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—Esta será tu habitación.

Young-Soo abrió la puerta del cuarto de invitados de Han-Jae e ingresó seguido de su mejor amigo. Nunca creyó que la idea de quedarse encerrado en esa casa le desanimaría tanto. Se sentó en la cama individual y soltó un largo suspiro. Ki-Jeong dejó su bolso en el piso antes de repetir su actuar.

—La casa de Han es bonita —comentó tratando de aligerar el ambiente.

—Si.

Su respuesta fue vaga y carente de emociones. Desde la noticia de la fuga de Seung-Ho, sus ánimos habían decaído por completo. Estaba enfadado, asustado y triste, sentía todo y nada al mismo tiempo.

Unas suaves caricias en su espalda lo sacaron de su ensoñación.

—Vamos, estar encerrados no será tan malo, y tampoco será para siempre.

—Espero que tengas razón.

Para distraerse, ayudó a su amigo a guardar sus pertenencias. Mientras estaban en eso, dos golpes sonaron en la puerta. La detective, llamada Choi Hae-Rim, se asomó.

—Lamento interrumpir, chicos, pero necesitamos hablar antes de irnos.

La siguieron a la sala en donde Byung-Ho y Han-Jae parecían tener una charla privada pues se callaron cuando ellos aparecieron. Su novio se veía tenso.

—Bien, antes de irnos a hacer nuestras rondas debemos estar seguros de que han entendido todo lo que pueden y lo que no pueden hacer hasta atrapar a este tipo.

Hae-Rim sacó una hoja de papel y lápiz para anotar lo que su colega iba a decir.

—Primero, Ki-Jeong y Young-Soo tienen prohibido salir de esta casa, eso incluye asomarse por las ventanas y salir al jardín. Segundo, nadie mas aparte de los presentes puede saber que están aquí.

—Espera un minuto, ¿qué hay de mi novio? —interrumpió Ki-Jeong con semblante preocupado.

—Lo siento, sin excepciones —se disculpó Byung-Ho— Hemos tenido casos donde la victima afirma que su pareja es "de fiar", pero después esa persona le dice a un familiar, ese familiar a un amigo y así sucesivamente. Por nada del mundo podemos arriesgarnos en este caso.

Los labios de Ki-Jeong formaron un puchero, sin embargo, no siguió insistiendo y solo asintió.

—Podrías decirle que te surgió una emergencia familiar —sugirió Hae-Rim.

—Eso serviría si él no supiera que tengo una madre disfuncional que no quiero volver a ver —murmuró de forma seca.

—Podrías decirle que mi madre está enferma, y que me acompañaste a verla porque fue como una figura materna para ti —se inventó Young-Soo. Ki-Jeong pareció pensarlo un momento.

—Eso puede servir, le llamaré ahora.

Tomó su teléfono y se retiró al cuarto. Han-Jae se sentó en el espacio vacío que dejó su amigo y apoyó su cabeza en su hombro. Él le acarició el cabello de forma instintiva.

—Por último, deberán dejar de usar sus redes sociales por un tiempo para evitar exponer su ubicación.

—¿Eso es todo?

—Una cosa más.

Byung-Ho sacó dos estuches de su mochila y los dejó sobre la mesa al alcance de su mano, con un gesto le indicó que lo abriera. Young-Soo obedeció encontrando dentro gas pimienta, un paralizador eléctrico y un pequeño dispositivo que no lograba identificar.

—Un momento, estas cosas no son legales —dijo Han-Jae mirando escéptico a su mejor amigo.

—Lo sé, pero mas vale prevenir que lamentar. Además, también agregué una alarma de alto espectro acústico que puede ser escuchada hasta cinco cuadras a la redonda.

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⏰ Last updated: Jun 05, 2022 ⏰

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Zero O' Clock | Novela BLWhere stories live. Discover now