1 de agosto de 1868: Clase de runas con el profesional pelinegro.

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1 de agosto de 1868: Clase de runas con el profesional pelinegro.

1 de agosto de 1868: Clase de runas con el profesional pelinegro

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-Despierta Bella durmiente. -escuchó su voz, pero no se inmutó. Tenía una almohada sobre la cara y su cabello era un manojo de enredos. -No me hagas tirarme sobre ti, que no tengo ganas de tocarte.

Brid sonrió contra la almohada y en un fugaz movimiento la lanzó al chico hasta el otro lado de la habitación.

-Eres una zanahoria grosera. -Joy tomó la almohada y la dejó sobre la cama. -Más te vale ir despertando que no tengo todo tu tiempo. Bilmah me dejó la tarea de "educarte"...

- ¿Educarme? ¿Tu? -Brid soltó una risotada y Joy se cruzó de brazos con aparente confusión.

-Mira, cielito, podré ser un grosero, pero soy un experto en las artes oscuras. Así que agradece al infierno que yo soy tu maestro.

Brid se sentó en la cama con pereza.

- ¿Vas a ser mi maestro? -la joven imitó a la perfección su rostro de asco. Joy se acercó a ella con enfado.

-No me hagas volver a repetirlo. Vístete y te veo en el pasillo en 2 minutos.

Bridget se levantó de la cama a regañadientes y abrió las puertas del armario.

- ¿Sabes cuánto tarda una mujer en ponerse un estúpido corsé? -preguntó Brid, revolviendo entre sus vestidos.

-Pues espero que menos de dos minutos, porque la mujer en cuestión reprobaría su clase de runas.

Joy sonrió con hipocresía y salió de la habitación, dándole la privacidad necesaria para envolverse en telas pesadas.

- ¿No iremos con los otros? -preguntó Bridget, mientras era guiada por un innecesariamente apurado Joyland.

-Todos los brujos tenemos un tutor. Sería una distracción estar todos reunidos en un solo lugar.

Bridget frunció el ceño.

- ¿Entonces cómo conoceré a los chicos? -preguntó Brid. Una puerta, demasiado pequeña en opinión de Bridget, apareció frente a los jóvenes. Medía al menos un metro de altura y su superficie oscura estaba tallada. Los dibujos de un par de búhos le regresaron la profunda mirada.

-A quién mierda le importan esos chicos. Entre menos contacto tengas con esos imbéciles, estarás mejor. Además, no nos quedaremos mucho tiempo en la academia, solo mientras las cosas con Baudelaire mejoran.

Joyland le dio un empujoncito a la chica y, a pesar de la profunda oscuridad tras la puerta, Brid sintió el inicio de lo que intuyó sería una escalinata.

-Hablas de los estudiantes como si fueran monstruos. -susurró Bridget.

-Lo son. -aseguró Joyland tras ella. El sonido de sus seguros pasos le producían escalofríos. Las manos de Brid se aferraban a los muros pedregosos de sus costados. Temía caer por las escaleras y tener que enfrentarse a las risas del chico demonio.

LOS BRUJOS DEL NOCTUM ©Where stories live. Discover now