Capitulo 56.

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—Tal vez, no creo hacer nada así que tal vez vaya. —le respondí mientras observábamos los platillos que podíamos traer.

Empecé a empacar para al día siguiente no estar como loca buscando las cosas que me llevaría. Al terminar, salí del apartamento y fui a la tienda a comprar algunas cosas para llevárselas de regalos, no quería llegar con la mano vacía.

A mis hermanos les compre algunas ropas, y a mi madre y a mi padre algo mas especial. Volví al apartamento y me acosté para poder descansar y no estar agotada como casi todos los días. Al día siguiente me levante temprano y pedí un taxi para llegar al aeropuerto.

Al abordar el avión me dormí, y levante al momento del aterrizaje. Tome un taxi que me llevara a la casa de mis padres quienes se habían mudado a una casa mas grande y hermosa como se lo merecían. Toque la puerta y espere que me abrieran.

Lo primero que vi fue a mi hermanito camilo, estaba tan grande y lindo que lo cargue sin pensarlo dos veces.

Nos encontrábamos cenando, en el patio trasero de la casa. Mi padre acababa de hacer carne azada nos encontrábamos sentados en el comedor bajo las estrellas.

Mientras todos compartíamos, no me había dado cuenta que esto era lo que yo necesitaba. Estar cerca de mi familia para sentirme un poco mas segura, un poco mas feliz.

—Los extrañe —dije mientras acariciaba el pelo de mi hermana y me lo llevaba a la nariz, para molestarla como cuando éramos pequeñas.

Tiro del mechón de pelo que me lleve a la nariz.

—El cabello con mocos no es lindo —achino sus ojos para soplarme la cara.

—Te extrañe —sonreí y ella me abrazo mientras yo la miraba directamente a los ojos.

—Tambien te extrañamos, deberías venir mas a menudo. —comento mi padre mientras me servía nuevamente en el plato un poco de carne, y me sonreía.

Mi madre se encontraba dándole sopa a mi hermano quien estaba un poco enfermito.

—Estoy super de acuerdo, deberías quedarte mas tiempo. —aporto mi madre mientras me miraba con una sonrisa en la cara.

—Sino tuviera que ir a trabajar, me hubiese quedado mas tiempo.

—Mientes —dijo mi hermana sonriendo, la mire confusa —. Aunque estuvieras de vacaciones no vendrías por mas de tres días y dos noches. —suspire apretando los ojos.

—Ana...

—Tienes a tu alrededor una burbuja de cromo. —puse mis dedos en el puente de mi nariz —. Extraño a mi hermana, extraño a Pandora Hartd. —se levanto de la mesa —. Disculpen tengo una clase online.

Nadie mas hablo, y eso me torturaba de una manera indescriptible. Odiaba ser la parte de la familia en la cual no se pueden hablar de ciertos temas por que, podrían hacerle daño o eso.

Me di un baño, trence mi pelo y luego me acosté en mi nueva habitación que estaba super hermosa y me daban ganas de no salir de ella. No podia conciliar el sueño, me quedaba viendo las estrellas y lunas pegadas al techo de mi habitación como cuando vivía con mis padres hace mas de 6 años, sentía que el tiempo había pasado mas rápido de lo esperado. Me coloque mis airpods y empecé a escuchar Will He de Joji.  No me encontraba pensando en nada, solo mis ojos estaban viendo aquellas estrellas mientras en mis oídos se escuchaba una de mis canciones favoritas.

Me levante de la cama y empecé a caminar por toda la casa mientras escuchaba aquella música una, y otra vez. Me tome un vaso de agua. Y luego subí a las habitaciones y al pasar por la habitación de Ana, la luz estaba encendida y la puerta media abierta. Puse la música en pausa, y empuje un poco la puerta, ella estaba acostada en su coma usando su celular mientras secaba su nariz con un papel.

—Pensé que estabas durmiendo —me dijo mientras me observaba y ponía su celular a un lado.

—Casi no duermo en las noches por el trabajo. —entre cerrando la puerta detrás de mi.

—¿Te va bien en el trabajo?

—Si.

—Se me olvida, que me vas a responder que si, y también se me olvida que cuando te pregunte como estas, me dirás que estas bien. —sonrió irónicamente y volvió a tomar su celular, yo baje la mirada observando mis uñas. —. Cuando la verdadera Pandora Hartd este dispuesta a hablar conmigo, déjamelo saber.

Me quede callada mirándola, para luego tomar mi celular. Observe que Zahia me había enviado un mensaje.

Tráeme algo, cuando vuelvas... te extraño. 23:07 a.m.

—Creo que tengo una amiga en el hospital. Es la jefa de cardiocirugía. Es cool he aprendido mucho con ella. Me hace bien.

—Me hace bien saber que tienes una amiga —me sonrió y se acerco a mi.

La mire.

—Tambien hay un doctor —sus ojos se abrieron como platos y se puso roja. —. Todos los días cada vez que me ve me regala un café y me da los buenos días.

—¿Es lindo?

—Si, se ve bien es alto, y su cuerpo es muy escultural.

—¿Y...? —se contuvo y cambio el tema —. ¿Y que tal tu amiga?

—Si me ibas a preguntar si el me gusta, la respuesta es algo incierta, por que honestamente no lo se. No creo que me guste, pero me gusta compartir con el. Ósea en el sentido de las operaciones y eso, es muy habilidoso e inteligente.

—¿Saldrías con el?

—Zahia, mi amiga del hospital me ha hecho mucho esa pregunta. Lo he pensando, ósea no para invitarlo a salir sino por si el llegase a invitarme que no creo que lo haga.  —suspire —. El punto es que he pensando por el llegase a invitarme, he pensando que le diría. Aunque no tendría que ser algo serio, podríamos divertirnos un poco sin tener la responsabilidad del uno al otro.

—¿Que mas tienes para contarme? —me quede pensando en que responderle.

—¡Ah! —recordé a la hija del jefe de cirugía —. La hija del jefe me trata horrible, me pisa, lo peor que hizo fue quemarme el brazo con café caliente. —vi la cara de enojo en mi hermana.

—¿Y tu que le haces?

—No le hago nada, siempre me confundían con ella, nunca la había visto y cuando nos vimos por primera vez lo primero que dijo fue, que era mas hermosa que yo. Ósea ella no entendía por que nos confundían si ella es mas bella que yo.

—Es una perra. Yo fuera tu, y le pego. Para que no se vuelva a meter contigo.

Esa noche dormí con Ana, hablamos tanto que nos quedamos dormidas. Al otro día pedí pizza para que todos comiéramos y me encargue de bajarle la fiebre a mi hermanito.

—Si vuelves a chuparte el dedo te volver a enfermar —le dije mientras lo bañaba con agua super fría.

—Ya no lo volver hacer.

—Prométemelo.

—Te lo prometo —le sonreí. —. Te amo.

—Yo también te amo —le di un beso en la frente.

—Tengo mucho frio —dijo mientras temblaba en la bañera.

—Tranquilo te vas a sentir mejor luego de que salgas, y luego te dare algo para que sudes la fiebre.

Lo cambie y lo lleve a la habitación para que descansara. El tenia sueño, así que le prepare una sopa y luego lo ayude a dormir. Baje a comer junto con Ana.

—Túrnense para ir a ver al niño cada hora. —les dije.

Luego de que Camilo se levanto, nos quedamos todos en la sala viendo películas, comiendo pizza, y haciendo un montón de cosas que me hacían sentir bien. No me había dando cuenta lo sola que me sentía en Berlín.

Recuérdame.Where stories live. Discover now