Capitulo 40.

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Estábamos cansados por no dormir en la noche, nos levantamos a eso de las 5 de la tarde para luego compartir un poco todo juntos, la noche llego y todos estábamos con nuestras pijamas navideñas y nuestros gorros con el nombre de cada uno en el.

Un regalo para cada uno de nosotros, en total cada uno debía comprar cinco regalos, para que todos tuviéramos regalos de todos. Me encantaba el hecho de que Hans se sintiera bien con mi familia pues sabia que tenia que ser difícil la ausencia de su familia en las navidades, por eso lo hacíamos de esta manera.

Todos teníamos nuestra pijama, y nuestros gorros tomábamos chocolate caliente mientras habríamos nuestros regalos.

—¡Un par de calcetines amarillo pollito! —grite de emoción mientras me las pegaba a la nariz para succionar el olor.

—No puede ser —dijo Ana riendo —. ¿Todavía eres amante de esas calcetas?

—Y de las pijamas de conejos blancos. —hablo Hans.

—No esa es nueva —dijo mi madre —. Le gustaban mas la de dinosaurios.

—Ahora me gustan la de conejos blancos. —dije riendo.

Observe de reojo como Hans habría mi regalo, y sacaba un collar cuando lo abrió observo la foto que nos habíamos tomado todos la navidad pasada, cuando viajamos todos juntos a Italia. Una sonrisa se formo en su rostro, y continuo abriendo regalos.

—Un carro —dijo mi hermanito mientras rompía la caja en la que se encontraba atrapado el juguete.

Terminamos de abrir todos los regalos para luego escuchar nuestras músicas navideñas favoritas.

—El próximo año pasaremos navidad en Estados Unidos —dijo Hans mientras se levantaba del suelo, yo me levante junto a el y le di un beso en los labios mientras entrelazaba mis manos con las de el.

Los días pasaron y llego año nuevo, todos estábamos en casa compartiendo esperando que el reloj marcara las doce para felicitarnos por un nuevo año juntos, en la casa todo estaba cálido, y Hans no paraba de tomarme fotos.

—Estas hermosa —dijo besándome. —. Tómanos una foto por favor —le dijo Hans a Ana mientras le pasaba la cámara.

—Bien, sonrían —Hans paso sus manos por mi cintura y sonreímos antes las cámaras.

—10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0. —contamos todos en cuenta regresiva al unísono, para al llegar al numero 0 abrazarnos, mi madre siempre lloraba de felicidad, en estos momentos al igual que yo.

Abrace a todo mi familia y al amor de mi vida de la manera mas fuerte posibles.

—Que ustedes nunca me falten, solo eso pediré para este nuevo año. —dije mientras secaba una de mis lagrimas.

Abrace a mi hermana fuerte, ella era una de mis mejores amigas, una de las mujeres en las que mas confiaba al igual que mi madre.

Luego me acerque a Hans, y nuestros cálidos labios se encontraron, moviéndose de una manera deliciosa.

Los días pasaron y mi familia tuvo que volverse a casa, yo tenia que volver a estudiar y Hans continuar en la empresa.

—¿Quieres mañana dirigir la empresa? —me pregunto Hans. —. Tendremos una reunión mañana, con todos los inversionistas y cerraremos un contrato de temporada con una empresa, ósea quiero que estés presente.

—Amor —rei mientras arreglaba su corbata. —. He estado presente en alrededor de 25 reuniones de esas, en estos dos años.

—No son tantas no exageres.

Recuérdame.Where stories live. Discover now