Capitulo 21.

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—¡¿Por que estas revisando mi celular?! —le pregunte.

—¿Por que te alteras si no tienes nada que esconder? —nunca espere esa respuesta.

La expresión en mi rostro era de no comprender lo que estaba pasando.

—¿Acaso no confías en mi? —el se quedo callado mientras tomaba asiento nuevamente en la cama —. ¿Te he dado motivos para desconfiar de mi?

—Perdón —musito... —. Es que tengo miedo de que me hagas lo mismo que mi ex...

—No puedo creer que pienses tal cosa de mi. —suspire mientras observaba su lamento en su rostro —. No puedes compararme con la persona que te hizo daño, cuando te demostré desde el primer día que soy diferente, a esa persona que te hirió.

—Perdóname —se levanto y se acerco a mi —. Te prometo que nunca mas va a volver a pasar.

—Me cuesta pensar que después de todo el tiempo que hemos estado juntos desconfíes de mi.

—No desconfió de ti.

—¡Claro que si! —le grite mientras una lagrima estúpida corría por mi mejilla —. Desde que lo nuestro empezó has desconfiando de mi, viniste a ser honesto casi después de un año de estar juntos.

—¡Tengo miedo de perderte! —suspiro —. ¿O es que aun no lo entiendes?

—Tu eres el que no comprende que este miedo, te esta llevando a cometer estupideces que terminaran esta relación.

Tome mi pijama y salí de la habitación el fue detrás de mi.

—¿A donde vas? —me pregunto mientras me tomaba de la mano.

—Suéltame necesito espacio, tomare uno de tus autos —tome una de las llaves y me gire —. ¿O crees que me lo voy a robar y me hire al otro lado del mundo?

Negó tímidamente con la cabeza.

—Que bueno que no lo piensas por que eso seria... —me gire y salí de la casa, me subí al auto y me dirigí a la casa de mi tía.

No me molestaba que revisara mi teléfono, lo que me molestaba era su desconfianza y su pensar tan horrible de que solo estoy con el por beneficio. Su paranoia me estaba volviendo loca. Fui a la casa de mi tía y me quede ahi ella nunca estaba en casa y el hecho de que yo vaya a su casa no le molestaba para nada, entre en una de las habitaciones y intente dormir pero solo me quedaba observando el techo. ¿Fui muy exagerada al irme de casa?, al día siguiente a eso de las 10 de la mañana fui a la casa, pues sabia que el estaba en la oficina, busque las cosas que necesitaba y luego me fui de aquel lugar.

No pude concentrarme en las clases. Al volver a la casa de la tía me dolía la cabeza y la observe ahi sentada en el comedor con una sonrisa mientras hablaba con un hombre que me daba la espalda. Mi tía me observo por un segundo y intento ocultar su sonrisa pero no lo logro.

—Pandora acércate —ella me extendió la mano me acerque a ella y la tome —. El es Nick es uno de los doctores del hospital en el que trabajo. —sentí que apretó mi mano y inmediatamente entendí.

Era el hombre con el que se estaba acostando, honestamente era apuesto parecía de unos 47 años tenia una barba perfecta como la de Hans, lo único que la de este señor era mas blanca, su cabello estaba bien peinado hacia atrás, se levanto y me extendió la mano era bastante alto como si en su juventud jugo baloncesto, su sonrisa era perfecta y blanquecina. Sus brazos eran fuertes, honestamente era un hombre bastante apuesto.

—Un placer conocerte Pandora —me sonrió nuevamente —. Tu tía me habla mucho de ti. —me guiño el ojo mientras observaba a mi tía y se mordía el labio disimuladamente al sonreírle.

—El placer es mío —eso es verdad por que aparte de ser el hombre que tiene bastante enamorada a mi tía, es uno de los mejores cardiocirujanos del país.

—Bueno ya me voy —se acerco a mi tía y paso lentamente su brazo por su cintura mientras dejaba la otra en su lugar, y pegaba su mejilla de la de ella.

Dios mío, este señor tenia unos tactos que honestamente ¿Como no caer rendida a sus pies?

—¿Me acompañas a la puerta? —escuche que le dijo, y yo me dirigí a la cocina para darles privacidad mientras los espiaba por la cocina. Observe que se besaron un buen beso para el luego marcharse y dejar a mi tía volando mentalmente, cerro la puerta y se deslizo hasta el suelo con una sonrisa en su rostro.

—¿Todo en orden? —le pregunte mientras sonreía.

—Dios —suspiro y miro el techo —. Estoy enamorada de este hombre —lo dijo con un suspiro tan hermoso como si fuera su primer amor —. Esta casado, no va a dejar a su mujer pero... estoy enamorada de el —su sonrisa se esfumo y su mirada ahora era triste.

—Pensemos en lo bueno, tienes momento con el.

Me guiño el ojo y se levanto del suelo.

—Recuerdo la primera vez que me acosté con el, no lo hice por que me gustaba sino por que tenia muchas ganas de estar con alguien —me conto mientras nos acomodábamos en su cama —. Y lo hicimos al terminar yo no dije nada solo me cambie y salí de la habitación, no estaba enamorada ni me gustaba... pero no se que el hizo que luego del sexo nos quedábamos acostados desnudos yo sobre su pecho, hablando de cosas graciosas. Y luego yo me quede pensando ¿En que momento paso eso? ¿En que momento me comencé a acostarme en su pecho y hablar de cosas estúpidas mientras acariciaba su pelo? Cada vez que quería alejarme el... —se mordió el labio mientras tal vez pensaba en el —. Él buscaba la manera de que yo volviera sin darme cuenta, y lo lograba. Siempre fui una piedra dura con él.

La historia honestamente era magnifica se fue enamorando sin darse cuenta y eso era gracioso por una parte.

—¿Quieres que vayamos a comer? —me pregunto mientras se levantaba —. Tengo la noche libre.

Asentí mientras me levantaba y arreglaba mi cabello para luego ponerme los zapatos y dirigirnos a un restaurante. A pesar de que intentaba distraerme escuchando las historias de mi tía Hans en ningún momento salió de mi cabeza, y eso era agotador por que quería dejar de pensar y en vez de lograrlo lo pensaba mas. Quería llamarlo pero había dejado mi celular o tal vez saber como esta suspire mientras observaba a través de la ventana del auto.

Fuimos a cenar sushi, me encantaba el sushi pero en realidad prefería la pizza.

—Tu padre siempre fue sobreprotector contigo —me comento mi tía mientras tomaba los palillos —. No te dejaba montar bicicleta, y si lo hacías el tenia que estar a tu lado para evitar que te cayeras.

Empecé a reír.

Al día siguiente al llegar de la universidad empecé a hacer unas tareas y recordé que debía llevar un trabajo mañana a primera hora y en trabajo esta donde Hans, observe la hora 17:23 tome mis cosas las subí al auto y me dirigí a la casa con los nervios de punta. Mientras iba conduciendo iba mordiéndome las uñas, al llegar a casa lo dude un rato antes de entrar.

—Vamos Pandora no van a estar enojados para siempre —suspire y salí del auto.

Entre a la casa, y no lo encontré tampoco estaba en el segundo piso. Fui a la oficina tome el trabajo que estaba sobre el escritorio y luego subí a la habitación a buscar un libro que debía de estar en mi mesa de noche, y me encontré a Hans parado a un lado de la cama dándome la espalda.

—Hmm —suspire —. Vine por un trabajo —observe que se giro a verme y de su boca salía sangre.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora