Capítulo 40

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Los chicos en el último año están muy atareados a la vez que nostálgicos, y cómo no estarlo, la graduación se ve cada vez más próxima y las decisiones que definirán el resto de sus vidas parecen abrumarlos cada vez más. Quienes fueron más aplicados están relajados, esperando el final con calma, quienes se dejaron estar corren de profesor en profesor rogando segundas oportunidades con tal de pasar, mientras que otros se resignaron con una burlona sonrisa a que ese no será su último año allí.

Chaeyoung está en el grupo de chicos que ya ni siquiera ruega por algo, a decir verdad, sólo la materia que imparte la profesora Suji es la que determina su más próximo futuro, pero ella no se complica, ni siquiera necesita hablar con la mayor. La docente está frente a su escritorio, revisando el informe de Chaeyoung una y otra vez, con todo su orgullo y odio quiere reprobarla para desquitarse por todas las veces que la menor transformó su clase en un martirio, y la joven lo merece, sus notas reflejan que debe hacerlo. Pero las palabras de la jefa, que en estricto rigor ya no es su jefa, vuelven a ella recordandole que un mínimo error la harían abandonar su vida supuestamente normal, para arrastrarla de vuelta otra vez.

Cambió dos calificaciones y Son Chaeyoung oficialmente estaba lista para graduarse.

Dahyun está en el grupo que se ha esforzado por graduarse, incialmente su objetivo estaba en llegar a la Universidad y buscar una mejor vida lejos de allí, haciendo valer la pena todas sus madrugadas de estudio sumadas al arduo trabajo que hace por mantener en pie su casa, su familia. Ahora hay una nueva razón, la libertad, irse con su novia lejos, atando cualquier cabo suelto que pueda quedar, sólo quiere irse.

Sana está en la ciudad, pero no donde se ubica su universidad, está en la ciudad vecina junto al director Kang Seungyoon, en el último piso del edificio principal de las empresas de Song Mino, en la oficina del reconocido CEO, esperando por la entrevista.

Allí la chica sólo tuvo que hacer lo que sabe, hablar de lo que estudió, su investigación. Mino notó un nivel de organización y competencia superior en Sana que no pudo ver nunca antes, nunca en un simple estudiante universitario, intentaba hacer preguntas para averiguar de dónde provenía tanta experiencia en la materia, pero Sana era demasiado hermética incluso para sus tácticas, era perfecta.

El CEO desplegó sobre la mesa el plano del pais, no es como que Sana realmente lo necesite, lo ha visto tantas veces que reconoce cada zona sólo con una ojeada, su mente coloreando de inmediato las zonas pertenecientes al clan.

— Las ciudades encerradas, son las que necesitan un nuevo administrador y donde te asignaré — Sana asintió analizando — Eres talentosa, no necesitaré tenerte un ojo encima, así que te pediría elegir uno de estos tres puntos de aquí — Señaló los más alejados — Aún así, la decisión recae en ti, entiendo si es difícil estar lejos de los tuyos

— Me gustaría trabajar acá — Sana apuntó sin dudar una de esas tres ciudades, Mino sonrió.

— Perfecto, oh, Seungyoon dijo que no tienes una cuenta de ahorros excesivamente grande, se te otorgará y se preparará desde ya un domicilio, cerca de la empresa

— ¿No es eso demasiado amable?

— Ja, astuta — Felicitó Mino — Podrás leer el contrato, pero me caiste bien y te lo diré desde ya. Si lo haces bien, el contrato dice que no puedes abandonar la empresa sin pagar en su totalidad la propiedad y el amueblado, y si lo haces mal, se te despacha de allí y sólo deberías pagar la propiedad

— No la presiones así, ¿Quieres? — El director Kang interfirió — Si hay algún problema, puedes hablarme, Sana, podré ayudarte — Pero la joven negó.

— Suficiente hizo por mí, lo haré bien, estoy segura de ello, esperaría que mantuvieran también su postura de dejarme en ese lugar y no moverme de allí — El CEO asintió.

— Será un placer contar con tus servicios — Estiró su mano y Sana la estrechó — No es tan callada como decías, ¿Eh? ¿Seungyoon?

— Es la primera vez que la veo en esta faceta, estoy sorprendido gratamente — Reía el hombre.

— ¿Puedo pedir una cosa más? — Mino ladeó su cabeza — El domicilio... ¿Puede ser para dos?

Ambas quijadas cayeron al suelo luego de escucharla.

Volvió al pueblo pues debería darle la noticia a su novia, estaba feliz, el lugar donde estaba la empresa era territorio de un clan enemigo, pero no como el que estaba en la cuidad de su universidad, uno mucho más grande, organizado y poderoso. Nayeon estaría en riesgo solo con poner un pie allí, expuesta a ser descubierta, y Sana sabe muy bien qué hacer para nunca verse involucrada en cosas que pudieran enojar a aquel clan.

Se encontró con Dahyun en la plaza central, no era una visita extensa esta vez, Sana debía volver a la ciudad para la noche. Seungyoon le hizo el favor de dejarla en el pueblo posterior a la reunión. Se encontraban conversando amenamente, disfrutando del delicioso festín ofrecido por Yerin. Aún así, Dahyun notó los nudillos heridos de su novia, aunque optó por ignorarlo, despuéa de todo, el momento era demasiado feliz como para estropearlo.

— Mañana me dan los documentos de mi titulación — Habló Sana.

— ¿Y la ceremonia?

— No quise participar de la ceremonia — Se encogió de hombros — Vendré por la tarde a celebrar con... ya sabes, pero pasaré a verte — Dahyun sonrió sujetando sus manos.

— Te mereces celebrar a tu manera luego de esos duros meses estudiando y trabajando, puedo entenderlo, no te preocupes — Sana le sonrió ligeramente — ¡Pero! Yo sí me graduaré, y deberás estar en primera fila para verme, ya estaré lista, legal y educacionalmente, para irme contigo a donde digas

— Sobre eso... — La mayor bajó la voz, vigilando que nadie escuchara — Intenta no reaccionar, nadie puede enterarse aún — Se acercó más a su novia — Ya conseguí un trabajo lejos de aquí — Los ojos de Dahyun demostraban su sorpresa — Me darán un lugar para quedarme contigo

— Mierda, Sana, ¿Cómo se supone que no reaccione? ¡Quiero gritar de felicidad! — La contraria sonrió más en grande — ¿Cuándo nos vamos?

— Aún hay tiempo, dijeron que termine todo lo de la universidad, prepare mis cosas para mudarme y, a penas esté lista, llame para firmar el contrato — Sujetó con fuerza las manos de su novia — No queda mucho, ¿Estás lista?

— Por supuesto que sí

Ambas estaban listas.








































N/A: uwu

Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/DubchaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora