Prólogo: Sana

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La mujer sostenía la prueba de embarazo mientras temblaba, su pareja se marchó en ese instante dejando en claro que no se haría cargo. Se golpeó la cara sintiendose desde el alma arrepentida, ya iban cuatro meses que su periodo no llegaba, pero ella tenía un ciclo irregular que la hizo despreocuparse.

Fue al médico y las palabras no fueron alentadoras, descubrieron su consumo de alcohol, marihuana, tabaco y LSD. De inmediato el médico le advirtió todos los peligros que conllevaban el seguir con cuya forma de vida y consumos, detallada información sobre los posibles problemas de si es que continuaba, le ofreció ayuda para dejar aquellas sustancias y pasar por un embarazo más sano.

Obviamente no hizo caso, se escabulló por algunos callejones y llegó a la casa donde harían la interverción, le diría adiós al error que crecía en su vientre.

Pero el destino tenía otros planes.

Su jefa ya estaba ahí, junto a esa matrona encargada de los abortos clandestinos del pueblo, ahí se dio cuenta que debería escupir toda la verdad. Su jefa ya había apoyado e incluso exigido abortos antes, no pudo entender por qué a ella no la dejó.

— Es hora de que te alejes, la policía sospecha, un bebé los hará pasar de ti

Las ordenes de la jefa se obedecen si sabes qué es lo que te conviene, así que resignada volvió a su casa. Pero la jefa conocía con qué testaruda mujer trataba, por lo que les prohibió a todos darle cualquier sustancia que dejara secuelas en el bebé o provocara un aborto espontáneo, ella en serio quería ver por lo menos nacer ese bebé. Aunque no fue necesario, consumió de manera tan desmedida (Como acostumbraba) que dio igual "dejarlo" por un tiempo, así que, con pequeñas pausas debido a que no podía lidear con la abstinencia, a los 8 meses estaba con trabajo de parto.

El padre no estuvo allí, pero sí su jefa, que habló con el médico haciendose pasar por su hermana. El médico veía incrédulo los exámenes.

— Está inexplicablemente sana en temas físicos — Decía con asombro — Ni siquiera tiene síntomas de abstinencia, es un real y verdadero milagro — La contraria vio a la bebé maravillada — ¡Pero! no quita que en un futuro hayan otros problemas — Fue ignorado.

— Eres una chica ruda ¿Eh? — Murmuró la jefa viendo a la niña — ¿Te parece "Sana"?

— Me da igual — Dijo la agotada mujer en la camilla.

— Bueno — Se encogió de hombros — Sana

Los años pasaron y el "milagro andante", como era llamada por algunos, crecía en tamaño y estatura, transformandose en una chica de apariencia adorable que todos volteaban a mirar.

Menos su madre.

Su inmadurez la hacía incapaz de criar a la pequeña Sana, hacía a la niña pelear con la hija unos años menor de una de sus amigas (Probablemente igual de inmadura que ella) y entonces Sana también crecía en fuerza.

Vivían en una jerarquía, la menor gozaba más respeto que su madre, pues la jefa tenía sus ojos en la pequeña y la protegía con todo lo que tenía. Gente vigilaba incluso donde vivía, la calidad de sospechosa con la que cargaba la madre era siempre un peligro. Por precaución, la jefa también hizo al padre biológico reconocer a la pequeña bajo ciertas amenazas y uno que otro golpe, entonces "Minatozaki Sana" figuraba en los papeles desde ahora en adelante.

Crecieron celos en la madre de la pequeña, ella antes era tratada con más respeto, algo importante allí, tenía libertad de hacer y consumir lo que quisiera cuando se le antojara, pero desde que era madre, no la dejaban hacer nada de eso despreocupandose de la niña, aún cuando el padre visitaba la casa para "ver a su hija".

La jefa cuando encontró a la niña siendo acorralada por ese hombre no lo dudó, hizo el trabajo con sus propias manos, a la noche la policía lo encontró muerto a las afueras del pueblo. La jefa estaba furiosa, obligó a la madre a hacerle exámenes médicos a la pequeña. De suerte no había ninguna herida interna, todo culminó en un susto que no pasó a mayores, pero la jefa no se arrepentía de lo que hizo.

Porque ella sabía que sería algo malo.

Nadie había visto a la jefa tan molesta antes, Sana con nueve años se fue a vivir con ella, necesitan a la inmadura e irresponsable mamá sólo cuando hay que firmar algo legal, pero Sana puede confirmar que no siente ningún apego por ella.

Distinto a como es con la mujer con la que vive ahora.

— ¿Po-Podría comer galletas? — Pidió con timidez.

— Claro, aquí tienes — Sacó un paquete de la alacena y le sonrió.

Esos dientes frontales le darían a Sana seguridad, protección y amor los próximos años de su vida.






















N/A: para desarrollar el personaje de sana, me basé en las páginas siguientes:

https://www.cigna.com/individuals-families/health-wellness/hw-en-espanol/temas-de-salud/consumo-de-alcohol-o-de-drogas-durante-el-embarazo-ae1198

https://medlineplus.gov/spanish/pregnancyanddruguse.html

esto les ayudará a entender mejor su comportamiento, aparte de ampliar un poco sus conocimientos <3

Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/DubchaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora