Capítulo 43

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La discusión entre Raksha y su sobrina continúa extendiéndose. 

Raksha intenta a toda costa que Vesta desista de su desición; pero es inútil. Vesta ya lo tiene decidido.

—No importa cuánto lo intentes, tía Raksha. Haré esto te guste o no. Al igual que él, ahora soy solo una mortal por...

—¿Qué has dicho? —Raksha se acerca a ella.

—Rechacé la magia de Stolas, ya no tengo magia.

—¿Te das cuenta de lo que has hecho? Está será tu última vida ¿y planeas ponerte en peligro de esta forma?

—Quiero ayudar a Fey. Tía yo... Nunca me lo voy a perdonar si muere de esta manera.

—Raksha —Dice Fehu —Por favor... Solo di lo que necesitas y te lo conseguiré...

—Necesitas un demonio blanco para ello —Dice Remena —Solo con uno estás seguro de que no te traicionará estando dentro.

—Borja lo hará —Dice la joven —Yo confío en él para esto —Vesta voltea a mirar al demonio que permanece de pie no muy lejos de ella.

—Cuenta conmigo.

Los hombres que permanecen intentando reanimar a Fey terminan dándose por vencidos luego de varios minutos, ignorando lo que está a punto de ocurrir. Pero no ignoran lo que hay a su alrededor.

—¿En qué está metido Ren? —Pregunta Ruja

—Debimos detenerlo cuando todo pasó —Dice Arak

Ambos hombres se ponen de pie al ver a Fehu acercarse junto con las brujas al cuerpo sin vida del muchacho.

—¡Fehu! ¡¿Qué significa todo esto?!

—Apártence.

Fehu rasga la camisa de su hijo para dejar expuesto su pecho ante todos, tal y como Raksha se lo indicó.

—Fehu y Vesta. Ambos se pondrán de rodillas a un lado de Fey y quedarán frente a frente —Ambos obedecen la indicación —Demonio, arrodíllate tras la cabeza de Fey. —Borja obedece —Ahora dales entrada.

El demonio extiende una de sus garras para posarla sobre el pecho del muchacho.

—Cuando entren en el limbo, alguien debe guiar a Fey y otro debe... Quedarse en su lugar. —Dice Raksha.

—Está bien —Dice la joven —Comencemos —Mira a Borja para luego asentir.

—Ad limbo puerorum.

Luego de esas palabras, ambos humanos parecen entrar en un profundo sueño junto con el demonio.

—¿Por qué no le advertirse a Vesta? —Pregunta Remena con seriedad —Debiste decirles sobre "esos" peligros.

—De haberlo hecho, Vesta habría querido creer que yo estaba equivocada y habría sido descuidada.

—Pero...

—Todo este tiempo hemos tenido que confiar en esos dos. No desconfiemos ahora. Si esto falla, el demonio se quedará con tres almas en lugar de sólo una.

***

Al abrir los ojos, Vesta nota el extraño lugar en el que ella y el hombre se encuentran.

—No hay nada —Murmura.

¿Fehu? —Dice el hombre mirando en una sola dirección —¡Fehu!

Justo cuando está por correr hacia su hijo, una enorme garra se interpone en su camino para detenerlo.

—Solo quien lo guiará podrá tocarlo —Dice el demonio. —Uno lo sacará de aquí, y otro tomará su lugar... —El demonio parece algo dudoso —Háganlo rápido...

—¿Qué tienes? —Vesta intenta acercarse a Borja; pero este desvía la mirada —¿Borja?

—Ve por Fey, date prisa.

Vesta decide tomarle la palabra al demonio y caminar en dirección al joven mientras el hombre permanece de rodillas sin dejar de mirarlo.

—Asumo sabrás lo que pasará —Dice Borja en cuanto Vesta se aleja lo suficiente.

—Lo sé, pero no me importa si con eso Fehu puede tener una vida larga y plena. Hazlo antes de que la chica vuelva. Solo recuerda que debes tomar una sola vida.

***

Mientras camina hacia el muchacho que permanece de pie observando su alrededor confundido, Vesta siente su corazón acelerarse en cuanto se ve a escasos metros del chico.

—¿Fey? —El joven voltea de inmediato al oír su nombre.

—Vesta...

—¡Fey! —La joven estalla en llanto mientras corre para abrazar al chico —Estás aquí...

—¿Tú por qué estás aquí, Vesta? —La mira sosteniendo sus mejillas para luego besarla antes de dejarla contestar —¿Por qué...?

—Vine aquí por ti.

Aquellas simples palabras hacen que los ojos de Fey se inunden y vuelva a besar a Vesta. Está más que claro lo que siente por ella y ella por él.

—¿Qué es este lugar? —Pregunta Fey —¿Dónde...?

—Están en el limbo —El demonio se acerca a los jóvenes —Ya todo está hecho.

—¿Hecho? ¿De qué hablas?

—Fey...

—Tu padre aceptó el conjuro de las brujas para llevarte de vuelta.

—Mi padre...

—Vita per vitam. Su alma a cambio de la tuya.

—¿Qué?

—Vámonos —Dice el demonio —No es bueno estar aquí por mucho tiempo más de lo debido.

—Fey... —Vesta entrelaza sus dedos con los del joven. —Ven, vuelve conmigo. —Fey la mira con los ojos inundados de lágrimas —Por favor...

Fey acaba sujetando la mano de Vesta con más firmeza y suspirando para luego sonreír con tristeza.

—Está bien, vámonos...


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El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now