6 de agosto de 1868: Pelea.

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6 de agosto de 1868: Pelea.

6 de agosto de 1868: Pelea

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Demetrie abrió los ojos. Tenía el cuerpo helado y sentía que un tren le había pasado encima. Se frotó la frente y se arrastró entre las mantas hasta quedar sentado. La luz del día iluminaba sus rizos escarlatas y sus pecas inundaban el puente de su nariz en colores rojizos y castaños. Miró a su alrededor y encontró a Bridget echa un ovillo en la cama, con los ojos cerrados y los cabellos alborotados alrededor de la almohada. Joyland estaba en la misma posición que la chica, pero en su propia cama, con el cabello negro cayendo sobre su rostro.

-Joy. -susurró. Tenía la sensación de que algo malo había sucedido. -Jedenth.

El chico de cabellos negros se removió entre las mantas y se levantó de un salto. Llevaba unas profundas bolsas negras bajo los ojos y estos estaban rijosos y cristalizados. Parecía que no había podido dormir del todo bien.

- ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Cómo te sientes? -Joyland se acercó corriendo hasta el chico entre tropiezos mientras las piernas se le enredaban a cada paso. Demetrie frunció el entrecejo.

- ¿De qué hablas?

-Mierda, sí que estabas inconsciente. -Joy se sentó junto a Demetrie en la cama, recargó la cabeza en el muro tras él y cerró los ojos. Su manzana de Caín se movió de arriba abajo cuando pasó saliva. -Por la noche estabas cubierto de sangre. Creo que fue tu periodo o algo así...ya sabes, con las cosas que estás acostumbrado a hacer no me sorprendería que tu cuerpo se hubiese confundido y...

-Joyland, basta. -bufó Demetrie. Sus ojos celestes brillaban contra la luz del sol. -No entiendo nada.

-Anoche te desangraste...utilicé una runa curativa. -Joy apuntó al joven sobre el pecho y Demetrie bajó un poco el cuello de su camisa hasta encontrar la marca. -Pudiste haber muerto.

Demetrie sintió su corazón acelerarse.

- ¿Crees que Brid...? ¿Crees que ella...?

- ¿Que ella lo hizo? Sí. -Joy lo miró de reojo. -Las mentiras no duran para siempre, Dem. Después de verte en ese estado me hizo un montón de preguntas...

- ¿Qué le dijiste?

Joy lo miró un momento. Sus negros ojos reflejaban las antorchas de los muros en un baile. Entonces el chico demonio dijo la respuesta que tanto miedo provocaba en Demetrie.

-La verdad.

Dem escuchaba los latidos de su propio corazón estallar contra sus orejas.

- ¿De qué hablas? - ¿Le había dicho toda la verdad? Miró a Brid, quien dormía plácidamente entre las mantas.

-Solo le dije que ella murió a manos de Baudelaire hace diecisiete años y que la buscamos en cada línea temporal y...

- ¿Le dijiste lo de Deméter?

Joy apretó la mandíbula. Parecía que lo confrontaba con la mirada. ¿Qué le estaba sucediendo a su amigo? Al principio detestaba a la chica que dormía en la cama contigua. Ahora parecía que la protegía de todo y de todos.

-No. No le dije lo de Deméter, pero debí hacerlo. -escupió Joyland.

- ¿Por qué actúas de esa manera? -preguntó Demetrie, siguiendo a Joyland por la habitación, pues el chico se había dirigido al armario y estaba revoloteando entre sus prendas. Se veía terriblemente molesto.

- ¿De qué manera, Fliends?

Demetrie lo sujetó por el brazo.

-Como si ella te importara, como si fueras su salvador al decirle toda la verdad...este no es asunto tuyo.

La mirada que Joyland le dirigió era profunda e inescrutable. Vio por entre el cuello de su camisa una de sus venas palpitando bajo su sedosa piel. Estaba... ¿molesto?

-No, no es asunto mío. Es verdad...debí dejarte morir aquel día con Baudelaire...debí haberte ignorado cuando me pediste que hiciera lo que hice con Deméter...no puedes ir por la vida jugando con las personas y esperando que ellas te amen de regreso porque no es así, Fliends. Bridget no es una pieza de ajedrez a la que puedas manipular sin consideración...

- ¿Desde cuándo te importa tanto Bridget? Sí bien recuerdo, fuiste tú quien dijo desde un principio que buscarla era una mala idea.

Joyland guardó silencio. Los números lo golpeaban desde distintas direcciones y sentía su cabeza a punto de estallar. Ni siquiera tenía la respuesta a aquella pregunta, pero sabía en el fondo que todo aquello era verdad. Que Bridget le importaba incluso más que a sí mismo.

-No sé desde que maldito segundo me importa esa chica. Lo que sí sé es que no te dejaré que la sigas utilizando a tu antojo...tus absurdas mentiras, Fliends, van a acabar contigo...

- ¿Me estás amenazando?

-Tómalo como quieras. -bufó Joyland, mientras se vestía con prisas frente al chico. Estaba forcejeando con los cordones de las botas hasta que se rindió y se acercó a la puerta, trastabillando. -Si algo le sucede a Brid por culpa de tus mentiras...yo mismo te llevaré con Baudelaire. -Joy cerró la puerta, de golpe.

Dem sabía por qué decía todo aquello. Ya había perdido a Brid por culpa de aquellas mentiras...tal vez el chico tuviera razón.

Fuera como fuese, sospechaba que Joyland comenzaba a sentir algo por Bridget, y eso sí que no se lo perdonaría jamás.

Fuera como fuese, sospechaba que Joyland comenzaba a sentir algo por Bridget, y eso sí que no se lo perdonaría jamás

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LOS BRUJOS DEL NOCTUM ©Where stories live. Discover now