Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)

7- Fin de Curso

Hacía mucho calor, en especial en el aula grande donde se examinaban por escrito.

Nos habían entregado plumas nuevas y especiales, que habían sido hechizadas con un encantamiento antitrampa.

También teníamos exámenes prácticos.

El profesor Flitwick nos llamó uno a uno al aula, para ver si podíamos hacer que una piña bailara claqué encima del escritorio.

La profesora McGonagall nos observó mientras intentabamos convertir un ratón en una caja de rapé.

Ganaban puntos las cajas más bonitas, pero los perdían si tenían bigotes.

Snape puso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordar cómo hacer una poción para olvidar.

El último examen era Historia de la Magia.

Una hora respondiendo preguntas sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su contenido, y estarían libres, libres durante toda una maravillosa semana, hasta que recibieran los resultados de los exámenes.

El fantasma del profesor Binns nos dijo que dejáramos nuestras plumas y enrollaramos nuestros pergaminos.

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La última vez que escuché a Quirrel mencionó la piedra filosofal, la misma que mencionó Harry Potter en el castigo.

Algo cuadraba relativamente entre tantas cosas, venia pensando muchas cosas camino a la sala común y era increíble como tantas cosas podían cuadrar.

Abrí la rana de chocolate, y de nuevo, salía la imagen de Albus Dumbledore que decía exactamente lo mismo. Volví a leer una parte.

—... "Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón, y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel."

A mi mente llegaron las palabras de Hagrid.

"El profesor Dumbledore y Nicholas Flamel están vigilando... no debí decir eso"

Entonces, si la piedra filosofal era el Elixir de la vida, quizá Voldemort buscaba el elixir de la vida y mi suposición fue que por eso bebía la sangre de unicornio.

Queria investigar a fondo aún más las cosas que habia descubierto pero era tarde, en ese momento sentí el mismo dolor en el pecho, sentía como si me quemará y la cabeza me diera vueltas. Mis rodillas se doblaron casi llegando a la sala común, me sentía cada vez mas cansada mientras los ojos se me cerraban.

Todo se volvió negro, sin embargo cuando volví abrirlos, ya no estaba enfrente de la sala común, me hallaba en un lugar muy diferente a las mazmorras.

Me senté en la camilla.

—Claire, me alegra que hayas despertado —dijo Dumbledore sonriendo— Pensé por un momento que no despertarías, ya hasta estaba un poco preocupado.

—¿Qué me pasó, señor? —pregunté.

—Tus compañeros de casa me dijeron que te desmayaste, Claire y bueno, no solo tú —señaló otra camilla— Han estado aquí por tres días.