Capítulo XI

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Por el momento, lo único que podía hacer era cumplir su promesa y hacer lo que pudiera para lograr el negocio de Daniel. Así que decidida subió de nuevo con todos los demás. Estaban todos charlando muy amenamente, Betty sin decir nada, se sentó junto a Daniel y le ofreció envolver su mano con la suya. Betty lo miraba con una sonrisa a modo de disculpa, mientras Daniel aceptó el gesto con una sonrisa triste, al saber que no se trataba más que de una actuación para lograr un negocio.

Después de una hora en el yate llegaron al fin a Barú. Betty estaba maravillada, nunca había estado en un lugar tan hermoso. Claro, tenía que disimular ya que la flamante 'esposa' del doctor Daniel Valencia no podía estar viendo esto por primera vez. Lo bueno era que para cuando llegaron ya estaba betty un poco más relajada. Después de la discusión con Daniel, se dio cuenta que lo menos que podía hacer era tratar de mantener una mente abierta con esas personas y se encontró con que Fernanda y Carolina eran excelentes mujeres, eran tan relajadas y pacientes que cada vez se sentía menos como si estuviera fuera de lugar.

Cuando llegaron a la casa Sebastián ordenó al staff servir unos tragos para los invitados. Daniel estaba apunto de rechazarlo cuando Betty le ganó la palabra.

"Ay que pena, será que podemos finalizar lo del negocio primero?"

El resto de los presentes comenzaban a mirarla extrañados. Se notaba que esa era gente de rumba y les costaba trabajo el concepto de negar un trago. Daniel se dió cuenta y decidió tratar de salvar la situación.

"Muy profesional mi mujer no?" dijo Daniel mirando a betty con una cara de admiración que le estaba costando mucho trabajo fingir, "Y yo estoy de acuerdo, creo que sería mejor finalizar los negocios para poder disfrutar el resto de la tarde no les parece?"

"Bueno lo que pasa es que vamos llegando y todavía tengo que terminar los papeles" dijo Rafael.

"Que les parece si en lo que Rafa prepara sus documentos y se prepara el almuerzo nos relajamos un rato en la piscina?" dijo Carolina.

Al escucharla le brillaron los ojos a betty con una idea "Sabe que si me encantaría entrar al agua un rato pero en el mar" dijo mirando a Daniel. Ya alguna vez le había contado que ni al haber pasado tanto tiempo en Cartagena se había metido al mar y cuanta ilusión le hacía.

Daniel pensó que iba a decir por un momento. Esa gente quería rumbear con ellos y no les quería hacer una grosería pero tampoco le podía negar nada a la carita de ilusión que le puso betty, "Que buena idea mi amor. Nuestros viajes suelen ser de negocios y muy rápidos. No solemos tener oportunidad de disfrutar los lugares que visitamos."

"Aaaww" dijeron Fernanda y Carolina al mismo tiempo "Faltaba más! Vayan sin problema, nosotros les llamamos cuando esté listo el almuerzo" terminó Fernanda.

"No se lo pueden perder, langostas de nuestro propio criadero en estas playas. Delicioso! Vayan, disfruten un rato, después comemos, firmamos el negocio y entonces ya brindamos les parece".

"Listo, gracias" dijo Daniel.

"Eh, solo que hay una cuestión. Nosotros no planeábamos estar más de un par de horas en Cartagena, no empacamos ropa de baño ni nada de eso"

"De eso no se preocupen nosotros les prestamos algo. Venga Betty con nosotras y Sebastián me haces el favor de prestarle algo a Daniel también.

"Claro que si mi vida, lo que tu digas, vamos Daniel"

Unos 10 minutos después Daniel ya se encontraba esperandola en la playa, sentado en la arena debajo de una palma sin pensar que estaría ahí sentado 15 minutos porque Betty simplemente no aparecía. No se imaginaba el calvario que estaba pasando Betty tratando de elegir un vestido de baño de entre lo que el resto de mujeres tenían para ofrecer.

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