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No se movía, mantenía su mirada clavada en la puerta de su casillero... petrificada. Inhaló con todas sus fuerzas tratando de tranquilizarse o aseguraba que haría el ridículo delante de él, y eso es lo menos que quería hacer en esos momentos.

Con la mirada en sus zapatos se giró con lentitud para darle la cara, siempre con la mirada abajo, hay que demostrar respeto hacia su persona o sino recibías tu merecido a la manera que solo Víktor Vinogradov sabe hacer.

- Lo siento... - susurró nerviosa - no volverá a pasar

- Mira niña - sintió su aliento a cigarrillo cuando habló tan cerca de ella - puede que me coja a tu prima, pero eso no te da el derecho de mirarme - gruñó en su rostro

Mordió su labio inferior nerviosa, tenía miedo de ese hombre, nadie se atrevía a enfrentarlo o a llevarle la contraria y si lo mirabas a los ojos...acabas de cavar tu propia tumba.

Sus ásperos y gruesos dedos se posaron con violencia en su barbilla haciéndole daño, soltando un gemido de dolor. El rostro de Lucía fue alzado con rapidez hacia el suyo.

Sus indiferentes ojos carentes de emoción se clavaron como estacas sobre los de ella, enviando una corriente eléctrica por todo su cuerpo haciéndola estremecer en su lugar.

Víktor alzó su mano retirando las gafas de la indefensa chica dejándola endeble ante él , tuvo que pestañar varias veces para adaptar su vista y aún así, todo lo veía borroso.

Comenzó a retorcerse bajo su tacto, si no la soltaba iba a llegar tarde a clase, nunca había faltado a ningún turno de clases, siempre era la alumna sobresaliente, ejemplar, nunca había sido señalada por ningún profesor, es una buena estudiante.

Lucía lo miró rogándole con la mirada que la dejara ir, pero al parecer nada causaba efecto en él. Su mano abandonó su barbilla para dar un fuerte empujón en su hombro, tan fuerte que su espalda escoció cuando impactó contra el casillero reflejando en su rostro la molestia por el dolor.

Tuvo que sostenerse de la puerta del casillero para no perder el equilibrio y caer al suelo. Echó su cabello hacia atrás para poder verlo mejor ya que este debido al empujón y el impacto se había salido de lugar.

Con timidez y muy cohibida por primera vez observó el color de sus ojos, azules claros que adornaban su rostro embravecido.

Cómo es que alguien tan malo, altanero y sádico puede tener tanta belleza y a la vez estar vacío por dentro.

Desvío su vista de sus imnotizantes ojos hacia la mano que sostenía sus gafas, al parecer no tenía intención de devolvérsela, lo miró de una manera que comprendiera que las quería de vuelta, sin ellas no podía ver, al parecer él había captado el mensaje, ya que con una sonrisa vacía le dedicó una de sus más frías miradas haciendo que la pobre Lucía se encojiera en su lugar.

- Me l..la dev..vuelmes p.por favor - titubeó al hablar, las palabras salían intendibles por lo nerviosa que estaba y con el miedo a flor de piel.

Sus lágrimas amenazaban con salir, si lo sé, era débil en todos los sentidos, tanto física como mental, después de tantos malos buches tragados aún no se adaptaba a este trato tan...humillante.

Una maquiavélica sonrisa de lado asomó en su rostro de aquel muchacho transformándolo en solo maldad pura, lo que se avecinaba no era nada bueno, ella lo podía presentir rondando en el ambiente.

Estiró la mano que contenía sus gafas poniéndola frente a ella, dedicándole la asustada Lucía una mirada de duda, no confiaba en él.

Lo siguiente que sintió fue un crujido, algo quebrándose, una lágrima salió de su ojo derecho, que había hecho para merecer un trato como este, no le gustaba que la vieran llorar y mucho menos él...pero ya no aguantaba más...estaban rotas...lo que tanto cuidaba con todo cariño estaba roto.

" Los secretos de una Bestia " ||1er Libro ✔️Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ