Especial de navidad

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Han pasado ocho años desde que Vesta dejó de vivir en el bosque de los demonios para tener una vida normal junto a sus tres hijos: Stolas, Borka y Rija.

Con el tiempo, Vesta aprendió sobre las festividades que las personas suelen celebrar gracias a Fey. De todas las que este le mostró, su favorita es sin duda alguna, "Yule".

Las canciones de los niños, las fiestas, alegría por parte de todos, hacen que Vesta se sienta tan feliz como todos ellos. La hace feliz ver que sus hijos juegan con su padre mientras hacen los preparativos. Pero, durante todo este tiempo, algo ha estado dando vuelta en su cabeza. Algo que Fey le dijo la primera vez que celebraron Yule juntos.

—Solía celebrar esto con mi familia. Pero, eso ya no pasará. Me alegra estar contigo y que por ahora, tú seas mi familia.

Aquellas palabras han estado guardadas desde ese día. Pero también,  la han hecho pensar mucho sobre un detalle:

"Los demonios no festejan como los humanos".

Durante toda su vida, Vesta había desconocido las costumbres humanas, las cuales eran conocidas hasta por sus tías, pero que no eran celebradas ni enseñadas.

—¿Cariño? —La voz de Fey saca a Vesta de sus pensamientos.

—¿Qué pasa?

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. Solo pensaba un poco.

Luegos de unos segundos de silencio, Vesta nota que Fey no tiene nada de los adornos que generalmente suele colocar por la casa.

—Creí que adornarías la casa con los niños.

—Sí, bueno... He estado pensando, y los niños y yo creemos que podríamos hacer algo diferente este año.

—¿Diferente? ¿Cómo? —Fey toma las manos de Vesta y las besa.

—¿Te gustaría hacer un viaje?

***

En el interior del inmenso bosque en donde todo comenzó, el demonio conocido como "La Calamidad", realiza su ya rutinaria caminata diaria en busca de algún pobre desafortunado.

—Dudo mucho que en esta época alguien se interne en el bosque —Dice Mirilia —Los humanos están celebrando algo y están juntos como familia.

—Lo sé. Me lo dices cada año —Dice irritado.

—Una vez estuve en el pueblo cuando celebraban. Son muy alegres. Me hacían pensar en lo lindo que debía ser un humano y no un demonio.

—Eres un demonio blanco. Puedes estar con humanos sin problemas. Podrías ir a una ciudad cercana y dejarme en paz unos días.

—Pero si hago eso, Vesta se molestará conmigo —Borja voltea a verla —Esa vez que vino, me pidió que no te dejara solo...

—Suficiente. Vesta no está aqui. Deja de hablar de ella.

—Pero...

—Dije basta. Mejor ve a ver que esos dos idiotas no se metan en problemas.

—Está bien, como digas...

A pesar de sus frías palabras, el demonio continua caminando por los alrededores mientras la nieve vuelve a caer.

Aquel clima lo hace recordar su primer encuentra con la chica. Cuando era apenas una niña.

—Ya no es una niña —Se dice.

De pronto, un ligero aroma a humano llega al olfato del demonio, que no duda ni un solo segundo en dirigirse hacia él.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now