Capitulo 39.

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2 Años después.

—Acepta que soy mejor que tu tocándolo —le dije a Hans mientras tocaba el piano.

—El alumno paso al maestro.

Reímos mientras tocábamos el piano juntos. En los últimos dos años vivimos muchas cosas, viajamos, por casi todo el mundo, conocimos los mejores lugares para hacer el amor, y los mejores lugares para crear historias.

—Bien amor en un año terminas la universidad —me dijo Hans mientras me daba un beso en la frente. —. Y me hiciste la promesa de que nos íbamos a casar cuando terminaras la universidad.

—¿Quieres ir planeando la boda? —pregunte mientras arreglaba mi vestido.

—No planear pero si, ir visualizando las cosas preciosa.

Me encontraba mas que feliz, duramos una semana decorando la casa, estábamos en épocas navideñas y toda mi familia se encontraba en la ciudad, solo tendríamos que decirle al chofer que fueran por ellos cuando termináramos de ordenar la mesa. Se nos había hecho costumbre pasar la navidad en familia.

—¿Hola? —dije mientras escucha sonar mi teléfono.

—Tenemos una hora aquí y aun no llegas Pandora me estoy congelando —escuche decir a Ana mientras yo arreglaba los cubiertos en cada separador.

—El transito esta demasiado pesado, no se si te has dado cuenta que hoy es 24 de diciembre y muchas personas llegan a estas horas o se van, así que ya estamos llegando.

—Nos congelamos.

—Abrácense mientras llegamos. —colgué y termine de arreglar todo.

—Amor me ire a duchar, para que luego lo hagas tu. —hablo Hans mientras se pasaba la mano por el pelo.

—Esta bien amor, solo déjame terminar de arreglar esto.

—Si aun no he terminado de ducharme cuando termines, dúchate entra a ducharte conmigo —me guiño el ojo.

—Esta bien.

Se dirigió a las escaleras para luego devolverse, y acercarse a mi lentamente.

—Tenemos una semana sin hacer nada...

—Amor sabes que esta noche no solemos dormir, van a venir tus amigos, mi familia, y Antonella, por lo tanto no vamos a tener tiempo.

—Ahora tenemos.

—No, no he terminado de arreglar todo.

—Si, el diseñador viene en 5 minutos para terminar de organizar todo, y encender todas las luces navideñas, cambiar las cortinas, y colocar la música. Entonces... ¿Vienes o me ducho solo? —me pregunto mientras pasaba lentamente su mano por mis hombros hasta entrelazar sus manos con la mía.

Lo seguí sin cuestionar nada, en el momento en que su boca mi cuello mis piernas se debilitaron como normalmente sucedía, haciendo que el tenga que sostenerme con sus grandes brazos, pase mis manos delicadamente por su espalda mojada mientras su lengua se deslizaba por todo mi pecho hasta empezar a devorar mis senos, las luces se tornaron rojas, la música empezó a sonar. Sus dedos se movían con agilidad en mi intimidad haciéndome gemir de una manera exasperante.

—No te detengas —gemí en su oído mientras aruñaba su espalda.

El se hincho y deposito besos en aquella zona tan delicada, sentí su lengua en aquel lugar, y mis manos apretaron automáticamente su pelo.

—Que rico —musite entre gemidos, luego de unos largos minutos el se levanto mirándome fijamente a los ojos, me ponía nerviosa siempre que me mirara de esa manera. Levanto una de mis piernas y roso su intimidad con la mía mientras seguía clavando sus ojos en los míos, hasta que sentí como se deslizo lentamente en mi. Mi cabeza se fue hacia atrás automáticamente mientras mis ojos se encontraban cerrados. Mordí mis labios.

Recuérdame.Where stories live. Discover now