Capítulo 19

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El trayecto continúa en completo silencio por parte de todos. Fey conduce la carreta con Mirilia recostada a su lado, Lanch y Lonch permanecen ocultos bajo esta en la sombra, y Vesta permanece sentada junto a Borja sin dejar de ver sus pies colgando de la carreta.

Tanto Borja como Vesta tienen las palabras en la boca. La chica mira por el rabillo del ojo la expresión del hombre a su lado. Luce triste, y las luces amarillas de sus ojos parecen apagadas. Le duele verlo así.

Luego de mucho pensarlo, Vesta termina por recordar algo que podría ayudar a subir el ánimo del demonio.

Perdido en sus pensamientos, algo hace que Borja vuelva a la realidad. La cálida mano sobre su cabeza hace que antiguos recuerdos lleguen a su mente.

—¿Lo recuerdas? —Pregunta Vesta.

—Sí... —Responde con la mirada en el camino que dejan atrás.

—Bor...

—Lamento haberte dejado —Dice sin moverse —Lamento haber roto el juramento que te hice.

—Estás aquí ahora —Dice la chica mientras se apoya bajo el brazo de Borja para abrazarlo.

—En unas horas llegaremos a Clare, es una ciudad algo ruidosa —Anuncia Fey, sin quitar la mirada del camino —Pero descuiden, solo iremos de pasada. Necesito ver si hay trabajo para mí. —Al no recibir respuesta alguna, Fey decide mirar hacia atrás para ver si está todo en orden. La imagen la joven abrazada a su padre lo hace sentir una presión en el pecho y una bola de recuerdos inundan su mente.

El camino siguió en silencio hasta que al fin lograron llegar a la ciudad. Vesta se muestra sumamente impresionada al ver lo grande del lugar.

—¿Les importa si los dejo en este lugar hasta que vuelva? —Ambos miran a Fey. —Iré a ver a un amigo por si tiene algún trabajo para mí.

—Claro, no hay problema... —Vesta mira la gran cantidad de personas a su alrededor —Nosotros... Te esperaremos aquí —Dice nerviosa.

—Descuida, pueden quedarse en el hostal si así lo quieren. Solo entren y pidan una habitación. Volveré en cuanto acabe.

Sin más que decir, Fey recoge su bolsa para ir en una dirección en específica. Su extraño comportamiento llama por mucho la atención de Mirilia, quien sin que nadie lo note, se transforma en aquella joven de cabello blanco a quien nadie ve para ir detrás del chico.

—Eso fue raro —Comenta Lonch —Es un humano bastante idiota y misterioso. Me agrada.

—Al parecer a Mirilia también le agrada. —Borja y Vesta logran ver a Mirilia antes de perderse entre la gente con Fey.

—Déjala —Dice Borja —De todas formas, nadie la ve.

Vesta ve cómo Borja entra al hostal para dirigirse a una habitación. No sabe si seguirlo o no; pero la cantidad de personas a su alrededor hacen que se decida rápido.

...

Luego de varios minutos de caminata, Fey llega a lo que parece una taberna.

—Mira nada más quién decidió aparecer —Dice un hombre del otro lado de la barra —No creí volver a verte por aquí después de la última vez.

—Solo venía a ver si tienes trabajo para mí —Dice el joven mientras se sienta en una de las bancas.

—Ahora que lo dices... —Saca un papel doblado de su bolsillo y lo coloca sobre la barra frente al chico —Llegó hace tres días. —La mirada seria del sujeto no le da confianza a Fey. —¿Hace cuánto que...?

—Dos años —Interrumpe con voz seca.

—Deberías ir a verlo —Fey levanta la mirada de la nota.

—La leíste ¿verdad?

—Curiosidad ¿puedes culparme por eso? —Coloca un tarro con cerveza frente a Fey —Además, nada me aseguraba que aparecerías después de tanto tiempo.

—Solo estoy de paso —Termina de leer y guarda la nota en su bolsa —Voy a Satrian.

—¿Satrian? Ese lugar ya no existe y lo sabes.

—Estoy llevando a alguien —Mira el contenido del tarro y se pone de pie —Si no tienes nada para mí entonces...

—¿Es una chica? —Pregunta el hombre. —Claro que sí. Ten cuidado, Fey. Caíste bajo por una y eso no terminó bien para ti.

—¿Por qué me serviste un trago?

—Quería estar seguro de que aún cumplías con eso. —Toma el tarro para dárselo a otro cliente.

—Ya me voy. Me están esperando.

—Fey —El chico voltea —No siempre va a estar. Si no lo haces, acabarás por arrepentirte.

—Claro. Adiós John.

—Nos vemos amigo.

Al salir del lugar, Fey se dio cuenta de que la tarde ya había caído sobre ellos. Lo mejor era pasar la noche en la ciudad y partir en la mañana.

—Solo espero que no se molesten por esto —Mira a ambos lados antes de comenzar a caminar —Y espero no haya notado que estoy en este sitio.

Al comenzar su retorno al hostal, Fey camina cabizbajo como si intentara esconderse de alguien, sin saber, que detrás de él una chica de cabello blanco lo sigue mientras piensa en todo lo que vio y escuchó.

El humano es ciertamente misterioso e intrigante ¿Qué será eso que se guarda tan bien y que oculta bajo una actitud carismática y amigable?

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now