HERO| HARRY POTTER [#1]

Capítulo veintitrés.

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CASSIOPEIA DIGGORY
¿Se terminó?

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Lunes 7 de agosto
de 1995.

          MADAME TAINA LOS MIRO, expectantes con aquellos ojos grises y les invito a sentarse en las dos sillas frente a ella. Sin dudar un segundo, Cassiopeia camino hacia ella, tomando un lugar. Harry, por su lado, camino dudoso observando cada objeto a su alrededor.

      —Vienes por respuestas, pero no tienes las preguntas claras—dijo Madame Taina, jugando con un mazo de cartas del tarot, mezclándolas— ¿Qué buscas exactamente?

      —Últimamente estuve teniendo sueños extraños... sueños que no parecen ser míos, pero sí lo son de alguna manera. —explico—Vine aquí porque un amigo me dijo que podías ayudarme.

      — ¿Un amigo? —pregunto Harry frunciendo el ceño— ¿Qué amigo?

      — ¿Sueños que no son tuyos, pero sí lo son? —preguntó con curiosidad la señora, repitiendo sus palabras—. A veces, los sueños son vestigios de la realidad, el subconsciente tratando de transmitir un mensaje a uno mismo. Dame tus manos y veamos qué quieren decir...

      Con cierta suspicacia, Cassiopeia extendió el brazo para tomar las ásperas y arrugadas manos de la señora que tenía delante. Esta giró las manos de Cassiopeia, de modo que las palmas quedaran hacia arriba, y comenzó a examinar las líneas marcadas a través de estas.

      La señora frente a ella frunció el ceño, acariciando una de las líneas marcadas: —Qué curioso... la línea de la vida y el amor tienen la misma longitud, como si... —En ese momento, como si se tratara de una revelación, levantó la mirada y la dirigió directamente a Harry, quien levanto las cejas en sorpresa.

      —Tu, dame tus manos.

      Extrañado, el chico obedeció la orden, extendiendo una de sus manos y permitiendo que la señora le analizara.

      — ¿Ustedes están juntos? —consulto Madame Taina intercambiando miradas entre Cassiopeia y Harry.

      —Eh... bueno —intentó responder Harry, rascándose la cabeza y despeinándose.

      —No. No estamos juntos. —respondió rotundamente la pelirroja, ignorando el dolor en su pecho causado por sus palabras directas.

      —Pues entonces lo estarán. —concluyo la señora, generando que Harry se enderece y sonría victorioso hacia Cassiopeia—Así como lo han estado en otras vidas.

      — ¿Qué? —pregunto la pelirroja alejando sus manos abruptamente de la señora—Vine aquí a saber de mis sueños no de mi vida amorosa, si usted no puede...