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Cuando vean un * es momento de reproducir el video. Si reconocen en que serie tocan la canción se han ganado todo mi amor.

Young-Soo suspiró luego de cerrar la puerta de la enfermería. 

Caminó al baño y se mojó la cara con agua fría pero aún así sus mejillas se sentían calientes y su corazón latía como loco.

Cuando Ki-Jeong le dijo que el profesor nuevo había sido un antiguo alumno se imaginó a un tipo grande con el pelo rapado, vestido de cuero y con tatuajes a la vista. No a un hombre tan guapo y bien educado.

—No, ni se te ocurra volver a caer solo por una cara bonita. —se regañó a si mismo mientras volvía a remojarse la cara— Olvídalo.

Después que él y Ki-Jeong fuesen reubicados Young-Soo asistió a terapia psicológica por casi seis meses hasta que logró superar varios traumas que le impedían volver a relacionarse con otras personas.

Tanto la psicóloga como Ki-Jeong le habían dicho que lo suyo con Seung-Ho jamás incluyó amor. Young-Soo entendía eso, nunca había estado enamorado de Seung-Ho y comprendía que solo estuvo con él porque necesitaba sentir algo de cariño.

Ki-Jeong le había dicho hace unos minutos que debería conocer a alguien bueno, pero por desgracia aún sentía miedo cuando alguien que no conocía lo tocaba de improviso. 

No había problema alguno cuando él tocaba a la gente ya que era su trabajo, pero recibir abrazos o que le agarrasen de la nada lo hacía tener serios ataques de pánico. Mucho menos podía pensar en tener intimidad con otra persona. Nunca.

Había consentido las relaciones íntimas incluso cuando él no quería hacerlo, después de todo, Seung-Ho era su novio. Luego entendió que solo era un bastardo manipulador que lo había hecho pensar que el sexo era una obligación básica entre todas las parejas, así que en ese momento Young-Soo lo vio como algo normal.

Ahora sentía asco de solo recordarlo.

—Young-Soo, tranquilízate —oyó la voz de su mejor amigo.

No se había dado cuenta de que estaba agarrando el lavabo con fuerza y mucho menos que estaba hiperventilando hasta que Ki-Jeong le habló.

—Eso es, respira, inhala —lo ayudó a sentarse encima del inodoro y le acarició la espalda de arriba a abajo — y exhala. Muy bien, hazlo de nuevo.

Cerró los ojos y se concentró en volver a regular su respiración. Ki-Jeong empezó a cantar la canción del tomate para distraerlo, esa melodía infantil siempre lograba apartar los malos pensamientos de su cabeza ya que solía cantarla mucho de niño.

—Estoy mejor, gracias Jeong-Ah.

—¿Qué te pasó? Hace mucho no te daba un ataque de ansiedad —lo sacó del baño y lo ayudó a sentarse en la silla junto al escritorio— ¿Pasó algo mientras no estuve?, ¿te hizo algo ese tipo? —preguntó frenético.

—No, él no me hizo nada. —respondió de inmediato— Solo me puse a pensar tonterías y no me di cuenta de que estaba teniendo un ataque.

—Tú no te pones a pensar cosas solo porque si —dijo preparándole una taza de té de manzanilla— Anda, dime.

—Ese profesor no es como imaginaba. —murmuró luego de unos segundos, confundiendo a Ki-Jeong quien le entregó el té— No es aterrador, fue amable y me dio las gracias... —Young-Soo miraba fijamente la taza mientras sentía sus mejillas volver a calentarse— y creo que es guapo.

—¡Te gustó! —exclamó Ki-Jeong con sorpresa.

—¡No quiero que me guste! —gritó con pesimismo sobresaltando a su amigo— Ese es el problema, una relación implica contacto físico y no puedo ni imaginar tomar las manos de alguien más sin ponerme a temblar.

Zero O' Clock | Novela BLWhere stories live. Discover now