20 de julio de 1995: Incendios

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20 de julio de 1995: Incendios

Baudelaire le tendió una humeante taza de café

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Baudelaire le tendió una humeante taza de café. Sus negros ojos carecían de vida. Tan opacos que helaban la sangre de Bridget.

- ¿Qué hacía en el ala de varones? -Bridget tomó la taza con dedos temblorosos.

-No ha sido culpa suya, señora Baudelaire. -susurró Demetrie, interrumpiendo.

Bridget y Demetrie se encontraban sentados frente al amplio escritorio de madera de la mujer. Los anteojos de esta estaban de lado, y sus labios formaban una mueca.

"Te vi morir", pensó Bridget, "Vi cómo esparcieron tu sangre alrededor de tu cuerpo, formando una estrella...estabas tan muerta como mis padres"

Sentía hormigueos en todo el cuerpo. Detestaba aquella sensación. Tragó saliva y miró al chico de reojo.

- ¿Que no fue su culpa, dice? La encontré por la noche sentada a horcajadas sobre usted, muchachito, más les vale comenzar a decirme qué fue lo que hicieron en esa cama, con sus compañeros presentes.

Bridget sintió las mejillas arder.

-No hicimos nada...

-Lo que sea que hayamos hecho, señora Baudelaire, lo siento mucho. Pero no debe culpar a la señorita Jones, yo tengo toda la culpa.

- ¿Hicieron algo indebido dentro de este recinto? -la voz de la mujer era tan hueca como la cabeza del estúpido que estaba hablando, pensó Bridget.

- ¡No hicimos nada! -Bridget se levantó de golpe, lanzando la silla tras ella con un golpe.

-Siéntese, señorita Jones.

- ¿Por qué demonios está usted aquí? ¡La vi morir hace unas horas!

Demetrie también se levantó de la silla, le dio la espalda a la mujer y miró a Bridget con ojos atentos, implorándole con la mirada que parara.

-No sé de qué demonios me está hablando. Pero cualquiera que sea su intento por evadir este sermón, será mejor que evite tales esfuerzos, pues está castigada.

- ¿Castigada, yo?

-Lo que dije. -aseguró la mujer, meneando la taza de negro café. -Limpiará el ala de varones, en vista de que le encanta ese lugar.

Bridget apretó los puños.

-Seguramente. -bufó la chica y Demetrie se acercó a ella.

- ¿Y yo? -preguntó el chico, mirando a la mujer sobre su hombro.

-Vaya a dormir, señor Fliends.

-Pero fue mi culpa... ¿No recibiré un castigo? -Demetrie frunció la frente y desde donde Bridget se encontraba se percató de lo largas de sus rojizas pestañas.

LOS BRUJOS DEL NOCTUM ©Where stories live. Discover now