12- Club de Duelo

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Despues del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos.

Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía.

—Mañana será el partido de quidditch, Gryffindor contra Slytherin —comenté disimulando los nervios cuando terminó la clase de Lockhart.

Zabini suspiró.

—Ya lo has dicho millones de veces, Riddle, más te vale hacernos ganar.

—No prometo nada, Zabini —dije exhalando y tratando de mantener la calma mientras me dirigia a la sala común.

Tenia entendido que en el equipo de Quidditch se usaban la Quaffle, la bludger y la snitch. La Quaffle servía para pasarlas por los arcos del equipo contrario y al hacerlo, ganar 10 puntos. Draco como cazador debia encargarse de pasar la Quaffle por el arco.

La bludger era una bola lo suficientemente pesada para tirar a alguien de la escoba y el trabajo de los bateadores era esquivarla para que no golpeara a ninguno de ellos.

La snitch era una especie de bolita voladora dificil de atrapar que nos haria ganar 150 puntos en caso de que se atrapase por el buscador.

Todo los dias por la noche, me ponia a leer libros sobre duelos o hechizos qué podría usar en caso de enfrentarme a alguien. Era una manera mas sensata de aprender. Entre tantos libros que habia leido, habia visto la palabra squibb, que era una palabra para describir con perfección a los hijos de magos que no poseían el don de hacer magia pero podían aprenderla mediante un curso de Embrujorrápid.

El día siguiente me levanté mucho antes de lo normal debido a los nervios, el estomago se me revolvía. Seria la primera vez en mi vida que jugaría Quidditch y era poca mi experiencia con aquel deporte.

Dentro del Gran Comedor pude ver al equipo de Slytherin tomando su respectivo desayuno en una esquina de la gran mesa vacía. Me senté al lado de todos aquellos muchachos robustos.

Todos estaban relajados.

—¿Que te pasa, Riddle? —preguntó Flint viéndome— ¿Tienes miedo? —no contesté— ¿La niña tiene miedo?

La pregunta hizo reir en tono burlón a la mayoría del equipo.

Malfoy frunció el ceño y me vió.

—No tengo miedo —afirmé con voz clara mostrando seguridad y todos pararon de reír— ¿Qué te hace pensar que tengo miedo, Flint?

—No sé, quizás lo creí por que eres una chica —dijo y se oyeron un par de risas ahogadas y burlonas.

—Eso es absurdo.

Sin hacerle caso a nada, los demás siguieron con sus platicas y por lo que veia, Malfoy intentaba incluirse en ellas pero parecía costarle.

Por mi parte, en vez de desayunar, hice una pirámide y fila con el par de cubitos de azúcar que había en la mesa del comedor.

Cuando faltaba poco para las once, el colegio en pleno empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch.

Hacía un día bochornoso que amenazaba tormenta.

Los jugadores se vistieron sus túnicas verdes de Slytherin y sin más, salimos al campo, Gryffindor fue recibido con gran estruendo; eran sobre todo aclamaciones de Hufflepuff y de Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores estaban deseosos de ver derrotado a nuestro equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Where stories live. Discover now