Capitulo 22.

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Me acerque a el preocupada con las manos temblando.

—¿Estas bien? —puse mis manos en su espalda mientras intentaba hacer que me hablara. —. Vamos al medico.

—No —dijo mientras se intentaba quitar la sangre pasando su antebrazo por su boca.

—¿Como que no? —dije mientras lo acompañaba al baño —. ¡Estas vomitando sangre Hans!

El caminaba lento y sin fuerzas lo entre al baño y empecé a limpiarlo, para al terminar ponerle ropa y llevarlo a la cama.

—Hans... —dije mientras me sentaba a su lado —. Debemos ir al medico.

El se negó y observe que puso la mano en su barriga mientras apretaba los ojos.

—¿Qué te paso?

El me miro mientras intentaba llevar su mano a su rostro.

—No he comido —no entendía.

—¿No comiste hoy? —el negó con la cabeza.

—No he comido desde que te fuiste.

Puse mis dedos en el puente de mi nariz.

—¿Por que hiciste esa estupidez?

—No tenia hambre —dijo con un hilo de voz.

No quiera dejarlo solo, pero tuve que bajar a hacerle algo para que comiera le hice una sopa y luego subí hasta la habitación, lo observe remenearse en la cama.

—Ven —le dije mientras me sentaba a su lado.

—No tengo hambre —suspire.

—Debes intentar comer o vas a empeorar, así que ayúdame.

El intento sentarse, abrió la boca y le di una cucharada de sopa con papas y otros vegetales.

—No quiero mas.

—A penas llevas dos cucharadas.

Sus ojos se cerraban solos. —Hazlo por mi Hans.

—Lo intento pero... no puedo. No siento que tengo hambre —me miro a los ojos y luego se acostó.

Cerro los ojos y yo me quede sentada junto a el, acariciando su espalda.

—Quizás suene dramático —trago saliva —. Pero no pensé que volverías.

Acaricie su espalda mientras al final el se quedo dormido yo no dormí en la noche completa por el simple hecho de que no podia sacarme de la cabeza esa escena en la que el estaba vomitando sangre era, un poco perturbador y me asustaba que sucediera de nuevo así que me quede la noche completa observándolo o eso creí puesto que cerré los ojos un segundo, y al otro minuto el no estaba en la cama.

Me levante rápidamente y lo busque en el baño, y no se encontraba ahi baje y luego de buscar por la casa completa lo encontré en la cocina. El se giro a verme y lo observe con un pedazo de pan en la boca. Me cruce de brazos mientras controlaba mi respiración agitada.

—Sorry —dijo mientras se levantaba —. Me dio hambre.

—Por lo menos estas comiendo —me acerque a el y lo abrace. —. No me gustaría perderte por una estupidez de tu no comer.

El acaricio mi espalda mientras olía mi pelo.

—Me causas depresión —lo apreté contra mi.

Pasaron algunas semanas y me encontraba en la cama.

—Deja de morderte las uñas —dijo Hans mientras se acomodaba bajo las sabanas.

—Estoy demasiado nerviosa.

Recuérdame.Where stories live. Discover now