I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)

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Han pasado un par de semanas desde que Hotch y yo nos sinceramos el uno con el otro en la sala de mi casa. Por obvias razones, las cosas no han sido nada fáciles desde entonces, al menos para mí.

Hotch volvió audazmente a su habitual actitud -no esperaba menos de él-, tratándome como a cualquier otro agente de la unidad, salvo que esta vez no se atrevía a hacer contacto visual conmigo en ningún momento. Irónicamente, ahora es él quien no puede sostenerme la mirada, y no sé con exactitud como debo tomarme eso. Todo lo ocurrido me sigue doliendo demasiado, pero siempre intento disimular que todo va muy bien y que nada ha cambiado en mi monótona vida.

Infortunadamente no lo he hecho tan bien como esperaba, ya que Elle y García han estado preguntándome si hay algo de lo que quiera hablar, ante lo que simplemente finjo estar confundido y respondo que no, que todo está bien, mientras que ellas fingen que me creen y siguen sus actividades cotidianas con normalidad, no sin antes reiterarme que puedo contar con ellas para lo que sea.

Por fortuna se ha presentado un nuevo caso, lo cuál me viene perfecto, pues es justamente lo que he estado necesitando durante estos días para enfocar por completo toda mi concentración. Así ya no me quedará tiempo libre para pensar en Aaron.

Durante el tiempo que nos toma llegar hasta Los Angeles en el jet, JJ se ha encargado de darnos todos los detalles de los crímenes por los que han solicitado nuestra ayuda en dicha zona.

Al parecer, durante un período de dos meses, cinco mujeres han sido asesinadas en la ciudad. Todas ellas jóvenes universitarias de no más de veinte años de edad. Los cadáveres fueron encontrados en contenedores de basura, ubicados en distintos callejones de la ciudad.

Las víctimas habían sido atacadas sexualmente, antes de que sus brazos y piernas fueran amputadas aún estando vivas, lo cuál les ocasionó una muerte lentamente tortuosa. Finalmente, el ignoto había colocado los restos de cada víctima en una bolsa de basura, antes de abandonarlo en un contenedor.

Intercambiamos algunas opiniones durante el viaje, yo señalé el método que usa el ignoto para matar. No las estrangula, apuñala o asfixia, como es habitual en los homicidas sexuales, es particularmente sádico. Lo que hace es devaluar a sus víctimas, cortándolas en pedazos, para luego desecharlas como basura; esto nos deja en claro su opinión sobre las mujeres, y todos estuvimos de acuerdo en que era un punto revelador a la hora de realizar el perfil.

Minutos después, una vez en tierra, Morgan, Hotch y yo nos dirigimos a la última escena del crimen, donde hallaron a la sexta víctima; la parte trasera de un restaurante pequeño y no muy reconocido.

Una vez en el lugar, bajamos de la camioneta y nos dirigimos hacia el sitio que ya ha sido asegurado por la policía, y los restos ya han sido retirados. Varios curiosos se aglomeran en los alrededores, al igual que los reporteros quienes exigen respuestas.

Nos acercamos a la detective del caso, quien al vernos le da las últimas indicaciones al policía que se halla con ella, y camina hasta quedar frente a nosotros.

—Agente Hotchner de la Unidad de Análisis Conductual del FBI —Hotch estrecha su mano brevemente—. El Dr. Reid, y el agente Morgan —se encarga de presentarnos como es habitual.

—Detective Decker —nos estrecha la mano a Derek a mí. Me sorprende lo joven que se ve, no aparenta tener más de treinta años y es una mujer bastante bonita. Es algo nuevo, ya que normalmente nos toca trabajar con hombres maduros—. Debido a la cantidad de muertes que han habido en tan poco tiempo, decidí no perder más tiempo y contactarlos de inmediato.

—¿Qué puede decirnos de esta última víctima, detective? —interroga Hotch con su habitual rostro impasible.

—Los empleados del restaurante la hallaron esta mañana cuando sacaron la basura. Fue identificada como Sophie Wilson, era una respetada abogada en su comunidad, treinta y tres años de edad. La reportaron como desaparecida hace tres días.