Capítulo 25

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Sana y Jeongyeon estaban sentadas en el sofá, pesado silencio en la sala, sus miradas clavadas en el piso y sus bocas tan cerradas como si sus vidas dependieran de ello, pero en realidad sólo tenían a Nayeon en frente con una sonrisa de labios cerrados, bueno, quizás sus vidas sí podrían prender de un hilo, así lo sentía Jeongyeon.

Nayeon tarareaba una melodía cualquiera, de forma tal dulce que haría que una persona extraña pensara de ella bastante bien, con su habitual apariencia común de alguien con no altos recursos que vive con lo necesario, quizás la fachada de alguien amable que no podría hacerte daño, pero todo es apariencia. Jeongyeon soltó un suspiro pesado, se encontraba en una posición delicada, quiere ayudar a Sana, pero se le hace difícil arriesgarse a mentir a Nayeon. Podría simplemente desentenderse de todo e irse, está segura que eso en parte le agradaría a la jefa, para tratar con la menor a solas, pero no puede dejar a la joven allí.

— ¿Por qué no me cuentan toda la historia? Desde el comienzo, por favor — Pidió con calma Nayeon — Es algo loco enterarme de la nada que Sana tiene novia, me gustaría entender esta situación, quién mierda es esa chica

— Eso da igual — Respondió Sana.

— Sabes que me enteraré aún así

— Si le haces algo, no te lo perdonaré — Nayeon soltó una risa — Hablo en serio

— ¿Por eso tanto misterio? — Sana bajó la mirada — ¿Temes a que le haga algo? ¡¿En serio?! — La mayor se recostó mejor en su sofá — Debo ser sincera, no, no me agrada la idea, pero vamos... no puedo hacer algo ¿O sí? No creo que estés lista... ni siquiera sé quien es esa chica, ¿No podría al menos conocerla?

— No quiero que se relacione con el clan

Jeongyeon cerró sus ojos fuertemente al escuchar la frase que recién había emitido Sana, mordió su labio y volteó su cabeza, no quería ver lo que fuera a ocurrir a continuación. Nayeon tenía un rostro ilegible, sus ojos conectados con los de una muy seria Sana, quien no se dejaba intimidar por la figura que tenía en frente. La mayor quería infundir respeto en Sana, pero no del común y saludable que ya le tenía la menor, en ese instante quería darle miedo, como lo hace con el resto de miembros del clan, porque la situación cada vez le está gustando menos.

— Y qué tiene de malo el clan

— A ella no le gusta

— Entonces no le gustas tú

— Yo no soy el clan

— Pero eres parte

— Pero yo soy diferente

— Qué te hace diferente ¿Eh? — Nayeon se puso en pie — Vendes, peleas, diriges, ¿Crees que ella para siempre creerá tu mentira?

— Yo soy diferente — Afirmó Sana — Y a ella le gusto así — Nayeon dejó salir una risa falsa.

— Oh, bien, ¡¿Todo esto es por estúpida aceptación?! ¡Por favor, Sana! ¡Eso es de débiles!

— Quizás soy débil

— ¡No lo eres! ¡No puedes serlo!

— Nayeon, te estás alterando — Interfirió Jeongyeon.

— ¡No quiero oirte! ¡Tú sabías de esto!

— Me voy

Sana abandonó el lugar haciendo caso omiso a laz voz que a su espalda le reclamaba volver, nunca antes se recuerda haber desobedecido a esa voz, pero lo estaba haciendo y su testaruda mente la hacía continuar su paso firme. Tenía un camino claro, la parada de autobus, algo de dinero tenía para volver y eso haría, en ese momento no quería ver a Nayeon, no sabe muy bien si es la discución o la preocupación de que la obligue a dejar a Dahyun, cosa que no quiere, menos ahora que son novias.

El sonido de una bocina la hizo acelerar su paso, pero al parecer la conductora era exigente y la seguía son firmeza, volteó sólo un poco para encontrarse el rostro serio de Jeongyeon, quien con la cabeza le hizo un gesto para que subiera al vehículo. Obviamente, Sana miró hacia adelante y caminó aún más rápido, Jeongyeon rodó sus ojos cansada, bajó el vidrio del cristal e intentó ubicarse nuevamente junto a la menor.

— No te voy a llevar de vuelta, te llevaré a la ciudad — Sana dejó de caminar — Sí, fue difícil, pero la convencí de que te diera tu espacio, además, no te llevaste... ya sabes — Sana bufó — Tu mochila, dejaste tu mochila — La menor en ese momento se dio cuenta de que no la tenía puesta, subió al auto — Y claro, la caja — Bromeó Jeongyeon una vez Sana colocó su cinturón.

— Qué tan enojada está

— Nivel: Voy a sonreir como psicópata lo que resta de día — Sana suspiró.

— ¿Qué va a hacer?

— Bueno, saldé mi favor, la calmé para que no hiciera lo primero que pasó por su mente. Le dije que te dejara manejarlo, que no interfiriera ella, porque sino terminarías odiandola

— Eso le da igual, el clan es más importante — Murmuró Sana — "El cariño es de débiles" — Imitó.

— Oh, no, no, no... hubieras visto su cara, en serio. Obviamente las cosas no se quedarán así... pero a ella no le pasará nada, a tu novia, me refiero

— Más le vale

Jeongyeon tenía clara sus ordenes, y las cumpliría por mucho que no quiera hacerlo, pero en medio de todo intentaría ayudar a Sana, pues siente que su deuda aún no está saldada. No fue sólo el que Sana la haya ayudado a escapar de una crítica situación con vida, sino hacerla ver cosas que ella no debería nunca haber visto.

Se lo debe.

















































N/A: q ordenes serán? 👀

Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/DubchaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora