HERO| HARRY POTTER [#1]

Capítulo seis.

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CASSIOPEIA DIGGORY
Malos comienzos.
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Sábado 13 de agosto de 1994.

CASSIOPEIA DIGGORY apretó en un puño el folleto sobre el Mundial de Quidditch que había estado observando desde el inicio de las vacaciones, arrugándolo y destrozándolo, al igual que sus esperanzas sobre poder asistir a este mismo.

Una bruma de emociones la rodeo; estaba triste, enojada, decepcionada, y aunque no fueran sentimientos desconocidos en la chica cuando se trataba de su padre, no había forma de evitar el dolor sobre ella. No obstante, y a pesar de todo, mantuvo una sonrisa en su rostro, como si no le molestara en absoluto que su padre haya conseguido una entrada para el Mundial solo para él y su hermano, Cedric.

Era tan injusto, ¡ella amaba el Quidditch! Las paredes de su habitación estaban revestidas por miles de pósteres de las mejores jugadoras del deporte, de páginas arrancadas de libros que señalaban las mejores técnicas de Quidditch e información de escobas. ¡Por Melín! Ella misma se había encargado desde niña en la construcción de mejoría en las escobas.

Y, sin embargo, allí se encontraba, observando a su padre abrazar a su hermano mayor celebrando que irían juntos al Mundial y planeando cada actividad allí, mientras que ella se quedaría en la casa leyendo cualquier libro que pudiera distraerla de su desdicha.

Porque allí, su padre, Amos Diggory, no tenía idea de los gustos de su hija, no cuando solo tenía ojos para su hijo mayor.

Y no la malentiendan, Cassiopeia no culpaba a su hermano por nada, lo amaba y era el único integrante de la familia que mostraba verdadera preocupación por ella, cualquiera debería sentir envidia de ella por tenerlo como hermano. El único problema de Cedric era su poca convicción con las palabras.

En la mañana del sábado, tras su padre volver de una reunión de trabajo, regreso con una sonrisa de oreja a oreja y con dos entradas en su mano, iniciando un abrazo con Cedric, quien solo miraba de soslayo a su hermana con tristeza sin saber que hacer.

― ¡La pasaremos genial, ya lo veras hijo mío! ―exclamo emocionado Amos―Y no sabes que, hablé con los padres de Abbott y : ellos tienen sus respectivas entradas, pero me ofrecí llevar a sus hijos para que puedas estar con tus amigos en una misma carpa ¡será genial! Vendrán aquí el miércoles en la noche y marcharemos el siguiente día.

Eso había sido el colmo para Cassiopeia, y tras evitar la mirada de su hermano se marchó a su habitación, decidida a no dirigirles la palabra hasta que se fueran al dichoso Mundial, ignorando en el proceso a su hermano rogando por perdón y su padre que negaba con la cabeza en desaprobación por su comportamiento.

Estuvo enojada todo lo que restaba del verano. Ignoraba totalmente a su hermano, quien buscaba su perdón, y a su padre (que solo fruncía el ceño y negaba con la cabeza). No le importaba, no cuando se distraía en su habitación realizando pociones para George y Fred Weasley, pues el misterio que habían mantenido durante el año pasado junto con ella, era la construcción de un gran emprendimiento de bromas hechas por ellos.