Capítulo IX

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Daniel miró su mano y le dijo "Otra cosa que no habia tenido la oportunidad de decir... Hace tiempo yo le dije que creía que usted podría ser... linda, y pues..." Al fin le dio la mano mientras decía "Beatriz... está muy bella".

Betty como pudo dio las buenas noches y se metió a su habitación. Por otro lado, Daniel caminó a su habitación tratando de reconocer al hombre que había pasado las últimas dos horas con Beatriz. No tenía ni idea de donde salía. No lo podría aceptar, pero eso lo asustaba y confundida.

La mañana siguiente, por fortuna para ambos, no tuvieron mucho tiempo para conversar ni compartir momentos incómodos ya que la gente de InverCali ya los estaban esperando. Se trataba de Don Javier Ramírez y sus dos hijos, Rafael, el as de las finanzas y su hermano mayor, Sebastián el Casanova.

Daniel y Betty apenas iban camino a la mesa de los Ramírez cuando Sebastián ya había decidido que iba a conquistarla. No se atrevió a declararlo en frente de su padre, pero con una mirada se lo comunicó a Rafael quién ya estaba acostumbrado a sus andadas.

"Que tal mucho gusto, yo soy Daniel Valencia", dijo daniel dando la mano a los tres hombres "Y la Doctora Beatriz Pinzón, mi socia". A betty le sorprendió que la llamara socia, no se lo esperaba, pero disimuló y le siguió la corriente.

Sebastían era tan hábil que sin que nadie se diera cuenta reacomodó el asiento de todos de modo Daniel y Betty quedaron lado a lado pero Don Javier tomó asiento en la cabecera de la mesa junto a Daniel y Sebastián en la contraria, al lado de Betty. Rafael al darse cuenta del movimiento soltó un suspiro y se sentó frente a Daniel junto a su padre. No quería tener nada que ver con Sebastián y sus planes.

Los tres hombres entraron en materia rápidamente mientras que Sebastián acaparaba la atención de Betty. Ella no entendía que estaba pasando, trataba de voltear su atención a la conversación de negocios pero Sebastián no se lo permitía y Daniel estaba tan concentrado en dar una buena impresión que ni la volteaba a ver, además de que todavía no entraban a revisar la propuesto por lo que a Daniel no le extraño tampoco que Beatriz no hiciera parte de la conversación.

No fue hasta que se percató de la cercanía tan inecesaria de Sebastián y como este le apartaba un mechón de cabello del rostro con delicadeza que se percató por fin que ese hombre se le estaba insinuando. Betty estaba muy incómoda, trataba de atraer la atención del resto de la mesa pero nadie la miraba.

"Betty usted es muy bella de todas maneras pero aquí como que el viento siento como que la está molestando no? Igual después de esta reunión podemos ir a un restaurant que yo conozco. Es un lugar espectacular, queda sobre la muralla con una vista increíble y música super romántica. Alguna vez te has tomado una mañana para ir a bailar música romántica?"

"Eh.... No", fue lo único que pudo contestar betty mientras buscaba alguna salida.

"Bueno pues hoy podría ser el día perfecto para tener esa experiencia, no crees?"

Betty lo que quería era darle una cachetada al tipo. No estaba acostumbrada a ese tipo de atención pero creía que era obvio que no estaba cómoda y el hombre seguía insistiendo. Obviamente no podía actuar en su primer instinto y arruinarle el negocio a Daniel así que movió la mano, pero en lugar de plantarle una bofetada, su mano se dirigió a su segundo instinto: la mano de Daniel que estaba sobre la mesa.

Ahí si Daniel abandonó completamente la conversación que estaba teniendo y fijó la mirada en la mano de Beatriz envolviendo la suya. Su mente se quedó completamente en blanco y su cuerpo sin reacción alguna, completamente congelado. Eso no le servía de mucho a Beatriz así que sin pensarlo dos veces dijo fuerte, no gritando, pero suficiente para que quedara claro a toda la mesa:

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