Incendios, brujas y viajes en el tiempo.
El amor de su vida pasada viajará hasta su época para reencontrarse con ella en el purgatorio del mundo demoníaco.
❌PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN❌
PRIMER NOVELA DE LA TRILOGIA: "LOS BRUJOS DEL NOCTUM".
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- ¿Dónde está Bridget? -la voz de Joy inundó sus oídos juntos con el ligero tintineo de los conocidos cascabeles de las niñas de Jedenth. Demetrie se giró y lo miró un momento. Llevaba sangre seca en el rostro. Típico de Joyland.
-Se fue a dormir hace un rato... ¿Estás bien? Parece que viste un fantasma. -susurró Demetrie, acercándose a su amigo y comprobando si la sangre era de él o de alguna otra cosa. Conocía las divertidas aventuras sanguinarias del chico.
-Sí... ¿Ella está bien?
-Claro que está bien, Joy... ¿Qué sucede?
Joy soltó el aire que había dentro de sus pulmones y al bajar la mirada los verdes ojos de Donna le regresaron el destello de las velas.
-Vi que atravesaba el espejo. En medio del bosque...fue extraño. Creí que se había metido en problemas. -respondió Joy, frotándose la frente y cubriendo su piel con negra tierra.
- ¿Y desde cuándo te preocupas por ella? cuando la conociste me dijiste que era una niña grosera. -Demetrie le sonrió con superioridad. Joy lo miró un momento. La tinta negra de sus ojos comenzaba a manchar sus mejillas.
-Es una niña grosera. -aseguró Joy. -Tanto como yo. Pero es la hermana de Deméter, le debo mucho a esa chica. -Joy le dio un codazo a Demetrie y este le acarició el cabello rizado.
-Espero que me ayudes a cuidar de Brid...
-Ambos sabemos que esa chica no necesita un par de idiotas tras ella. Es perfectamente capaz de cuidarse por sí sola.
-No dudo eso...pero esto es nuevo para ella. -Demetrie soltó un suspiro y Joy se recargó en el muro tras su espalda. El chico se dejó caer al suelo de mármol y Donna y Danno corrieron a su encuentro, restregando cabezas y colas esponjosas en su pecho.
-Lo es porque tienes miedo de lo que ella pueda pensar de ti, de lo que hiciste por ella. -Joy lo miró desde la poca altura que tenía e inclinó la cabeza. Sus largos rizos negros acariciaban su mandíbula y contorneaban su rostro anguloso y pálido.
-Creerá que soy un psicópata.
-Lo eres Dem. -susurró Joy.
-Pero no más que tú. -Demetrie se acercó a la puerta. - ¿Quieres ir a cenar?
- ¿Estará Brid?
-Probablemente.
Joy hizo una mueca.
-Bien, al menos tendré a quien molestar.
Demetrie sonrió.
Brid entró dando un traspié. Había pasado los últimos minutos vagando de pasillo en pasillo, perdida entre sombras y rellanos silenciosos. Pero el susurro distante de voces y risas la hizo encontrar un recodo y doblar por un enorme pasillo hasta encontrar una amplia sala. El comedor. Era parecido al comedor del orfanato. Pero todo era tan...tan del siglo XIX