Capitulo 4.

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Estuve a punto de besarme con un chico que conocí en la piscina, luego me frise y me dije a mi misma, Vamos Pandora no eres presa fácil.

A la hora de cenar todos nos sentamos en una mesa del restaurante luego de recoger todo del buffet, no salimos de la playa hasta que dieron las 2 de la madrugada, nos encontrábamos los cuatro acostados en la arena mirando el cielo mientras contábamos historias de terror, fue divertido el día, al otro día nos levantaríamos temprano puesto que nos iríamos a las 17:00 y tendríamos que disfrutar la mitad del día.

El día paso rápido pero no obstante nos divertimos muchísimo, luego de eso, recogimos nuestras cosas y nos fuimos, nos despedimos de mi tía y mis primos y luego nos dirigimos a casa, al llegar me di un larga ducha y me acosté, necesitaba descansar.

—No has pensado en tener amigos —me pregunta Ana mientras me miraba, desde el marco de la puerta.

—Tengo una sola amiga, pero obviamente no esta aquí.

—¿Cristal? —le enseñe el pulgar en modo de respuesta.

—¿Que paso?

—Se fue a estudiar a otro país.

—¿Pero hablan? —le enseñe el pulgar de nuevo.

Una semana después nos encontramos almorzando cuando mi madre rompió fuente.

—¡Ya viene el bebé! —grito, y comenzamos a buscar las llaves del auto y las cosas del bebe, una ropa para mamá y luego nos dirigimos al hospital lo mas rápido posible.

Al llegar mi mamá se fue a urgencias con mi padre y Ana y yo nos quedamos super nerviosas en la sala de espera, en ese estúpido lugar nos quedamos una hora, el bebé se quedo en la incubadora mientras llevaban a mi madre a una habitación a descansar, y luego ahi pudimos verla.

—Quiero ver a mi hermano —le dije a mi papá.

—Esta en la incubadora, así que tendremos que esperar un rato para que lo traigan.

Pasaron unas cuantas horas mas, y luego de eso trajeron al bebe, era hermoso, pequeñito y bucheton, nos quedamos enamoradas mi hermana y yo de el, mami quería sostener a su hijo pero nosotras no se lo permitíamos.

—No lo se — la escuché decir —. Sera que puedo sostener a mi hijo.

Se lo lleve y ella lo miro con un amor inmenso.

Los días pasaron, y yo debía volver a Berlín papa y Ana me acompañaron, y luego de eso, me fui no quería irme me había encariñado bastante con mi hermano, por otro parte ya cuando entrara a la universidad empezaría a estudiar la pre medicina eso era algo que me emocionaba demasiado, y aparte de eso, lo del nuevo trabajo.

Al llegar a Berlín me acosté a dormir, pero luego me levante en la madrugada, tenia ganas de ir al hospital donde trabaja mi tía y ver que tal el trabajo, así que fui caminando, al llegar me quede viendo, personas con quemaduras, huesos rotos, otras personas convulsionaban.

Observe a mi tía de lejos, escuchando los latidos de un hombre, note que me observo y la salude agitando mi mano.

—¿Que paso? ¿que haces aquí? —empezó a tocarme desesperadamente —. ¿Estas bien?

—Si, si tranquila estoy bien, solo quería ver para lo que estoy trabajando.

—¿Te quieres quedar a ver? —me pregunto con una sonrisa.

Y acepte, me pase la noche entera de un lugar a otro sin descansar, escuchando palabras sumamente difícil de pronunciar, de pacientes casi muriendo, honestamente quería esto, quería ayudar personas como lo hacia mi tía, lo único era que mi tía en el trabajo era bastante fría. No sabía por que si ella era bastante buena, pero aquí era gruñona, y un poco aspera con respecto a su trabajo.

Recuérdame.Where stories live. Discover now