37:00

49 6 0
                                    

Ki-Jeong sentía la intensa mirada de Do-Hyeon sobre él mientras salían del edificio. Luego de algunos minutos caminando decidió detenerse y hablar.

—¿Tengo algo raro?

—No, ¿por qué preguntas?

—No me has quitado la mirada de encima desde que llegaste aquí.

—Te miro porque te ves guapísimo. —contestó sonriendo. Ki-Jeong se sonrojó de golpe y apartó la mirada sin saber que contestar.

—¿Tu casa está muy lejos?

—Mas o menos, quince minutos en autobús y otros diez a pie. Lo siento, iba a traer la camioneta de papá, pero se averió.

—Está bien, no me importa caminar.

Y era verdad, no le importaba caminar unos minutos más, sin embargo, cuando bajaron del autobús ya estaba oscureciendo y la nieve empezó a caer obligándolos a apresurarse antes de que empeorase. Mientras andaban, un mal paso hizo a Ki-Jeong resbalar y perder el equilibrio, pero por suerte, Do-Hyeon lo sostuvo antes de que cayese al piso.

—¡Cuidado, bebé! —exclamó rápidamente. Lo sostuvo de los hombros y quitó algunos mechones de sus ojos. Ki-Jeong fue consciente en ese momento de lo alto que era el menor y que sus manos eran mucho más fuertes de lo que imaginaba— ¿Estás bien?

—¿C-Cómo me dijiste? —cuestionó.

Do-Hyeon apretó los labios y se puso rojo. Carraspeó la garganta antes de hablar.

—Te dije bebé. Lo siento, desde que empezamos a salir he querido decirte así. ¿Te molesta?

—No, me gusta. Puedes ponerme el apodo que quieras —susurró, avergonzado— Sigamos caminando.

Anduvo unos cuantos pasos antes de detenerse de nuevo. Do-Hyeon lo miró, confundido. Observó a ambos lados antes de ponerse de puntillas y dejar un suave beso en los labios de su novio.

—No te había dado tu beso.

Dijo, y continuó su caminata sin querer mirar atrás. Young-Soo le había aconsejado que fuera más afectivo ya que muchas veces, sin quererlo, era algo frio con el menor. En su relacion pasada él siempre había sido la parte más atenta, cariñosa y algo empalagosa de la relacion, todo eso cambio cuando fue engañado. Por eso ahora le costaba un poco volver a ser como era antes.

Oyó unos pasos rápidos detrás suyo y luego unos brazos lo atraparon desde atrás.

—No puedes besarme, agitar mi corazón por completo y después huir así. —murmuró en su oído.

—Si puedo, ya lo hice.

—Pues no dejaré que huyas la próxima vez —declaró, y dejó un sonoro beso detrás de su oreja.

Ki-Jeong soltó un ruido de sorpresa y se volteó para regañarlo, pero las palabras jamás salieron de su boca debido a que los labios de Do-Hyeon lo callaron antes de hablar. Fue besado de manera tierna y delicada

—Me lo debías. —dijo al separarse. Le tomó la mano y lo alentó a seguir caminando— Casi llegamos.

—¿Seguro de que no debí traer algún regalo? Me siento mal por llevar solo dulces.

—No te preocupes, en navidad ellos prefieren la comida antes que los regalos.

Llegaron a una casa de un piso rodeada por una verja de metal. Do-Hyeon abrió la puerta y lo dejó pasar antes. En vez de abrir la puerta principal directamente, golpeó tres veces.

—¿No tienes llave?

—Mamá dijo que quería recibirte —alcanzó a contestar antes de que la puerta se abriese de golpe.

Zero O' Clock | Novela BLWhere stories live. Discover now