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"¿Qué demonios estoy haciendo?"

Eso fue lo primero que pasó por la mente de Young-Soo al momento que salieron del supermercado en dirección a la farmacia. Desde el momento que vio a Han-Jae mirando los condones con curiosidad algo en su mente cambió. Sus pensamientos se llenaron de escenarios en donde ambos se encontraban sudorosos y desnudos en la cama.

Disimulando lo mejor que pudo se acercó y actuó de manera tranquila. Por fin estaba dispuesto a comprar todo lo necesario para poder hacer el amor con su novio. Han-Jae se veía realmente nervioso mientras caminaban, tenía las orejas rojas, desviaba la mirada y apretaba los labios.

—¿Te incomoda la idea de comprar condones? —le preguntó una vez que estuvieron en una zona sin gente.

—No es eso, solo me siento un poco avergonzado.

—¿Por qué?

—Por mi falta de conocimiento. No sabía que vienen con talla, colores o incluso sabores. —puso una mueca de confusión al nombrar lo último— A pesar de que he estudiado mucho para que nuestra primera vez sea perfecta y se sienta bien para ti, siento que voy a arruinarlo.

—¿Estudiaste por mí? —cuestionó sintiéndose conmovido. Él asintió sin mirarlo— Eres tan lindo.

—Ni siquiera sé si entendí lo que vi —murmuró, refiriéndose a su "estudio". Young-Soo lo tomó del brazo para detener su andar y se puso de puntillas apoyando sus labios en su oído.

—¿No crees que es momento de ponerlo en práctica?

Han-Jae giró su cabeza con tal rapidez que lo sorprendió. Miró a ambos lados para asegurarse de que nadie venía y dejó las bolsas en la acera para después tomarlo de los hombros con delicadeza.

—¿Estás seguro? —le preguntó con seriedad— ¿quieres hacerlo? no quiero que te sientas obligado.

—Estoy muy seguro. Incluso, debo confesar que estoy impaciente.

Lo había estado desde la primera vez que se tocaron juntos y lo estuvo todas las veces que vio a Han-Jae pasearse sin camisa por la casa o cuando lo veía cambiarse de ropa frente a él sin pudor alguno.

—También he estado impaciente, pero trataba de ocultarlo. —reveló. Pasó sus largos dedos por su nuca provocándole cosquillas y se lamió los labios antes de hablar— ¿Quieres hacerlo hoy?

La pregunta lo tomó desprevenido. Conociendo lo tímido que su novio era la mayoría del tiempo nunca imaginó que propondría aquello. Menos en medio de la calle donde cualquiera pudo haberlos escuchado.

Young-Soo posó su vista en el local de color blanco que se encontraba a unos metros alejado de ellos. Después miró a Han-Jae y asintió.

—Iré a la farmacia.

Caminó a pasos rápidos y entró a la tienda, suspiró aliviado al ver que era el único ahí. Tomó dos cajas de buena marca, una botella de lubricante y un desodorante para no verse tan desesperado. Antes de pagar, agregó unos analgésicos y parches para el dolor, ya que sabía que iba a quedar terriblemente adolorido después de ese día.

Antes de salir, lanzó las cosas a su mochila y respiró hondo tratando de olvidar la sonrisa coqueta que la farmacéutica le dio cuando fue a la caja. Afuera, Han-Jae le esperaba pacientemente apoyado contra la pared del edificio.

—Listo, a casa.

La caminata fue más rápida de lo que esperaba. En cuanto pasaron por el umbral, Han-Jae se inclinó hacia él y besó sus labios. Ni siquiera soltó las bolsas ni se quitó los zapatos, parecía que besarlo era mucho más importante que lo demás.

Zero O' Clock | Novela BLWhere stories live. Discover now