23

1.3K 125 70
                                    


La cita que acordamos Hotch y yo sigue en pausa, pues apenas hemos tenido tiempo de respirar los últimos días. No puedo negar que eso me tiene inconforme, pero no todo ha sido tan malo. Paso mucho tiempo al lado de Hotch con los casos, y aunque estemos siempre en un ambiente laboral, con verlo constantemente me es suficiente.

Nos hemos vuelto mucho más cercanos este tiempo. Cada vez que Hotch reparte las misiones al equipo, siempre me pone con él, ya sea para visitar una escena del crimen, o para entrevistar a personas que pueden ayudarnos con la investigación. Supongo que el equipo ya lo ha notado, pero eso ya no me preocupa, pues como me dijo Elle anteriormente, ninguno de ellos ve esto con malos ojos. Es más, ni siquiera les importa.

No obstante, cuando se trata de compartir habitaciones de hotel durante los casos, Hotch siempre me deja con Morgan o Elle, mientras que él se queda con Gideon. He de admitir que eso siempre me desanima, pero supongo que considera un gran peligro que estemos solos en una misma habitación. A mi no me importaría cruzar los límites con él, es lo que llevo deseando desde hace mucho, pero él quiere esperar, y aunque no entiendo muy bien el motivo, respeto su decisión. Estoy satisfecho con los fugaces besos que me brinda en las pocas ocasiones que logramos quedarnos completamente solos en algún lugar.

Me recuesto en el sillón de mi sala, con el pequeño Kurt durmiendo sobre mi estómago. Quiero pasar un tiempo más con él, antes de irme al trabajo. Ha sido difícil para mí tener que dejarlo durante tanto tiempo cuando me toca viajar, pero por fortuna tengo una vecina de treinta y tantos años que ama los gatos tanto como yo. Se ofreció a cuidar a Kurt cada vez que me toque ausentarme, y al ver lo bien que cuida de sus tres felinos, acepté aliviado. Me ha dicho que Kurt se lleva bien con sus "hijos", así los llama ella, incluso les ha tomado fotos mientras juegan todos juntos con mi bebé. Es una mujer un tanto excéntrica, pero es muy buena persona, siempre me recuerda un poco a Lucifer. Y hablando del rey de Roma...

Mi celular comienza a vibrar, indicando una llamada entrante de mi estrafalario favorito.

—Hola, Lucifer —contesto animadamente.

—Hasta que al fin logro localizarte, comenzaba a creer que ya no querías hablarme —escucho un fingido tono de dolor en su voz. Siempre tan dramático.

—Nada de eso, sólo estuve muy ocupado, por eso no te cogía las llamadas —le explico, al tiempo que acaricio la cabecita de Kurt con dulzura. Ronronea complacido.

—Supongo que ahora no estás ocupado, entonces —asume de forma muy acertada.

—Así es, estoy recostado con Kurt, aunque voy a tener que dejarlo pronto para ir a trabajar.

—¿Y como está esa pequeña bola de pulgas?

—Muy bien, sus pasatiempos favoritos son comer y dormir encima de mí, supongo que soy cómodo —comento divertido.

—No lo culpo. Dudo que alguna vez pueda olvidar la increíble sensación que experimenté durmiendo con tu cuerpo desnudo entrelazado con el mío. Ciertamente eres muy relajante, Doctor, diría incluso que terapéutico.

Carraspeo un poco, bastante incómodo ante esa provocativa confidencia.

—¿Llamaste por algo en particular? —pregunto, tratando de desviar la conversación hacia un tema menos complicado de abordar.

—De hecho sí, a que no adivinas quién me invitó a su boda.

—Mmm, pues la verdad es que no —por más que le doy vueltas al asunto, no se me ocurre nadie. Tampoco es que tengamos muchas personas en común.

—La detective Decker. Se volverá a casar con el inútil de su ex esposo, ¿puedes creerlo? —puedo notar la indignación en su voz—. No funcionó la primera vez, ni siquiera la cría que tienen logró salvar ese matrimonio, ¿qué les hace pensar que funcionará ahora? ¡Menuda estupidez!

I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)Where stories live. Discover now