Capitulo 31.

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Ese día cogimos hasta más no poder, nos agotamos tanto que dormimos hasta el otro día. Y ese día para mi fue maravilloso me sentía positiva y energética. Ese día hice muchas cosas como ir a la universidad, para luego ir de compras.

—¿Que quieres hacer cuando llegue a la casa? —me pregunto Hans mientras lo escuchaba a través de la línea telefónico.

—Lo que quieras.

—¿Quieres que vayamos a ese restaurante a al que me llevaste aquella vez?

—Claro amor por mi esta bien —le dije mientras organizaba la ropa que me había comprado en el armario.

—Pues ve arreglándote mientras voy llegando.

—De acuerdo amor —me puse a pensar en que me pondría y decidí ponerme un vestido de los que compre, negro con unos encajes hermoso y un escote maravilloso con unas zapatillas altas doradas.

Me entre a duchar para luego arreglar mi pelo y maquillarme un poco, coloque labial rojo y unas hermosas pulseras con un collar de diamantes que me había regalado Hans pero no me lo ponía por que lo notaba muy exagerado. Solo te mi pelo y lo agite para darle algo de volumen mientras modelaba frente al espejo puse unos de mis perfumes favoritos y espere que llegara Hans. Luego de quince minutos llego.

Me miro de arriba a abajo y se cruzo de brazos mientras alzaba la cabeza pero dejando su mirada clavada en mi.

—Creo que hoy cambiaremos el destino.

—¿A que te refieres?  —cuestione mientras retocaba mi labial.

—Iremos a otro lugar.

—¿A donde?

—A una cena privada, no quería ir hasta que te vi ese hermoso vestido. Me arreglo y nos vamos.

El tardo un rato arreglándose se puso un hermoso smoking blanco con negro. Se veía perfecto esa barba tan hermosa, sus ojos, su pelo y su altura. Todo el era mas que maravilloso.

—¿Por que me observas de esa manera? —me pregunto mientras yo dejaba de ver entre sus piernas para luego mirarlo a los ojos.

—¿Como? —dije mientras pasaba la lengua por mis dientes de una manera lenta y provocativa.

Dio cinco pasos hasta llegar a mi.

—¿Acaso quieres...? —lo interrumpí justo cuando me tomo fuerte de la cintura y yo lance automáticamente mi cabeza  a un lado para que el estampara sus labios en mi cuello.

—Solo quiero que nos vayamos —lo escuche absorber el perfume de mi cuello y rosar su nariz en el.

—Que rico hueles —sabia que tenia que alejarme de el, por que si no me arrancaría el vestido y no iríamos a ningún lado, así que me aleje un poco de el.

—Tu también hueles delicioso ¿Nos vamos? —le dije mientras arreglaba mi pelo.

—Claro que si princesa.

Bajamos hasta el primer piso y el empezó a buscar las llaves del auto y de la casa.

—¿En que auto quiere ir la princesa?

—En cualquiera. —dije dando la vuelta en mis talones para mirarlo.

—Hasta que no elijas uno, no nos iremos. Y créeme que no tengo ningún problema en quedarme esta noche. —dijo observándome de arriba a abajo y mordiendo su labio.

—En la Mercedes Benz —le dije mientras le guillaba el ojo y giraba en mis talones para salir de la casa.

Espere que buscara el auto y pasara por enfrente de la casa para irnos, cuando estaciono la Mercedes blanca frente a mi sonreí y camine hacia el auto.

Recuérdame.Where stories live. Discover now