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Capítulo largo para compensar mi ausencia. Mañana trataré de subir otro, besos.


Young-Soo volvió a su departamento envuelto en su pequeña nube de felicidad. En su mente aún permanecía el recuerdo de los fuertes brazos de Han-Jae envolviéndolo, el sonido de sus gemidos y sus besos amorosos mientras se daban placer mutuo.

—Lo que sea que hayas fumado, yo quiero —comentó Ki-Jeong fregando platos en la cocina— ¿Qué te trae tan feliz?

—Digamos que Han y yo hemos dado el gran paso hacia el inicio de nuestra intimidad —dijo tratando de usar palabras suaves.

—¡¿Ya cogieron?! —preguntó con entusiasmo girando su cuello con rudeza.

—¡Claro que no, idiota sin delicadeza! —se sonrojó fuertemente y le lanzó su pantufla a la espalda— Solo nos hemos dado una mano.

—¿Se la mamaste?

—¿Puedes dejar de ser tan explícito? Y no, solo con la mano.

—Es un comienzo —se alzó de hombros. Se quitó la espuma de las manos y las secó con un trapo de cocina— Hemos hablado de cosas más explícitas antes, ¿por qué tan tímido ahora?

Young-Soo dejó la mochila en el piso antes de sentarse en el sofá. Ki-Jeong se recostó en el sitio vacío usando sus piernas de almohada mirándolo para que continuase.

—Pues, no lo sé. Creo que esta vez siento la necesidad de no llamarlo "solo sexo" ni "calentura". Lo que Han-Jae y yo hicimos fue mucho más allá de eso —trató de explicarse— Fue, simplemente muy lindo.

—Eso es porque estás enamorado. El sexo es bueno en sí, pero de seguro es mil veces mejor cuando lo haces con alguien que amas. Tal vez por eso el sexo con mi ex no era tan bueno —bromeó.

—Bueno, ahora podrás comprobarlo con Do-Hyeon.

—Claro, en un año más. —murmuró. Young-Soo lo miró confundido— A finales de enero cumple los dieciocho, desde ahí esperaré un año a que sea mayor de edad antes de hacer cualquier movimiento sobre él.

Dijo eso con tanta convicción que Young-Soo apretó los labios para no reír debido a la única complicación que traería ese plan: el inevitable deseo que vendrá con el tiempo.

Ki-Jeong y él era completamente honestos el uno con el otro, siendo mejores amigos y habiendo estado juntos en los peores y mejores momentos de su juventud su relacion era casi como la de dos hermanos que crecieron juntos. Eso quería decir que entre ellos no había filtros al hablar ni secretos que ocultar. Y no era un secreto que ninguno de los dos había tenido relaciones con alguien luego de ser reubicados.

Young-Soo estuvo todo ese año recuperándose de sus traumas por lo cual era imposible que hubiese conocido a alguien para algo casual. Ki-Jeong por su parte le dijo que quería estar un tiempo sin nadie, pero era obvio que estaba un poco (o bastante frustrado) sexualmente.

Sabía muy bien que Ki-Jeong no duraría mucho sin lanzársele encima a Do-Hyeon.

—Ya veo, ¿se lo has dicho? —preguntó sabiendo de antemano la respuesta.

—Pues... aun no. —titubeó nervioso— Ya veré cuando le digo.

—¿Y crees que lo aceptará? Digo, él te devora con la mirada cada vez que te ve, es obvio que quiere hacer más cosas contigo que solo unos cuantos besos.

—Lo sé, pero no puedo evitar pensar que todavía tiene diecisiete años. —lloriqueó cubriéndose la cara— ¡Tenemos cinco años de diferencia! ¿qué pensarán sus padres acerca de que sale con alguien mayor?

Zero O' Clock | Novela BLWhere stories live. Discover now