Capitulo 33.

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—¿Quieres que le compremos rosas para decorar el lugar o lo dejamos solo con las luces? —me pregunto Preston mientras observaba unas rosas azules.

—La verdad no lo se, tu eres el diseñador tu sabras que llevamos y que no.

El se quedo observando las rosas un largo rato hasta que se decidió.

—Bueno pues la llevamos. —se dio la vuelta y al mirarme a los ojos abrió los suyos como platos —. ¿Compraste las cosas que te dije? —su mirada lo único que me trasmitía era que tenia ganas de matarme por que no compre nada mas que el reproductor de cinta.

—No pero...

—¡¿Quieres que esto sea perfecto o no?! —grito bajo mientras le mostraba los dientes de manera cortes a una mujer que se quedo mirándolo como si estuviera loco.

—Si pero...

—Shh —puso sus dedos en mis labios y una de sus manos en mi cuello. —. Lárgate a comprar lo que te dije, antes de que me arrepienta y te deje solo con esto.

Me gustaba trabajar con Preston es una persona demasiado dedicada y que siempre esta pendiente de los detalles, el único problema era que a veces, y solo a veces se ponía intenso y se estresaba.

Sali de la tienda y fui a comprar unos regalos pequeños y sencillos que le encantaría a Pandora. Le compre collares, pulseras, unas hermosas gafas.

Escuche mi celular sonar.

—¿Ya compraste las cosas Hans?

—He comprando pequeños accesorios pero no se que mas comprar.

—Bueno compra cosas cuales quiera que quepan en cajas pequeñas para que piense que son regalos pequeños.

—Si... esta bien.

—¿A donde la llevaras mañana?

—No lo se, quizás la lleve a la empresa. ¿Crees que debo actuar como si no se nada? —pregunte mientras observaba una velas rojas, que quedarían perfecta en una noche de pasión.

—Si, creo que si. Bueno sin duda hazlo de esa manera.

Luego de unas horas y de comprar todo lo deje en la casa de Preston y me volví a la casa. Mientras mi chofer se paraba en un semáforo rojo observe mi celular encender, Pandora me estaba llamando.

—Amor ¿A que hora vienes? —me pregunto mientras yo observaba por las ventanas los edificios con hermosas luces.

—Pues en unos minutos ya voy de camino.

—Esta bien amor te espero aquí.

—¿Crees poder acompañarme mañana a la empresa? —le pregunte con la esperanza de que no me dijera que mañana era su cumpleaños. —. Por que creo que mañana tengo que viajar a Francia a cerrar un negocio y quiero mostrarte algo en la empresa antes de.

—¿Justamente mañana tienes que ir a Francia amor? —me pregunto con un tono de melancolía.

—Si, es importante amor.

—¿Sabes que día es mañana?

—¿Mañana? ósea no entiendo ¿tenemos algo para mañana? Si tenemos algo para mañana lo podemos hablar cuando llegue a casa...

—¡No! —grito —. No amor, no tenemos nada para mañana, te espero aquí amor.

—Bueno... estoy llegando princesa.

—Bien.

Colgué y luego me quede pensando en que lo que estaba haciendo me hacia sentir un poco mal, por que ella no se merecía esto del todo. Al llegar a casa deje las llaves en la mesa de entrada, para luego subir al segundo piso y observar a través de las ventanas el lugar donde ordenaríamos todo para mañana.

Recuérdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora