28

1.2K 90 31
                                    


Me despierto con la reconfortante sensación de un fuerte torso pegado a mi espalda y un brazo descansando posesivamente sobre mi cintura. Escucho el amortiguado sonido de la lluvia afuera y me doy la vuelta con lentitud, quedando cara a cara con el rostro dormido de Aaron. Se ve tan hermoso así; completamente relajado. Me pregunto en qué estará soñando.

De repente, mi muslo roza contra su pene semi erecto y sonrío complacido. Guío mi mano hasta su entrepierna y comienzo a acariciarla, sintiendo como crece bajo mi tacto. Hotch se remueve un poco y abre los ojos con lentitud. Levanta las sábanas y observa su miembro cómodamente acurrucado contra mi mano.

—¿Así despiertas a las personas normalmente? —sonríe, aún viéndose un poco adormilado.

—Anoche quedé con ganas de hacer algo, supuse que podía hacerlo ahora —le doy un pequeño beso en los labios, al tiempo que acelero un poco el movimiento de mi mano sobre su miembro. Él suspira.

—¿Querías masturbarme?—interroga, jadeando levemente.

—Quería chupártela.

Parece despertarse por completo al escuchar esa frase. —Nunca imaginé que usted podía llegar a ser tan sucio, Doctor Reid, debo decir que me sorprende —finge disgusto y yo me río.

—Puedo ser bastante impredecible a veces.

—Ya lo veo —cierra los ojos y suspira cuando paso el pulgar sobre la húmeda punta—. Bueno, soy todo tuyo. Adelante.

Cuando me incorporo, arrugo la frente al sentir incomodidad en mi parte trasera, pero enseguida decido ignorarlo deliberadamente. Me sumerjo debajo de las sábanas, deseoso de comenzar a darle placer a mi jefe.

Minutos más tarde, una vez culminado nuestro ligero polvo matutino y después de tomarnos una larga ducha juntos, nos encaminamos hacia la cocina. Le doy un poco de leche a Kurt, antes de sentarme en una de las sillas disponibles. No puedo evitar una mueca de disgusto cuando siento un ligero dolor punzante al tomar asiento. Para mi mala suerte, esa expresión no pasa desapercibida para Hotch.

—¿Sucede algo? —interroga con cautela. Estoy seguro de que ya sabe exactamente lo que me sucede, pero el maldito quiere que se lo diga.

—Absolutamente nada —le sonrío ampliamente, él enarca una ceja pero decide dejarlo pasar—. ¿Qué vas a preparar? —cuestiono, para cambiar de tema.

—¿Qué te apetece a ti?

—Normalmente desayuno algo de fruta —me encojo de hombros. Y eso si alcanzo a desayunar, porque a veces tengo que salir corriendo hacia la oficina para poder llegar a tiempo, apenas alcanzando a darme una ducha rápida. Pero será mejor no comentarle eso.

—¿Sólo eso?

—Y una buena taza de café —le sonrío.

—Debí suponerlo —rueda los ojos—. Hoy vas a desayunar como es debido.

—¿Qué hay de malo con mi desayuno? —me levanto y me acerco lo suficiente para abrazarlo por detrás, haciendo que deje momentáneamente lo que sea que esté preparando—. Las frutas son nutritivas, y lo mejor es que son dulces —murmuro con los ojos cerrados por su cercanía.

—Pero no es suficiente, necesitan más complementos —afirma, acariciando mis manos sobre su estómago.

—Lo que tú digas —sonrío alejándome—. Yo preparo el café.

Después de terminar el desayuno excesivamente cargado de mi... ¿compañero? Salimos a caminar por los alrededores. La lluvia ha cesado, pero las nubes grises continúan bloqueando cualquier rayo de luz solar.

I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)Where stories live. Discover now