo ese rato no cruzaron muchas palabras y gracias a que nunca se habían tratado antes, el estar en un mismo espacio y en silencio generaba cierta tensión que a Jungkook le ponía los pelos de punta. En su mente imaginaba una escena donde de pronto Taehyung sacara una pistola y le diera tres balazos en la cabeza porque lo odiaba sin algún motivo. Si, mucha imaginación, pero no podía pensar algo distinto estando en el mismo sitio con un chico algo extraño y que le causaba cierta intriga.

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