HERO| HARRY POTTER [#1]

Capitulo uno.

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CASSIOPEIA DIGGORY
Encuentros inesperados.

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Miércoles 19 de enero 1994.

CASSIOPEIA AMABA LEER. Le maravillaba la forma en la que podía viajar a diferentes mundos y realidades. Asimismo, de un libro podías aprender tantas cosas; hechizos que iban más allá del Expelliarmus, de pociones más allá de la poción Crece-Huesos e incluso de plantas más exóticas que la Alihotsy.

El único problema era cuando la concentración se iba de sí y leía tantas veces la misma página hasta el cansancio.

Y más cuando el causante de aquello eran los llantos de una castaña con el pelo tan inflado como la melena de un león.

Hermione Granger habia comenzado a visitar la biblioteca los últimos días con frecuencia, y aunque no pareciera raro ver a la chica entre tantos libros (puesto que se destacaba en su constancia por el estudio e inteligencia), si era extraño el gran tiempo que le estaba dedicando a los libros. Era como si lo único que pudiera hacer por el momento fuese sumirse en pilas y pilas de libros.

Lo que más le llamaba la atención, sin embargo, era la nula presencia de la compañía de sus dos amigos, Ron Weasley y Harry Potter. Aquel característico grupo siempre se metía en problemas, y siempre juntos habían sufrido las consecuencias.

Hasta estos últimos días que se encontraba sola, desarrollando la rutina de llorar hasta bien tarde.

Y la mayoría de esas veces estaba Cassiopeia unas mesas alejadas siendo espectadora de ello. Sabiendo que Hermione se sentaba en la misma mesa del fondo de la biblioteca para mayor privacidad, Cassiopeia solía dejarle algunos caramelos haciéndolos pasar como si alguien hubiera estado comiéndolos y dejándolos allí por accidente. Le gustaba pensar que era como un aliado invisible.

Esas veces eran las únicas que fue espectadora de una pequeña sonrisa por parte de la chica.

Hasta el día de hoy que decidió intervenir de manera personal.

Por el bien de los libros sobre los que lloraba, y por los que ella podría leer en un futuro.

De modo que, mientras caminaba hacia su mesa escuchando con claridad sus lloriqueos, pensaba en el causante absurdo que había provocado tanta desolación en Hermione. Dos nombres, un dúo de idiotas. Y no, no hablaba de los gemelos Weasley.

Harry Potter y Ron Weasley.

Pensar en Harry la ponía de mal humor.

Fue hace muchos años cuando comenzó a sentirse así sobre el azabache. De hecho, tan solo ocurrió en su primer encuentro con el chico su primer año en el vagón del Expresso hacia Hogwarts. Todo aquel que notaba quien era, quedaba alucinando ante él y su cicatriz, excepto ella (y posiblemente otros alumnos más).