Capítulo 47

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Al llegar al límite del bosque, Vesta observa con una sonrisa al par de demonios que se acercan a ella. A pesar de haberle dicho que cuidara del pequeño y de haberlo dejado atrás sin nada que decir, Vesta sabe que Borja nunca la dejará sola.

—Siempre juntos, amigo —Murmura —¡Borja! —Lo llama, animando a que corra más rápido, sin saber, que alguien la tiene en la mira.

—Ahora sabrás lo que se siente perder lo que más amas frente a tus ojos —murmura el hombre antes de presionar el gatillo que suelta la cuerda de su ballesta.

—¡Bor...!

—¡No! —La voz del demonio llega a oídos del hombre, que sonríe satisfecho por lograr su cometido.

—Borja... —Escucha balbucear a la joven antes de desplomarse junto con la flecha que atraviesa su abdomen.

—Ahora el árbol. —Dice Ren, antes de simplemente marcharse para dejar a la joven desangrarse por la gravedad de la herida.

***

El interior de Borja parece descontrolarse al ver a Vesta caer. Oler su sangre le provoca malestar; verla en la tierra le provoca tristeza; pensar en lo peor le provoca terror.

—Gob —Dice Borja —Busca al humano y retenlo. No me importa si lo torturas, solo no lo mates...

—Con gusto. —Responde el demonio menor antes de saltar del lomo de Borja para ir tras el humano.

Al llegar junto a la chica, Borja se atreve a levantarla del charco de su propia sangre, manchando así sus manos y garras. Aquella imagen le parece familiar.

—No era yo... —Un ligero movimiento hace que el demonio se fije mejor en la joven —Vesta...

—Tú nunca me harías daño, Borja —Su débil sonrisa hace que el demonio se vea asustado —Tranquilo, yo...

—No lo digas. No estás bien, niña. No quieras engañarme.

—Perdón...

—Te llevaré con la bruja para que te cure, no dejaré que... —Guarda silencio al notar que Vesta no responde —Niña... ¡Vesta! —Los ojos del demonio se humedecen debido al extraño sentimiento que hace doler su pecho —¡Vesta! Por favor... Despierta. —Finaliza juntando su frente con la de Vesta.

—Puedo ayudarte a mantenerla con vida.

—Mirilia... —El demonio blanco nota las lágrimas genuinas en los ojos de Borja. —Ayúdame...

El demonio blanco sonríe ante la sinceridad en la petición del demonio que solo había podido rechazarla por su naturaleza. Sabe que la joven no ha muerto aún; pero no falta mucho para que eso sea un hecho.

—Vita per vitam —Dice Mirilia, aclarando la mente de Borja de forma inmediata. —Yo me quedaré con ella en el limbo, tú ve por el intercambio.

Dicho eso, el demonio corre en busca de aquel inmundo humano que se atrevió a atacar de esa manera a su tan amada humana.

—No habrá piedad...

—¡Demonio! —Borja se detiene al oír a Raksha —¡¿Dónde...?!

Raksha se paraliza y palidece al ver el pelaje del demonio manchado de sangre fresca. Su estómago se revuelve al pensar en el dueño de aquella sangre. O más bien, la dueña.

—¿Qué le hiciste? —Borja mira sus manos ensangrentadas sin decir nada —¡¿Dónde está Vesta?!

—Con el demonio blanco. Yo voy por el miserable que la lastimó —Gruñe con rabia mientras empuña ambas manos haciendo que un poco de la sangre gotee.

—Te ayudaré a encontrarlo —Karak aparece entre las sombras.

***

Mientras Ren se apresura luego de notar el leve resplandor azul en medio del oscuro bosque, una sombra lo sigue de cerca sin que lo note.

—Te encontré —Dice Ren en cuanto ve el árbol que por años había estado buscando hasta el punto de vender su alma por ello. Aunque no se para a pensar porqué lo encontró tan fácilmente ahora. —Al fin lo encontré.

—Y yo te encontré a ti —Ren voltea de un salto con arma en mano al oír una risa burlona —La calamidad me ordena que no te mate, así que tendremos mucho tiempo para divertirnos...

—Me parece bien. Pero antes...

Con un movimiento rápido y certero, el humano alza su arma y dispara de inmediato dándole al tronco.

—¡Mierda!

—Ahora sí que no me interesa morir. Mi promesa fue cumplida.

Poco a poco, luces brillantes se dejan ver en la oscuridad del tenebroso bosque. Todos están conscientes de quién los liberó; y todos están conscientes de cuál es el pecado del humano.

—Demonios que defienden su bosque, interesante...

—Te equivocas, Ren. —El mencionado voltea a ver a Karak —A ellos no les importa este lugar...

—Nos importa la chica que lastimaste... —Borja se pone de pie detrás de Karak. —Pagarás por tu atrevimiento.

—Duele que te quiten lo que más amas ¿no?

—Pero yo lo recuperaré. —Responde Borja con una mirada penetrante que hace que el humano sienta escalofríos. —No pareces tener miedo —Gruñe mientras se acerca lentamente, haciendo retroceder a los demonios menores —Deberías tenerlo...



 —No pareces tener miedo —Gruñe mientras se acerca lentamente, haciendo retroceder a los demonios menores —Deberías tenerlo

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El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now