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El cuerpo de Víktor se desplomó a sus pies causando un estruendoso ruido al impactar en el suelo, Lucía ahogó un grito en sus manos al verlo desplomarse.

Con suma rapidez se lanzó hacia él, sino detenía el sangrado podría morir de una hemorragia.

- Viktor! - lo removió por su hombro

No obtuvo respuesta, se había desmayado, miró su rostro, su respiración era irregular, parecía que tratase de respirar, como si se estuviera ahogando. Tomó su pulso y su temperatura, su corazón bombeaba más sangre de la normal y que decir de su temperatura, estaba ardiendo.

Lo miró una vez más nerviosa, no podía dejar que agonizara aquí, tenía que ayudarlo, debía hacer algo por salvarlo.

Lucía pasó su cabeza por debajo del brazo de Víctor tratando de aunque sea levantarlo, todos sus intentos fueron en vano, pero es que mira a este chico, es una mole!!

Abandonó la idea de levantarlo y decidió mejor arrastrarlo, agarró con fuerza las muñecas de Víktor a la vez que hacia fuerza hacia atrás e ingresaba su pesado cuerpo al interior de la casa.

Cada vez salía más sangre de su herida dejando su rastro por dónde pasaba. Solo pudo arrastrarlo un poco, dejándolo sobre la alfombra de la sala.

Lucía lo acomodó sobre ésta a la vez que rápidamente cerraba la puerta, secó las gotas de sudor que se deslizaban por su frente a la vez que recuperaba el oxígeno perdido.

En que lío estaría metido para que lo hirieran de esa manera?

Lucía dejó de pensar y se dirigió hacia los gabetines del baño en dónde tenía todo lo necesario para tratar una herida. Regresó lo más rápido que pudo, poniéndose de cuclillas frente al débil cuerpo del chico.

Gemidos y jadeos de dolor salían de los labios de Víktor, estaba agonizando, mojó el paño en agua fría y lo puso sobre su frente, tenía que bajar la fiebre de cualquier forma.

Las mejillas de Lucía enrojecieron cuando se dió cuenta que para tratar su herida tenía que retirar su camisa de su torso. Con los nervios a flor de piel y sus manos temblorosas fue cortando la camisa dejando su torso bien trabajado expuesto ante ella.

La herida parecía ser de bala, vertió un poco de agua oxigenada en la gasa.

- Esto te va a doler - susurró como si la pudiera escuchar o responder

Dirigió la gasa hacia su herida haciendo presión y desinfectando el área, esperó que se quejara o se empezara a remover del dolor, nunca se imaginó que no emitiera ningún sonido y se quedara quieto...si que es un hueso duro de roer este hombre.

Hizo la gasa hacia un lado para desinfectar las pinzas, se podría decir que estudió algo de medicina pero esta era su primera vez poniéndolo en práctica, esperaba no matarlo y luego ir a prisión.

Dirigió las pinzas hacia su herida tratando de extraer la bala, mordía su labio constantemente a la vez que miraba su rostro de vez en cuando, su ceño fruncido como si le doliera...eso era lo que temía.

Unos minutos después, Lucía pudo extraer la bala, pero había algo raro, extraño a su parecer. Acercó la bala hacia su rostro para analizarla con detenimiento.

- Plata?

La bala era de plata pero ahora su pregunta era...

Quien se gastaría dinero comprando una bala de plata teniendo más baratas?

Hay algo que no encaja aquí. Envolvió la bala en un paño mientras recogía todo lo que utilizó, lo colocó todo en el fregadero ya después se encargaría de lavarlo, ahora tenía que bajarle la fiebre.

Lucía volvió corriendo de nuevo a la sala llevándose el susto de su vida, cubrió su boca con sus manos para que, con su grito de sorpresa no despertar a los vecinos.

De pié como si nada hubiera pasado estaba él, Víktor, como sinó acabara de recibir una bala. Su cuerpo se veía sudado, la mirada de Lucía viajó hacia la herida...

Pero que herida?!!!

No había nada, había desaparecido, parpadeó varias veces para ver sinó era una ilusión, pero aún seguía sin ver la herida, había desaparecido...como por arte de magia.

- Lucía...

Sus ojos se encontraron con los suyos, era la primera vez que la llamaba por su nombre, sus iris aún eran de ese dorado intenso, quemando su piel, perforándola con cada detenida mirada.

Los pasos de Víktor resonaron por todo el lugar a la vez que su cuerpo se acercaba al suyo. No sabía en qué momento lo tenía frente a ella. Le sacaba por lo menos tres cabezas, era una hormiga a su lado.

Lucía alzó la cabeza para mirarlo con timidez desde su pequeña altura, sintió su brazo en su cintura a la vez que la atraía hacia su duro cuerpo.

- Suéltame.... Víktor.

Se removió, forcejeo con él pero le era imposible alejarse de él, tenía tanta fuerza que no pareciese que hasta hace un momento estaba herido.

Dió tres pasos hacia delante haciéndola a ella retroceder, chocando su espalda contra la pared, la había acorralado.

Lucía lo miró nerviosa, este no era él, parecía otra persona, no sabía porque hacía esto.

Comenzó a golpear su pecho para que la soltara, recibiendo a cambio, que  bajara sus manos siendo sujetadas por una de las suyas, la tenía inmovilizada.

El rostro de Víktor se hundió en su cuello, quedándose allí, aspirando su aroma. Lucía comenzó a ponerse más nerviosa cuando sintió su áspera lengua deslizarse por su delicada piel, daba largas y fuertes lamidas a su cuello.

Las lágrimas comenzaron a salir empapando sus mejillas, tenía miedo, él le daba miedo, no podía más, quería ser buena, pero con una persona como él...nada bueno podía esperarse.

El sabor salado de las lágrimas llegó a su paladar, era una miedosa, no pudo hacer nada para defenderse....

- Mía - gruño - solo mía...

Lucía se quedó petrificada por sus palabras...suya?...no era suya, no era de nadie, además porque gruñía?...parecía un sabueso.

- Mi mate - la miró - solo mía..

Y me besó.....







Continuará.....

" Los secretos de una Bestia " ||1er Libro ✔️Where stories live. Discover now