19

1.3K 132 67
                                    

Aaron Hotchner.

Acababa de firmar los papeles que me declaraban oficialmente un hombre divorciado. Había decidido firmarlos después de una conversación con Jack, en el que me había dicho que no me preocupara, que todo estaría bien, y eso fue suficiente para despejar cualquier duda o malestar que se había instalado en mi cabeza con respecto al tema.

Era muy tarde, acabábamos de llegar de un caso, y estaba poniendo unas cuantas cosas en orden antes de irme a casa, cuando alguien tocó la puerta de mi oficina.

—Adelante —contesté desinteresadamente, apartando la mirada de las carpetas cuando escuché a alguien entrar. Era Morgan—. Pensé que ya te habías ido.

—Necesito hablar contigo—su rostro increíblemente serio me hizo arquear una ceja de forma inquisitiva. Parecía algo grave, y eso me preocupaba.

—¿Qué sucede? —interrogué, entrelazando los dedos sobre mi escritorio, mientras le dedicaba mi total atención.

Él se acercó y tomó asiento frente a mí, sin abandonar ni por un segundo esa expresión estoica. Podía notar el enojo en sus ojos, ¿pero yo le había hecho algo sin darme cuenta?

—Estoy molesto contigo —dijo de forma directa, y mi ceño fruncido se acentuó—. No sé que le dijiste a Reid en la comisaría, pero estoy convencido de que lo heriste. Y escuché lo que le dijiste hace rato en el avión, realmente fuiste muy injusto. Tú también has llegado a empatizar con algunos involucrados en casos anteriores, también dejaste de ser objetivo esas veces, ¿realmente tenías que ser tan duro con el chico?

Y silencio. Me era un tanto difícil procesar todas sus palabras. ¿Acaso me estaba regañando?

Pero yo no había dicho nada fuera de lugar, y sin importar lo mucho que quería a Spencer, tenía la obligación de hacerle ver sus fallos como en este caso.

—Realmente no tienes derecho a meterte en este asunto, Morgan —le dediqué una de mis amenazantes miradas—. Reprendí a Reid porque se lo merecía, fue más que irresponsable e imprudente, sabes que ese tipo de comportamientos no están permitidos en este trabajo, debemos respetar las reglas.

Morgan rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos. Me dedicó su mejor mirada retadora, como para hacerme entender que no me temía.

—Olvida las malditas reglas, Hotch. Nadie resultó herido, y sabes que hubiera terminado diferente de no ser por Reid. Hizo lo que creyó correcto, a pesar de todo lo que sufrió, sigue conservando su nobleza y ambos sabemos que siempre hará lo que sea con tal de salvar a las personas. Él no merecía el trato que le diste.

—¿Qué sabes de su vida? —le pregunté, interesado.

De pronto ya no me sentía tan convencido de haber obrado de forma correcta. Sabía que Reid fue abandonado por su padre cuando era niño, pero nada más que eso. Si lo habían dañado otras personas quería saberlo. Comenzaba a sentirme culpable.

—Cuando lo mandaste junto a mí para examinar esa habitación, él se abrió conmigo y me contó lo que esos malditos bastardos le hicieron en su escuela. No sabes lo impotente que me sentí al saber que nadie lo ayudó, y que yo tampoco estuve ahí para hacerlo. Si lo hubieras visto así de roto al revivir esos espantosos momentos, hubieras pensado dos veces antes de haber actuado como un imbécil.

El sentimiento de culpa se había intensificado y comenzaba a sentir una gran opresión en el pecho al imaginarme las cosas que mi dulce genio había pasado. Ya no estaba molesto con Morgan, a pesar de la forma tan hostil en la que me estaba hablando.

I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt