Capítulo 44

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Todos ven como Vesta y Borja despiertan de golpe. La joven parece preocupada al ver que Fey no se mueve.

—¿Fey...?—La sorpresa de ver al joven tomar una bocanada de aire la pone nerviosa, pero al mismo tiempo la alegra —Funcionó.

—Vesta... —Al intentar levantarse, Fey siente el agarre de alguien en su brazo derecho. Entonces voltea para ver de qué se trata.

—Fey...

—Padre.

Fey mira con el corazón destrozado al hombre que permanece arrodillado junto a él mientras lo sujeta del brazo con aparente firmeza.

—Padre...

El joven se apresura a sostener a su padre antes de que se desplome en cuanto logra hacer que lo suelte. Entonces solo se limita a abrazarlo mientras su respiración se vuelve cada vez más errática hasta el punto de dejar caer lágrimas.

—Perdóname —Dice entre sollozos —Gracias, papá. Gracias.

Vesta guarda silencio ante el llanto de Fey, ver al al chico en ese estado le duele; pero saber que no tuvo la oportunidad de despedirse le rompe el corazón.

—Déjalo un momento —Murmura Raksha cerca de Vesta, quien al voltear a verla nota sus ojos enrojecidos.

—Lo siento.

—Fehu estaba dispuesto a todo con tal de proteger a quienes amaba. Era un buen hombre.

—Y tarde me vine a dar cuenta de ello —Solloza Fey sin dejar de abrazar a su padre.

—No sabemos nada de ustedes —Se acerca Arak —Pero Fehu era nuestro amigo y queremos despedirlo como a todos los cazadores.

—Claro —Dice Fey —Se lo merece.

Al caer la noche, los hombres tienes listo un montón de ramas y paja al rededor de Fehu para la despedida de los cazadores.

—Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos, amigo —Dice Arak —Es una lástima volver a vernos de esta forma; pero aquí estamos para despedirte.

—Déjanos el resto a nosotros, amigo —Dice Ruja —Si tú confiaste en ellos, nosotros terminaremos el trabajo por ti.

—Adiós, padre —Fey se acerca con una antorcha para finalizar la ceremonia —Yo... —Su mano tiembla —Yo debí —Vesta lo sostiene para evitar que caiga de rodillas —No puedo hacerlo...

—Estoy contigo, Fey. —Aquellas palabras le dan la fuerza suficiente para bajar la antorcha.

—Algún día nos volveremos a ver. Pero primero disfrutaré de esta segunda oportunidad que me brindaste —Sostiene la mano de Vesta.

***

En medio de la noche, a varios metros de las brujas, la oscuridad es interrumpida por un punto luminoso producto de una fogata en donde Ren y su demonio descansan.

—Mañana deberíamos estar en ese lugar —Dice el hombre, sin apartar los ojos de las llamas.

—¿Para qué querías al mocoso y al demonio realmente? —Pregunta Karak —Creí que los querías para encontrar el bosque; pero tal parece que los usaste para distraer a las brujas y esos cazadores.

—¿Qué pasa Karak? —Pregunta Ren mientras juega con una de sus armas mata demonios —Últimamente te he notado algo "extraño".

—Para nada —No puede evitar desviar la mirada hacia la cuchilla en manos del humano —Ya duérmete, es posible que las brujas se pongan en marcha.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora