22

1.4K 114 39
                                    

Una vez que terminamos con el caso en Denver, regresamos a Quantico lo más pronto posible. Estoy conforme con que todo haya culminado sin que tuviera que perderse otra vida en el proceso, ya que el arresto de ambos ignotos fue pacífico. Bueno, con el segundo lo tuvimos un poco más difícil, pero terminó entregándose al final.

En el avión de regreso a casa, me entretuve jugando unas partidas de ajedrez con Gideon, aunque como siempre, acabé derrotado en todas las ocasiones. Me atrevo a decir que Gideon es el mejor oponente al que me he enfrentado, aún así no pierdo las esperanzas, tal vez algún día me deje ganar aunque sea por lástima.

Me siento en mi escritorio para comenzar a redactar mi informe esta misma noche, sin importarme la hora. Sé que el sueño tardará mucho en aparecer, debido a todo el café que he consumido durante las últimas horas.

—Puedes hacer eso mañana —comenta Morgan, deteniéndose a mi lado.

—¿Por qué dejar para mañana lo que puedo hacer hoy? —digo, sin levantar la vista de los papeles.

—¿Podrías hacer el mío también de paso? —bromea.

—Y el mío —medio grita Elle desde su escritorio.

—Ni lo sueñen, par de aprovechados —respondo tranquilamente, sin dejar de mover el bolígrafo sobre el papel. Ambos se echan a reír.

Dejo de pensar en todo lo que sucede a mi alrededor y me concentro en terminar mi reporte de la mejor manera posible. No sé cuánto tiempo transcurrió, pero para cuando pongo el punto final en la hoja y levanto la cabeza, el lugar ya esta completamente vacío.

Incluso la mayoría de las luces han sido apagadas. Sin embargo, logro vislumbrar a la perfección una franja de luz que se filtra a través de las persianas de la oficina de Hotch. Me levanto de mi silla y entonces lo veo. Está sentado, pero no puede verme, pues esta bastante enfocado en los papeles que examina sobre su escritorio.

Trago saliva y avanzo con pasos lentos con mi informe en manos, con la intención de entregárselo esta misma noche, o madrugada, ni siquiera sé que hora es.

La puerta esta entreabierta, pero aún así golpeo con los nudillos un par de veces, antes de adentrarme. Hotch levanta la mirada al escuchar el ruido, parece un poco sorprendido de verme.

—¿Qué haces aquí todavía? —cuestiona, con rostro apacible, prestándome toda su atención.

—Pensé en terminar esto lo antes posible —levanto los papeles y me acerco un poco más para poder dejarlos sobre su escritorio.

—Pudiste hacerlo mañana—comenta, frunciendo un poco el ceño.

—Sí, pero tenía ganas de hacerlo ahora —contesto con simpleza, sin una mejor explicación en mente.

La verdad es que quise quedarme más tiempo que los demás para poder tener un momento a solas con Hotch, pero por supuesto que no le diré eso. No quiero forzar las cosas, ni tengo grandes expectativas sobre lo que pueda suceder, me conformo con simplemente intercambiar un par de palabras con él, aunque se trate meramente de cuestiones laborales.

—Estoy seguro que en tu escuela eras el niño que le avisaba al profesor cuando éste se olvidaba de que debía tomar un examen —sonríe.

No puedo explicar la bonita sensación que me invade cada vez que logro presenciar una sonrisa suya. Es una pena que eso suceda en muy pocas ocasiones.

—La verdad es que sí —me rasco la nuca, con una sonrisa nerviosa—, supongo que el odio que me tenían estaba justificado.

Hotch deja de sonreír después de escuchar esa frase y antes de que todo se vuelva incómodo decido volver a hablar: —Ahora ya puedo irme.

I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)Where stories live. Discover now