26- El Perro, el Gato y la Rata

3.8K 311 64
                                    

El cielo estaba tornado oscuro, que no podía ver nada. Se oían pisadas en el campo, y pezuñas...

Estaba segura de que algo se acercaba, los pasos de unas patas gigantes se acercaban: Era el perros negro de ojos claros.

El enorme perro puso sus patas en mi pecho. Caí de espaldas junto a una roca.

Sentí el cálido aliento del perro, sus dientes de tres centímetros de longitud...

El empujón hizo que tuviera un golpe demasiado fuerte.

Sentía como si estuvieran apretando mi brazo con fuerza, era un dolor interminable.

Me quise apartar del perro rodando.

Traté de ponerme de pie, oir rugir al animal, preparándose para un nuevo ataque.

Traté de levantarme, poniendo mi mano en la cara de el perro, el animal no hizo nada más, el se quitó de encima mío y salió corriendo.

Me puse de pie lo más rápido que pude y empecé a seguirlo.

︿︿︿︿︿🌟︿︿︿︿︿

-¡Potter! -grité con el corazón latiendo fuertemente.

Potter intentaba quitar al perro de Weasley, y Granger chillaba.

Potter cayó al suelo, se había golpeado tan fuerte la cara.

Corrí a su lado, tomé su mano para ayudarlo.

Al pie del árbol estaba el perro, arrastrando a Weasley y metiéndolo por un hueco que había en las raíces.

-¡NO! -lo tomé del brazo, su pierna estaba sangrando.

Luché denodadamente por no dejar que se lo llevara pero su cabeza y su torso se estaban perdiendo de vista.

-¡Weasley! -grité, intentando seguirlo, pero una gruesa rama me propinó un restallante y terrible trallazo que me obligó a retroceder.

Lo único que podían ver ya de Weasley era la pierna con la que el chico se había enganchado en una rama para impedir que el perro lo arrastrase.

Un horrible crujido cortó el aire como un pistoletazo. La pierna de Weasleh se había roto y el pie desapareció en aquel momento.

-Harry, tenemos que pedir ayuda -gritó Granger. Ella también sangraba. El sauce le había hecho un corte en el hombro.

-¡No! ¡Este ser es lo bastante grande para comérselo! ¡No tenemos tiempo!

-No conseguiremos pasar sin ayuda.

Una rama nos lanzó un latigazo, con las ramitas enroscadas como puños.

-Si ese perro ha podido entrar, nosotros también -jadeó Potter corriendo y zigzagueando, tratando de encontrar un camino a través de las ramas que daban trallazos al aire, pero era imposible acercarse un centímetro más sin ser golpeados por el árbol.

-¡Socorro, socorro! -gritó Granger como una histérica, dando brincos sin moverse del sitio-. ¡Por favor...!

Un gato dio un salto al frente.

Se deslizó como una serpiente por entre las ramas que azotaban el aire y se agarró con las zarpas a un nudo del tronco.

De repente, como si el árbol se hubiera vuelto de piedra, dejó de moverse.

-¡Crookshanks! -gritó Granger, dubitativa. Tomó a Potter por el brazo tan fuerte que le hizo daño y Potter me tomo de la mano-. ¿Cómo sabía...?

-Es amigo del perro -dije- Los he visto, saquen sus varitas, Granger, Potter.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Kde žijí příběhy. Začni objevovat