Capítulo 17

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Mientras los demonios menores se divierten con el humano dentro de una habitación, en otra no muy lejos, la joven bruja y su demonio intentan hablar sin subir el tono de voz.

—No podemos abandonarla —Dice Vesta —Le prometimos...

—Nunca le prometí nada a ese demonio. —Interrumpe Borja.

—Le prometí que la ayudaría a encontrar su propósito.

—No sabemos nada de ella...

—Ni ella de nosotros —Vesta intenta sonar tan firme como Borja.

—¿Por qué te importa tanto?

—Porque en ella me vi a mí misma —Borja guarda silencio —En Mirilia me vi a mi misma cuando llegué al bosque de los demonios. Cuando me encontraste en medio del frío, estaba sola y asustada; pero quise creer en lo que mi madre me había dicho...

—Yo... —Borja desvia la mirada —Ya no quiero creer en lo Rynna dijo alguna vez. —Ahora es Vesta quien guarda silencio —Ella... Ella me encerró en ese lugar porque me temía.

—Eso no...

—Tú no la viste, niña.

Aquellos recuerdo de más de medio milenio atrás comienzan a asomar a la mente de Borja.

Vesta no puede evitar notar esa expresión de tristeza y culpa en el rostro del demonio. Hay algo que le duele. Y ese algo, incluye a su madre.

—Rynna... Prometió muchas cosas cuando la conocí. Pero nada eso fue real.

—Borja...

—Te estás encariñando con ese humano. Dejarás de lado el propósito de este viaje para...

—Eso no es verdad —Se apresura en decir —Quiero encontrar a Stolas y recuperar la magia de mi madre. Solo...

—Te gusta este lugar —Dice con desánimo —Te gusta estar afuera como a ella.

—¿Por qué desconfías de mí?

—Porque eres igual a ella. Y no descarto la idea de que en algún momento nos dejarás atrás para ir detrás de lo que realmente quieres.

Al oírlo, los ojos de Vesta comienzan a arder a medida que su vista se nubla. Le duele que el demonio que lo ha sido todo para ella desconfíe de esa manera. Le frustra no saber qué decir ante sus palabras. Y le asusta la idea de que sea verdad.

—Yo nunca los dejaría atrás —Dice con voz temblorosa —Ustedes son mi familia y los quiero demasiado. Hemos pasado por mucho juntos —Se le escapa en sollozo —Y me duele que creas que aun así los abandonaré.

—Vest...

—Me voy a dormir. Mañana debemos seguir nuestro camino.

Borja observa a Vesta hasta que se recuesta dándole la espalda. Ve el ligero movimiento de su brazo que le indica que está secando sus lágrimas, de las cuales sabe que es el responsable.

En la oscuridad de la habitación, la joven bruja duerme luego derramar unas cuantas lágrimas mientras el demonio permanece recostado en el rincón del lugar en su forma lobuna.

Al cerrar los ojos, Borja ve un par de luces rojas que lo ven directamente. Sabe a quién pertenecen.

—Sabes que volverá a traicionarte. No puedes confiar en una humana. —Sabe perfectamente a quien pertenece esa voz —Eres un demonio, no una mascota. Existimos para vengar las almas que nos conforman.

Yo...

—No es verdad...

Del otro lado, un par de luces azules se hacen presentes.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora