19:00

59 8 5
                                    

Han-Jae respiró hondo en un intento de tranquilizar su acelerado corazón. Apenas podía concentrase en la película debido a que no podía apartar su mirada de Young-Soo.

A pesar de que ya lo conocía hace más de un mes siempre se quedaba anonadado ante su bello rostro. Hoy lucía más guapo que nunca. Y la manera en que comía las palomitas era adorable a sus ojos. Sus mejillas se abultaban con gracia mientras sus ojos no se despegaban de la enorme pantalla.

Decidió dejar de verlo para concentrarse en la película.

Dos horas después ambos salían de la sala compartiendo con emoción sus opiniones. En varias oportunidades sus ojos se habían encontrado al tratar de observar al otro y sus manos nunca se despegaron hasta que terminó la película.

—Ya son las seis, ¿quieres comer algo? —preguntó Young-Soo.

—Me gustaría, busquemos un restaurante.

Al salir del edificio notaron que el cielo estaba tapado en nubes y había un poco de viento. Young-Soo de inmediato se puso su suéter.

—¿Tienes frio? —preguntó Han-Jae dispuesto a darle su abrigo. Young-Soo negó con una sonrisa amable.

—Descuida, estoy bien. Busquemos rápido un lugar y comamos algo.

Entraron a un restaurante al azar. En el interior estaba cálido y olía de maravilla. Pidieron estofado de res ya que el clima les había abierto el apetito por una sopa caliente.

—¿Te fijaste en la pareja peleando unos asientos más adelante? —preguntó Young-Soo.

Han-Jae negó confundido. En lo único que se había concentrado fue en la película y en Young-Soo comiendo palomitas.

—Eran bastante ruidosos.

—Creo que mi atención estaba demasiado fija en la pantalla —se excusó.

Young-Soo abrió la boca para decir algo, pero la cerró rápidamente y apretó los labios en una sonrisa.

—¿Ocurre algo?

—No creas que no noté como me mirabas, —comentó con una pizca de humor en la voz— No eres muy discreto.

Han-Jae sintió como las mejillas se le calentaban en menos de un segundo. De seguro Young-Soo pensaba que era escalofriante.

—L-Lo siento, no quería hacerte sentir incómodo —murmuró encogiéndose en su asiento y evitando su mirada.

De inmediato la silla junto a él fue ocupada por Young-Soo quien le puso ambas manos en las mejillas para alzar su rostro. Le sonrió con calma y un poco de arrepentimiento.

—No lo dije para hacerte sentir mal, lo siento. —se disculpó— De hecho, creo que fue adorable verte nervioso por mi causa.

—Eres malo, creí que estabas enfadado. —dijo tomando sus manos para besar sus nudillos. Young-Soo se puso rojo ante la acción— Trataré de mirarte menos la próxima vez.

—No he dicho que no puedas mirarme —susurró con timidez.

Antes de seguir hablando un camarero llegó con la comida por lo que Young-Soo volvió a su lugar frente a él con las mejillas aún encendidas. Han-Jae no sabía que fuerza lo poseyó en ese instante para besar sus manos, pero al menor pareció no molestarle.

—¿Quieres hacer algo más después de comer?

—Podríamos dar un paseo —sugirió.

—Me parece bien, así me ayudas a conocer mejor la ciudad.

Zero O' Clock | Novela BLWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu