17 de julio de 1995: El chico del lago

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17 de julio de 1995: El chico del lago

Los rayos del sol golpearon sus doloridos ojos hinchados por la pesadez del sueño

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Los rayos del sol golpearon sus doloridos ojos hinchados por la pesadez del sueño. Sintió una mano envolviendo su cintura y se percató de la pálida mano delgaducha que colgaba por su estómago. Soltó un bufido y apartó con delicadeza el lánguido brazo de Deméter.

Si Bridget fuese otra persona, seguramente las palabras que Deméter recitó por la noche la tendrían con los pelos de punta. Pero ella conocía a Deméter, a su Deméter. Sabía que a veces se le iba la cabeza, divagaba, se perdía, o decía cosas carentes de sentido.

Se levantó de la cama, pretendiendo no despertar a la chica, sin embargo, esta abrió los ojos de golpe y se sentó, envuelta en mantas y con el camisón blanco arrugado. Llevaba unas enormes ojeras bajo los ojos. Bridget le sonrió.

-No quería despertarte, aún falta una hora para que la señora Baudelaire venga a despertar al resto.

-No importa. Recuerda que no debemos estar solas, en ningún momento. -Deméter se levantó con lentitud, buscando sus pantuflas esponjosas bajo la cama.

-Ese acuerdo lo establecimos cuando mamá y papá se fueron. No tenemos que seguirlo al pie de la letra...ya tenemos diecisiete años y podemos cuidarnos solas. -Bridget se inclinó entre ambas camas y sacó un pequeño veliz en donde guardaba su ropa. Se moría de ganas por usar esos pantalones de cuero que tanto le fascinaban, pero dentro del orfanato había ciertas reglas. Nada de ropa ajustada. Nada de ropa provocativa. Nada de vestidos. Nada de telas que dejaran ver parte de la piel de las piernas. Nada de escotes. Nada de nada. Fue por eso por lo que Bridget se decidió por el ancho camisón gris con el que acostumbraban a vestir dentro de aquel purgatorio. Unas largas calcetas y unos relucientes zapatos encerados, reflejando los matutinos rayos del sol. Del verano.

-No me importa si ese acuerdo lo crearon dos niñas muertas de miedo. Tu eres lo único que me queda, y no voy a permitirme arriesgarte.

-Hablas como si fuera a morir dentro de estas paredes. Relájate un poco Dem.

-Llevo años sin estar relajada Brid.

-Bueno, pues deberías comenzar a liberar esas ansiedades.

-No me digas qué hacer, pequeña tonta.

-No soy tonta.

-Pero si pequeña.

-Solo eres mayor que yo por diez minutos.

-Suficientes para haber heredado toda la inteligencia familiar.

Entonces se detuvieron cuando pasos resonaron fuera de la habitación. El tintineo de las llaves, muy característico de la señora Baudelaire, se acercó a sus oídos.

-Será mejor que tomes tu ropa y salgamos de aquí antes de que Baudelaire nos vea. -susurró Bridget y Deméter giró los ojos.

-Termina de vestirte y sal por la ventana. -ordenó Deméter, y Bridget se obligó a hacerle caso. Siempre que las cosas se complicaban, Dem tenía algún plan que rara vez fallaba.

Corrió hacia el enorme ventanal y deslizó con delicadeza y presura el pestillo y se abalanzó al exterior, rozando con el vientre la fría superficie. Cayó de bruces contra unos matorrales y ahogó una risita. Unos segundos después, una semi desnuda Deméter cayó tras ella. Ambas explotaron en carcajadas y salieron corriendo.

El bosque las recibió como un viejo amigo, muy cercano a ellas. El orfanato quedaba en el centro de este, y las rejas que cubrían la casona cubrían también el bosque, por lo que era seguro andar por ahí sin temor de ser devoradas por una bestia salvaje. Escapar por las mañanas hacia la naturaleza veraniega se había convertido en una rutina para las gemelas. Estar tanto tiempo encerradas tras los muros del orfanato solía ser agotador y asfixiante.

Cuando llegaron al lago, Deméter se alejó corriendo, mientras se despojaba del largo camisón incoloro. Sus largos cabellos rizados danzaron en el aire cuando se lanzó hacia las tranquilas aguas cálidas. Era verano, y era hora de empezar un nuevo día.

Bridget siguió a su hermana, con una sonrisa en los labios y con pasos lentos. Recogió el camisón de su hermana y se lo echó al hombro.

-Ten cuidado. -le advirtió Bridget, tomando asiento en la saliente de una piedra sobre las aguas. Dejó caer los pies y estos colgaron un par de metros sobre el lago. El vapor fresco que desprendía acarició sus piernas.

-Sé nadar. -aseguró Deméter, sumergiéndose en el agua. Las burbujas revolotearon en la superficie y Bridget vio los pequeños pies de su gemela batir las aguas tranquilas.

Mientras Deméter se divertía dando saltitos y salpicando gotas de agua, Bridget pensó en ella. Eran tan diferentes la una de la otra, y a la vez tan iguales. Dem era la cabeza del equipo, la mayor, la que ideaba planes familiares y los ponía en práctica, pero también era la más desastrosa, revuelta y desquiciada. Sin embargo, Brid era todo lo contrario. Demasiado tranquila, era quien controlaba y mantenía todo en su lugar, desde los descabellados pensamientos de su hermana hasta sus tensas actitudes con los adultos del orfanato. Los diecisiete años que llevaban juntas les había servido para conocerse como nadie más las conocería nunca.

Entonces un impenetrable silencio la invadió y se sobresaltó al regresar a la realidad. Deméter no estaba por ningún lado, y las aguas estaban tan tranquilas, como si llevaran años sin que alguien pasara por ellas.

-Dem. -su voz salió a trompicones y utilizó toda su fuerza para ponerse en pie. -Dem. -repitió, tambaleándose en la orilla de la roca. - ¡Deméter! -gritó, con la desesperación ahogándola. - ¡Esto no es gracioso!

Entonces su respiración regresó a ella cuando comenzó a moverse el agua. Sus ojos fue lo primero que vio, sus conocidos ojos azules, como si guardase la noche dentro de sus cuencas, y las estrellas seguían ahí. Pero algo había cambiado. El corazón de Bridget se detuvo de golpe. No era Deméter. Llevaba el cabello corto y lanzaba destellos escarlatas. Estaba completamente desnudo y un extraño colguije acariciaba su pálido pecho. Y una marca. Una estrella con siete puntas, grabada con fuego, residía en una de sus costillas. No era Deméter. Era un muchacho de cabellos color fuego.

 Era un muchacho de cabellos color fuego

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Mmmm con que no era Deméter.
Bueno mis wapxs si les gustó no olviden votar o comentar, los quiero mucho.
Subiré cap el domingo.
💕Espero les esté gustando💕

LOS BRUJOS DEL NOCTUM ©Where stories live. Discover now