I Crave You. (Hotch/Reid/Lucifer)

27

Por un momento, Spencer siente la tentación de pellizcarse para comprobar que de verdad no esté soñando. No puede creer que su mayor anhelo se esté haciendo realidad; está en la cama con Aaron Hotchner.

El hombre lo escucha suspirar cuando recorre con los labios cada centímetro de la pálida y suave piel que cubre su cuello. No resiste la tentación de succionar un poco, con la clara intención de marcarlo. Spencer gime bajito, cuando una corriente placentera recorre todo su cuerpo desnudo, al sentir los dientes del hombre rozarlo.

Los labios de Hotch siguen bajando, depositando tiernos besos en cada pedazo de piel que cubre el torso del genio. Envuelve su boca alrededor de uno de sus pequeños y rosados pezones, haciéndolo gemir y suspirar con el roce de su húmeda lengua. Hace lo mismo con el otro pezón, mientras estimula con su dedo pulgar el anterior, completamente húmedo y duro bajo las atenciones que recibe. Spencer suspira, completamente extasiado, mientras siente que se pone cada vez más duro.

El mayor continúa su recorrido, besando y lamiendo la blanca y tersa piel que cubre el plano vientre de su amante. Se detiene un momento para levantar la mirada, completamente maravillado ante la imagen que tiene delante; Spencer con los labios rojos y entreabiertos, jadeando levemente, el cabello revuelto, los ojos vidriosos y las mejillas sonrojadas. Su ego aumenta al ser consciente de que él es la razón por la que el muchacho se encuentra así, por sus expertos toques que lo están llevando al límite.

La punta de su nariz roza sutilmente los vellos castaños que cubren su pelvis, a medida que va bajando. Sus ojos contemplan, casi con adoración, la palpitante erección del joven, con la punta húmeda gracias al líquido preseminal. Sin perder más tiempo, toma la base con la mano izquierda y pasea la punta de la lengua sobre el glande con lentitud, para probar el sabor de su chico. Spencer lanza un sonoro gemido, mientras hace su mejor esfuerzo para no cerrar los ojos, de ninguna manera quiere perderse la imagen de Aaron disfrutando de su hombría.

—Escandaloso, apenas te rocé —sonríe, mientras comienza a mover su mano de arriba hacia abajo con extrema lentitud, observando atentamente todas las reacciones del joven.

—Es que me vuelves loco con cada acción, por mínima que sea —responde entre jadeos. Cierra los ojos y vuelve a recostar la cabeza sobre la almohada cuando sus mejillas se calientan ante la intensa mirada de Hotch.

—Me fascina escucharte, no quiero que te reprimas —murmura, antes de volver a tomar el necesitado miembro en su boca.

Spencer hunde ambas manos en el corto cabello negro, al tiempo que suelta pequeños gemidos cada vez que Hotch se folla la boca con su pene. Siente que se le pone más dura, cada vez que la lengua del hombre se pasea por toda su extensión. Vuelve a incorporarse y cuando abre los ojos, se encuentra con la hambrienta y lujuriosa mirada de Hotch, con las pupilas completamente dilatadas como los de un animal salvaje observando a su presa. Se siente maravillado ante la visión de la boca de Aaron engullendo toda su longitud con ganas.

Toma el bote de lubricante que dejó en un costado de la cama previamente y se lo unta en los dedos, mientras comienza a delinear los testículos de su compañero con la punta de la lengua. Spencer jadea y estruja las sábanas con ambas manos, sin dejar de observar con fascinación todas las acciones de su jefe. Abre un poco más las piernas cuando siente los dedos húmedos de Aaron paseándose entre sus glúteos, se tensa cuando uno de ellos dibuja pequeños círculos sobre su entrada. Hotch deposita pequeños besos sobre el vientre del chico, para intentar relajarlo, mientras presiona uno de sus dedos dentro de él. Lo siente tan estrecho que ni siquiera puede imaginar lo bien que se sentirá enterrarse por completo en lo más profundo de su interior.

—Estás tenso —afirma el mayor, al tiempo que comienza a mover su dedo índice con lentitud, exploradondo.

—Es que estoy nervioso —confiesa el castaño. Cierra los ojos y suelta un ligero suspiro, tratando de relajarse ante la intromisión.