Capítulo VI

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Marcela no pudo evitar reir con el pero estaba dispuesta a seguir insistiendo si no hubiera sido por Mariana que la llamó para avisarle que la junta estaba apunto de comenzar.

Cuando entraron a la sala de juntas se encontraron con Doña Margarita, Mario y los abogados.

"No pregunto por Armando por que sobra su presencia, pero ¿qué pasa con Roberto?", dijo Daniel a manera de saludo.

"No va a poder venir, se siente un poco enfermo", explicó Margarita.

"Pero ¿está bien?", preguntó Daniel, visiblemente preocupado.

"Sí, el está bien, pero Daniel, tenemos que prepararnos. El juzgado falló a favor de esa mujer."

"¡Eso no puede ser! ¿Beatriz se quedó con la empresa?". Daniel estaba completamente confundido. No hacía 15 minutos había hablado con ella y sonaba de lo más normal. ¿Acaso Margarita y Marcela tenían razón? ¿Había caído en la misma trampa en la que cayó Armando?

"Daniel, tu no estabas en contacto con ella? La puedes llamar?" le preguntó su hermana.

"Eh... ahora mismo nadie me va a contestar. Recuerda que conozco su agenda de trabajo y en unas horas ni ella ni mis contactos estarán disponible." No era del todo cierto. Les podría pedir el número celular de Catalina a cualquiera de los presentes y tal vez de esa forma ponerse en contacto, pero por algún motivo aún no estaba dispuesto a entregarlas a la junta directiva. Decidió que lo mejor era voltear la atención hacía Armando y safarse de la presión de localizar a Beatriz el mismo. "Y Armando qué? ¿Qué le dijo a el Beatriz?", preguntó ya sabiendo la respuesta de antemano.

"Armando no habló con ella. Solo pudo comunicarse con Nicolás y esa fue la razón que dió" dijo Calderón y como si supiera que estaban hablando de el, llegó al fin Armando quein dificilmente se podía mover todo lleno de golpes.

"Definitivamente la decadencia no conoce límites."

"Daniel, por favor", lo repriminó Marcela.

"¡Por favor qué! ¿Qué clase de compasión me estás pidiendo para el?"

Una vez que comenzó a hablar, no pudo parar. Estaba enojado, herido. Se sentía engañado pero no lo podía admitir así que desató su furia insultanto a Armando quien no podía hacer más que escuchar. Al final Daniel tenía razón. Armando por estos días no causaba más que lástima.

Por fin Marcela decidió poner fin al monologo de Daniel y llamar a Roberto para definir los pasos a seguir. La decisión de Roberto era simple: llamar a los abogados penalistas. Daniel se quedó en silencio e inmóvil, tratando de no revelar su preocupación, dejandole ese lugar a Armando a quién además de la amenza de una demanda penal contra Beatriz también le había sido encomendada la misión de contactar con la familia de Beatriz y hacer presión por ese lado.

Al finalizar la llamada, uno de los abogados comerciales presentes en la junta tomó la palabra.

"En este momento hay una cuestión que debe quedarles clara. La doctora Beatriz Pinzón puede ser la dueña temporal de Ecomoda pero al fallar el juzgado la empresa entrará en un proceso de remate.

Se rematará Ecomoda y se le dará prelación a la deuda adquirida por la empresa con Terramoda y el restante se repartirá entre los demás acredores."

"¿Cuál restante?!" Interrumpió Daniel, "Si este perdedor le firmó la prenda sobre establecimiento comercial, pagarés y demás documentos. Ahí están los 97 mil millones de pesos que vale está empresa."

"Usted lo ha dicho doctor. Al rematar Ecomoda, lo que den quedará en manos de la doctora Pinzón.

Creo que el doctor Roberto Mendoza está en lo correcto, pero si me lo permiten, me gustaría hacer algunas llamadas y hacer averiguaciones en el juzgado antes de recomendarles la decisión de entablar una demanda penal. sI están de acuerdo, salgo un momento a hacer algunas llamadas y vuelvo en seguida a contarles."

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