❀ | Capítulo 15

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Jungkook no era un amante de las fiestas ni mucho menos, pero cuando de vez en cuando se animaba, asistía a alguna con Yoongi en la que ambos fuesen invitados.

Una pelinegra de cabello corto llamada Kim Yerin que se volvió una colega más de Min Yoongi invitó a ambos este fin de semana a una fiesta en ausencia de sus padres. Se decía que la chica era popular y al ver el mar de gente en el patio de su casa supo que aquellos rumores eran ciertos. Habían personas de todo tipo, desde gente sencilla hasta personas que al parecer gozaban de una buena economía, o eso mostraban, con sus zapatos y ropas de marca sin mencionar sus perfectas cabelleras.

La música retumbaba fuerte y ambos chicos se abrían paso entre la multitud para llegar hasta la entrada de la casa e ir por unos cuantos tragos a la cocina donde usualmente solían colocar las neveras con cervezas. Jungkook tan solo vestía una camiseta de botones color blanca algo holgada y unos jeans de mezclilla, claro que sus preciadas botas aplasta cráneos no podían faltar. Yoongi al igual que él vestía sencillo: una camisa gigante color negra y un pantalón del mismo color. Los dos iban con su cara de poker intentando parecer interesantes y misteriosos como en las películas americanas para que dijeran entre sí el típico "wow, quién es él" e impresionar.

—¡Yoon!, ¡Kook!

Yerin estaba detrás de la barra bebiendo con dos chicos más, bastante guapos a decir verdad.

—¡Hey!, ¡ahí estás!

Yoongi jaló a su mejor amigo por toda la sala hasta adentrarse a la cocina donde los dos chicos altos y pelinegros que acompañaban a su colega los miraban expectantes.

—Me alegra que hayan venido.—La mas baja sonrió, realmente se veía pequeña entre chicos que pasaban de un metro con setenta—. Chicos, ellos son Yoongi —señaló al peligris—Y Kook.—Su dedo apuntó a Jungkook.

Los mencionados les tendieron la mano y ellos la aceptaron con una sonrisa, parecían amables.

—Soy Kim Seokjin.—Habló el de hombros anchos—. Pero me gusta solo "Jin".

Esta vez el que habló fue el chico a su lado, éste tenía unas cuantas perforaciones y tatuajes.

—Taemin.

Taemin tenía cierto aire de rebeldía que sin duda atraía a cualquier chica que entraba a la cocina, aquellos cuatro chicos llamaban la atención por el simple hecho de existir sin siquiera notarlo.

Jungkook tomó dos cervezas y le tendió una a Yoongi, ambos le dieron un gran trago y se quedaron junto a la pelinegra y sus acompañantes por un rato más.

No necesitabas tratarlos de cerca para saber que eran chicos de buena familia, solo bastaba con observar sus portes y preciosas facciones acompañados de buena vestimenta y perfumes que seguramente costaban un ojo de la cara. Jungkook aún no comprendía como es que Yerin tenía tantas amistades, era sorprendente.

Pero a pesar de ser chicos con un alto prestigio social no los miraban como si fuesen un pan lleno de hongo, al contrario, se comportaban amables y con toda la disposición de socializar. A ambos les agradó aquello.

Pasaron unas cuantas horas donde Jungkook y Yoongi bebieron varias cervezas mirando divertidos a los que se encontraban ya algo borrachos desde un sillón de cuero color negro que sacaron al patio. Movían sus pies sobre el ya húmedo pasto sintiendo la brisa de la noche sobre ellos. Al otro lado del sitio había un chico vomitando hasta los pulmones, ambos hicieron una mueca al ver aquella escena y se dedicaron a mirar otras cosas antes de que les contagiara las náuseas.

A Jungkook le gustaba bailar pero aunque no lo aparentaba era tímido, con el único que podía ser él mismo era el peliceniza y Namjoon, a veces con Taehyung pero no tenía el mismo nivel de confianza.

Por otro lado, Yoongi no bailaba porque era bastante perezoso, el único ejercicio que hacía era jugar baloncesto y con suerte iba a la escuela. También amaba burlarse de los chicos ebrios que no se podían mantener de pie sin menearse como bandera, reía a carcajadas, era un poco cruel pero divertido. Jungkook hacía lo mismo o simplemente se quedaba pensando por largos ratos sobre cosas triviales.

Eso sí, los dos venían en paquete.

A Jungkook se le pegó la canción que retumbaba por las bocinas y comenzó a tararear mientras meneaba su cabeza de un lado a otro bebiendo por ratos de su cerveza, varias chicas se les plantaron de frente invitándolos a la pista pero se negaron porque siendo sinceros les daba pereza.

—Quiero orinar.

Yoongi asintió bajando los pies de las piernas de su amigo y se acostó a lo largo de todo el asiento con intención de apartarle el lugar, varios le miraron mal porque querían sentarse pero solo se acomodó más para así fastidiarlos un poco, le gustaba fastidiar.

El pelinegro caminaba por los pasillos de la casa, se había encontrado a Yerin quien le explicó dónde quedaba el baño, así que solo le quedaba subir hasta el segundo piso y buscar la tercera puerta del lado izquierdo en otro pasillo que llevaba a las habitaciones las cuales por obvias razones cerraron con llave. Se sentía un poco adormilado, quizá por el efecto del alcohol e intentaba mantener sus ojos bien abiertos a pesar de querer botarse a dormir aún si era en el suelo.

—Lo sé, pero es complicado ¿sabes? cuesta un poco.

Se detuvo al escuchar la voz de Taemin sonar algo decaída, supuso que ya estaba un poco pasado de copas.

—Escucha, sé que Rossel te gusta pero comprende que entre ustedes no podría haber algo.

Jungkook podía jurar que todo tipo de cansancio y pereza se esfumaron de su cuerpo al oír aquello, se quedó estático y agudizo el oído. No era del tipo que disfrutaba escuchar pláticas ajenas, pero esto le interesó.

—Joder, sé que ella es demasiado para mi, solo soy un maldito chico hundido en adicciones pero tengo buenas intenciones Jin...aunque quizá tengas razón, sus padres son demasiado cerrados de mente y ni en mis sueños aceptarían que ella y yo tuviéramos algo.

Vaya, estaríamos en las mismas...—pensó Jungkook y se reprendió de inmediato porque siquiera cruzaba palabra con la pelinegra, no podía sentirse atraído tan pronto ¿no?

Recordó entonces que tenía ganas de orinar, así que haciéndose el desentendido avanzó por el pasillo topándose con ambos chicos, solo les hizo un gesto con la cabeza y entró al baño.

Su mente era un lío y a decir verdad no le extrañaba el que Taemin conociera a Rossel, mucho menos que tuviera un crush con ella, aquella chica era guapa y bastante interesante; además, ambos venían de una buena familia, seguro convivían bastante.

Cuando finalmente terminó de orinar y se lavó las manos salió sintiendo que tenía una carga menos, literalmente.

Aún tenía ganas de burlarse con Yoongi de los chicos ebrios, así que peinó su cabello hacia atrás e intentando no tropezar fue en busca de su mejor amigo.

Aún tenía ganas de burlarse con Yoongi de los chicos ebrios, así que peinó su cabello hacia atrás e intentando no tropezar fue en busca de su mejor amigo

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